El Franquismo en España: Ideología, Estructura y Pilares de la Dictadura (1939-1975)

Introducción al Régimen Franquista (1939-1975)

El régimen totalitario del general Francisco Franco se extendió desde el final de la Guerra Civil, el 1 de abril de 1939, hasta la muerte del dictador el 20 de noviembre de 1975. Durante prácticamente cuatro décadas, la ideología franquista se impuso a través del control social, la censura y la represión, aunque con el paso de los años fue chocando cada vez más con la modernización social surgida a raíz del desarrollo económico de los años sesenta.

Fundamentos Ideológicos, Sociales y Políticos del Franquismo

Durante la propia guerra, Franco descartó la idea de una dictadura militar transitoria, como había previsto el general Mola al iniciar el alzamiento. En su lugar, se planteó la creación de un nuevo Estado que “regenerase” España, desterrando cualquier atisbo de democracia o libertad. Era el nacimiento del Estado totalitario en nuestro país, cuyos fundamentos ideológicos pueden resumirse en:

  • Antiliberalismo, anticomunismo y antiparlamentarismo: Rechazo absoluto a las libertades individuales, la lucha de clases y el sistema democrático representativo.
  • Militarismo: Impregnó muchos aspectos de la vida cotidiana, desde uniformes y emblemas hasta desfiles y actos de exaltación de la bandera y el himno.
  • Nacionalcatolicismo: La Iglesia católica gozó de un papel privilegiado, lo que supuso la desaparición de elementos como el divorcio, el matrimonio civil, los cementerios laicos o los nombres no apostólicos. Además, Franco se consideraba el elegido de Dios (providencialismo) para salvar el país de los males del comunismo.
  • Tradicionalismo y Centralismo: Siempre vigente en los discursos de Franco, repletos de ultranacionalismo y de un exacerbado centralismo político que negaba cualquier diferencia regional.

Este nuevo sistema se inspiraba claramente en los modelos fascistas europeos (sobre todo el italiano), estableciendo un partido único en abril de 1937 que unificó a falangistas y tradicionalistas en Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET de las JONS). También se adoptaron símbolos fascistas como el saludo, y todos los poderes quedaban concentrados en manos de Franco, quien era al mismo tiempo Generalísimo de todos los ejércitos y Caudillo de España. Esta estructura pasó a ser conocida como el Movimiento Nacional.

Apoyos Sociales y Políticos de la Dictadura Franquista

En cuanto a los apoyos sociales de la dictadura, desde un principio contó con el soporte de la alta burguesía financiera e industrial, la vieja oligarquía terrateniente y los campesinos dueños de pequeñas propiedades, quienes se sentían amenazados por las colectivizaciones obreras republicanas. Además de estas bases sociales, el franquismo contó con una serie de apoyos políticos, las llamadas “familias” o grupos de influencia del régimen:

  • Los Militares: Su lealtad se vio recompensada con el nombramiento de altos cargos en la administración, ocupando siempre las carteras militares y puestos relacionados con la defensa. Fue, sin duda, el grupo más fiel a Franco, subordinado directamente a su persona.
  • Los Falangistas: Tuvieron especial preponderancia en los primeros momentos del régimen, adoptándose el uniforme, las insignias e himnos de Falange, algo que fue disminuyendo a raíz de la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Además, desde la muerte de José Antonio Primo de Rivera y la unificación con los tradicionalistas, la ideología original de Falange se fue diluyendo y transformando en una obediencia ciega al Caudillo.
  • La Iglesia: Proporcionó al régimen un elemento de legitimación más allá de la victoria militar, asegurando además el control ideológico de la población. Desde los años sesenta, el Opus Dei se convirtió en una de las organizaciones más influyentes de la dictadura, constituyendo una auténtica élite social. Solo a partir del Concilio Vaticano II en 1962 comenzó a producirse cierto distanciamiento entre la jerarquía eclesiástica y el dictador.
  • Los Monárquicos: Formaron un conjunto de tendencias diversas. Los carlistas tuvieron un papel escaso durante la dictadura, mientras que los demás apoyaban una restauración monárquica (encarnada en la figura de Don Juan de Borbón) al terminar la guerra. A pesar de que esto no se produjo y del conflicto provocado por el Manifiesto de Lausana, muchos monárquicos continuaron apoyando a la dictadura.

En la práctica, Franco intentó mantener siempre el equilibrio entre estos colectivos, evitando que nadie acaparase demasiado poder. Además, el dictador eligió normalmente a sus colaboradores por su lealtad personal, eficacia y falta de ambiciones, de modo que siempre se mantuvo como la cabeza indiscutible del Estado.