Cronología del Siglo XIX en España

Sistema de cuotas →Jóvenes llamados a quintas podían librarse del servicio militar si pagaban a un sustituto o una cuota en concepto de redención, que supónía una elevada cantidad de dinero.

Regeneracionismo → Fue una corriente del pensamiento originada a raíz de la crisis del 98, con respuesta alternativa al sistema político de la restauración, llevado por sectores de clases medianas, pequeñas y mediana burguésía.

Crisis de subsistencia → Suceso que lleva consigo la falta de recurso como en alimentos básicos, produciendo un aumento en la mortalidad.

Epidemias periódicas → Brote de enfermedades que se producen en un espacio determinado con un tiempo específico.

Epidemias endémicas → Brote de enfermedades que se dan de forma permanente.

Régimen demográfico antiguo → Es un modelo demográfico que se basa en unas tasas de natalidad y mortalidad muy altas, cuyo resultado es un lento o nulo crecimiento de población. Está presente hasta los inicios de la Revolución Industrial.

Régimen demográfico moderno → Es un modelo demográfico que consiste en dos fases: la primera, coincidente con la Revolución Industrial, tiene un rápido descenso de la mortalidad, con altas tasas de natalidad, que hace que haya un aumento de población. En la segunda, la natalidad desciende rápidamente hasta colocarse ligeramente por encima de la tasa de mortalidad, concluyendo la transición al régimen demográfico moderno.

Proteccionismo → Doctrina económica donde el estado actúa activamente en la economía del país, con oposición a que las fuerzas del mercado actuaran libremente favoreciendo a los productos a nivel nacional.


Librecambismo → Doctrina económica donde el estado actuaba pasivamente en la economía del país, dejando que las fuerzas de mercado actuaran libremente y a niveles internacionales.

Arancel → Ley que fija la cuantía de impuestos y que a menudo contaba con la prohibición de importar ciertos artículos.

Revisionismo político → Uníón de políticos conservadores y liberales para modernizar España desde arriba sin alterar las bases del sistema de la Restauración.

Gobierno de concentración → Experimento político llevado por Alfonso XIII a finales de 1917 donde los partidos del sistema que eran el partido liberal y conservador sean presididos por un miembro de cada partido pero con ministros también de otras tendencias políticas.

Protectorado de Marruecos → Institución de derecho internacional llevada por Francia y España donde ambos al ser los estados protectores dirigían la política del estado protegido asumiendo la obligación de defenderlo ante diferentes agresores exteriores.

Sector africanista y juntista del ejército → Sectores que dieron lugar a una división del propio ejército español durante la guerra del desastre de Annual, donde unos aspiran a beneficiarse para ascender (africanistas) y unos rechazaban este sistema de promoción (juntistas).

Presupuesto de clero y culto → El presupuesto de clero y culto consiste en unos fondos otorgados al clero para su mantenimiento como el 17 Julio de 1840 antes de suprimir el diezmo.

Posibilismo → El posibilismo se refiere a la estrategia de organizaciones que en vez de salirse de instituciones que rechazan, participan y aprovechan las <<posibilidades>> que las instituciones les ofrecen para alcanzar sus fines.


En el Siglo XIX la actividad económica más importante en España siguió siendo la agricultura. Dos tercios de la población activa trabajaban en el campo y la agricultura generaba más de la mitad de la renta nacional. Además, los productos agrarios predominaban entre las exportaciones totales españolas.

En el ámbito industrial se produjo el fracaso de la revolución industrial en España, cuyo inicio se retrasaría hasta finales del Siglo XIX y principios del XX. La industrialización se vio frenada, en parte, por el estancamiento agrario, que no favorecíó el crecimiento de la población, ni la demanda de bienes industriales por parte de los campesinos, ni el trasvase de población agraria a las zonas urbanas e industriales. Las carácterísticas de la industrialización durante el período que nos ocupa son las siguientes: la industria textil catalana se desarrolló gracias al capital autóctono, la inversión en nuevas tecnologías y el proteccionismo.
Hubo un escaso desarrollo de la siderurgia, debido a la escasez de carbón, su difícil extracción y la escasa demanda de hierro que había en España. La minería tuvo una fuerte expansión a partir de 1868, gracias a la apertura a inversores extranjeros, lo que favorecíó su exportación.

Las consecuencias de este panorama en el sector secundario fueron: el desarrollo limitado de la industria y de la minería a zonas muy concretas, como Cataluña, Málaga, Asturias y Vizcaya. La escasa inversión de capital nacional. Y, por último, la reducida aportación del sector industrial y minero a la renta nacional del país y a la generación de empleo.


El sector de los transportes presenció un amplio desarrollo del ferrocarril., sobre todo a partir de la publicación de la Ley General de Ferrocarriles, en 1855, que abríó las puertas al capital extranjero. Esta ley estaba en relación con otras simultáneas que en buena parte se orientaban a impulsar el progreso de la construcción ferroviaria. Propiciaba la creación de sociedades anónimas ferroviarias que se encargarían de la construcción y explotación de los diferentes tramos de la red; asimismo, prevéía el pago de subvenciones, e incluso, permitía la importación del material ferroviario. El resultado fue un rápido ritmo de construcción en los primeros diez años, hasta la crisis de 1866, debido, fundamentalmente, a la afluencia masiva de capital, tecnología y material extranjeros. El último impulso constructor del Siglo XIX comenzó en 1876, con la Restauración, y coincidíó con el desarrollo de la minería, por lo que una gran parte de los nuevos tramos conectaban las zonas mineras con el resto del país. La construcción de la red ferroviaria española presentaba serias deficiencias: por una parte, el material ferroviario había que importarlo y la inversión de capital nacional era escasa, lo cual generaba una importante dependencia del exterior. A esto hay que añadir, la escasez de mercancías para ser transportadas dentro del territorio español. Esto último favorecería la crisis de la construcción ferroviaria.

La política comercial fue en general proteccionista. Las leyes arancelarias de 1841 y 1849 favorecieron los intereses de los industriales del textil catalán y de los terratenientes castellanos cultivadores de trigo. Sólo durante el Sexenio Democrático se intentó una política liberal con el Arancel Figuerola de 1869. Este arancel no fue decididamente librecambista, ya que las tarifas que se aplicaban a las importaciones no se suprimieron, solo se bajaron, pero seguían siendo bastante altas. La Restauración significó de nuevo la vuelta al proteccionismo con la ley arancelaria de 1875.