Comentario La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial

•Llanto por la muerte de Ignacia Sánchez Mejías (Octubre 1934). Es una de las grandes elegías de la lengua castellana y para algunos, su mejor obra.
En ella vuelve a combinar la tradición popular (empleo del romance y la canción) con la culta (uso del decasílabo, el endecasílabo, el alejandrino) y el Vanguardismo (lenguaje hermético y visionario) La obra esta dedicada a la muerte de su amigo, el torero y escritor Ignacio Sánchez Mejías, que murió dos días después de ser corneado por Granadino en el ruedo de Manzanares (Ciudad Real). La obra esta dividida en cuatro partes, como una sonata: 1.”La cogida y la muerte”. Escrita en versos endecasílabos -con el estribillo insistente, obsesivo del octosílabo “A las cinco de la tarde”, recoge la noticia distribuida en tres momentos: presagio, cogida y agonía. 2. “La sangre derramada”. En estrofas arromanzadas que van ampliándose a decasílabos y endecasílabos, apoyadas por el estribillo “¡Que no quiero verla!”. Recoge el canto a la sangre invocando la imagen de la luna y referencias cristológicas, y el elogio del héroe, que recuerda el panegírico de Maese Rodrigo en las Coplas de Jorge Manrique 3.”Cuerpo presente”, en alejandrinos blancos nos presenta una meditación sobre la muerte. 4. “Alma ausente”, en versos endecasílabos, muestra la fatalidad del olvido, pero también la salvación por el canto.

•Diván del Tamarit Se inspira en la tradición arábigo-andaluza. El título indica quees una colección y hace referencia al lugar en donde muchos de sus poemas fueron escritos: la Huerta de Tamarit. La obra contiene once gacelas (poemas breves de tema erótico, de tradición persa) y nuevas casidas (poemas monorrimos de tradición árabe). Los temas del amor y la muerte están tratados con un lenguaje surrealista. En los poemas, como en otras obras de madurez del poeta, se aprecian tres marcos de referencia íntimamente imbricados: el religioso, el mitológico y el natural. Las gacelas hablan del erotismo y la relación amorosa, bien lograda o bien en ruptura; mientras que las casidas, tienen como tema principal lo metafísico: la temporalidad, la conciencia de la mortalidad, el anhelo de la infancia perdida. Los veinte poemas muestran una gran variedad métrica.

•Sonetos del amor oscuro. Estos once poemas esbozan un drama alucinado entre un yo poético que declara la fuerza brutal de su amor y se dirige a un tú siempre mudo a quien interpela continuamente mediante la pregunta, la exclamación o la recriminación. Es una obra cargada de un erotismo que se expresa mediante una voz dividida: una voz que habla desde el deseo y el placer, pero también desde el desgarro y la frustración. No en vano las figuras literarias más utilizadas son la antítesis y el oxímorón (contradicción) .


LA GENERACIÓN DEL 27 La propuesta implícita en la obra en marcha de Juan Ramón, su devoción por el oficio del poeta y su búsqueda incansable de la belleza ideal calaron muy pronto entre algunos de los poetas que comenzaban a publicar en los años veinte. Pedro Salinas (1891-1951) y Jorge Guillén (1893-1984), fueron quienes actuaron como puente entre la obra del maestro y un nutrido grupo de poetas que se presentó en sociedad en 1927, en torno a un homenaje a Góngora.Por la fecha citada, el grupo allí presente y muchos de sus congéneres reciben el nombre de grupo o generación de 1927. Esta generación está integrada por autores nacidos en la última década del XIX o la primera del XX, que comenzaron a publicar alrededor de la fecha que les dió nombre y representan, sin duda, un momento culminante de la cultura española contemporánea, truncado por la Guerra Civil. Pedro Salinas Jorge Guillen: José Bergamin, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti. La mayoría de los miembros del grupo del 27 procedía de una clase media liberal y culta, fruto de los esfuerzos modernizadores del regeneracionismo, que vio su apogeo con la proclamación de la II República en 1931. Con una sólida formación, se sentían plenamente integrados en las corrientes culturales europeas del momento y creían firmemente en la cultura como fuerza liberadora del individuo y transformadora de la sociedad. Se trata de una generación integradora que asume y continúa la labor de sus mayores, recupera lo más valioso de la tradición popular admira y reivindica a los clásicos y no reniega de las corrientes vanguardistas del momento. Logran de este modo una difícil y original fusión de lo tradicional y lo vanguardista, de lo español y lo universal, de lo culto y lo popular. Fue una generación trágicamente marcada por la Guerra Civil. Al período de entusiasmo y libertad de los años republicanos siguió la lucha fratricida, en la que fue asesinado, entre otros muchos, García Lorca. El triunfo del general Franco supuso el exilio para la mayoría de sus integrantes. Otros optaron por una suerte de exilio interior: se quedaron en España y renunciaron a manifestarse en público contra la dictadura, o la criticaron con sordina.