Evolución Social y Movimiento Obrero en España: Del Siglo XIX al XX

Transformaciones Sociales y Movimiento Obrero en España (Siglos XIX-XX)

En esta etapa, se produjo una significativa evolución de la población, la cual, aunque creció a un ritmo reducido, fue una consecuencia directa del desarrollo económico. Esta situación mantuvo la pervivencia del modelo demográfico antiguo. Durante este periodo, la tasa de crecimiento se mantuvo por debajo de la media europea debido a factores como la alta mortalidad (especialmente infantil), las guerras, las epidemias y las crisis de subsistencia. Enfermedades como la viruela y la fiebre amarilla dieron paso al cólera, y la tuberculosis afectó sobre todo a la clase trabajadora.

A partir de 1853, se produjeron emigraciones transoceánicas, principalmente de gentes de Galicia, Asturias y Cataluña. Paralelamente, las migraciones internas fueron más un producto de la escasez de oportunidades en el campo que de la oferta de nuevos trabajos en las ciudades.

También hubo un predominio de las formas de vida rurales, motivado por los efectos político-administrativos. Sin embargo, se produjeron importantes reformas urbanísticas o ensanches en las ciudades: los edificios se hacían cada vez más altos y se distribuían en viviendas de diferentes categorías, las calles se ensancharon, se construyeron estaciones de ferrocarril y se implementó el alumbrado público. Además, surgió la aparición de nuevos espacios de ocio como cafés, teatros y salas de baile.

De la Sociedad Estamental a la Sociedad de Clases

La estructura social de la época se dividió principalmente en tres grandes grupos:

1. Clases Altas

  • Se caracterizaron por un declive de la vieja nobleza señorial debido a su decadencia económica.
  • Se consolidaron mediante alianzas matrimoniales y la formación de grandes fortunas plebeyas, derivadas de la propiedad agraria y la especulación bursátil e inmobiliaria.
  • Estaban compuestas por burgueses terratenientes y rentistas que vivían en Madrid, en zonas céntricas, y poseían títulos nobiliarios.
  • Junto con la vieja nobleza, formaron una nueva clase de grandes propietarios y clase dirigente que ocupó los principales cargos en el ejército, la administración e incluso el clero.
  • Incluían grupos reducidos de burguesía financiera, profesional, industriales catalanes y burguesía comercial.
  • Poseían un alto nivel de vida, con mansiones y servicio doméstico.
  • Mostraban un carácter cerrado y exclusivista, con una moral estricta de cara al exterior y un énfasis en la honradez.

2. Clases Medias y Burguesía

  • Se distinguían por la independencia económica que les proporcionaba la posesión de sus instrumentos de trabajo o de un capital suficiente.
  • Estaban formadas por rentistas acomodados, pequeños y medianos propietarios agrarios y urbanos, y comerciantes.
  • Vivían en pueblos pequeños y ciudades, constituyendo la élite de sus comunidades.
  • Su vida era austera y dependían de la bonanza económica.
  • Defendían el orden y la propiedad.
  • Su protagonismo político residía en su inoperancia.

3. Clases Populares

  • Fueron las más abundantes y un grupo heterogéneo.
  • Incluían campesinos arrendatarios y jornaleros, artesanos, comerciantes minoristas y el proletariado.
  • Su punto común era la dependencia de su trabajo, sus ingresos y sus formas de vida respecto a las clases propietarias.

Génesis y Desarrollo del Movimiento Obrero en España

Más tarde, durante el reinado de Alfonso XII, se produjo el arranque del movimiento obrero. El campesinado sin tierras presentó demandas y pleitos, y se negaron a pagar rentas por tierras que cultivaban desde toda su vida. La desigual distribución de la propiedad de la tierra y la creciente proletarización del campesinado desembocó en la radicalización de los movimientos campesinos en Andalucía, manifestándose en ocupaciones ilegales y el reparto de tierras entre los jornaleros.

Las primeras manifestaciones obreras tuvieron un carácter ludista en 1835. En los años 40, surgieron los primeros sindicatos obreros. Durante el Bienio Progresista (1854-1856), proliferaron las agitaciones sociales y el obrerismo, teniendo lugar la primera huelga general. Este Bienio marcó un salto cualitativo en la toma de conciencia del proletariado y el inicio del sindicalismo.

En 1868, Giuseppe Fanelli llegó a España y organizó los primeros centros anarquistas entre los campesinos andaluces y los obreros catalanes, lo que llevó a levantamientos anarquistas en Alcoy. En 1870, se creó la Federación Regional Española (FRE). Sin embargo, más tarde, el movimiento obrero español quedó dividido en dos bandos: el socialista, seguidor de Marx, y el anarquista, partidario de Bakunin.

El Republicanismo

El republicanismo fue una fuerza que, durante la Restauración, no logró consolidarse como una alternativa política viable. Esto se debió a la acusada fragmentación de sus partidarios, divididos entre opuestos a estrategias revolucionarias y defensores de un estado federal o centralista, entre otras cuestiones. Hubo una ausencia de líderes destacados y una falta de doctrina renovada. En 1903, se constituyó la Unión Republicana, de carácter interclasista y urbano, que defendía la República como forma de estado y apoyaba el cooperativismo.

El Movimiento Obrero durante la Restauración (1875-1923)

El desarrollo del movimiento obrero entre 1875 y 1923 se vio muy afectado por la vuelta a la Restauración y por las limitaciones de libertades. Este movimiento se caracterizó por una falta de unidad en el sindicalismo obrero y por la importancia del anarquismo en Andalucía y Cataluña.

Desde 1874, los grupos asociados a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) pasaron a la clandestinidad, con dos consecuencias principales: la desarticulación organizativa y la radicalización del terrorismo. En el siglo XX, se produjo el tránsito de una sociedad agraria a una urbana.

1. Anarquismo

El anarquismo se reorganizó a partir de las reformas de Sagasta. Se creó la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). En Andalucía, la organización La Mano Negra llevó a cabo una serie de crímenes y delitos comunes que desataron una fuerte represión policial y judicial contra el obrerismo y el republicanismo.

En la década de los 90, los anarquistas llevaron a cabo la acción sindical, la acción violenta y la producción cultural. La represión fue sistemática después de los atentados de Barcelona y el asesinato de Cánovas.

La corriente anarquista se organizó a partir de 1910 en torno a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y se caracterizó por su independencia política, su carácter revolucionario y la práctica de la acción directa. Por último, surgió una afiliación obrera y campesina elevada a partir del congreso de y, en 1927, el sector más político de los anarquistas fundó la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

2. Socialismo

Otro movimiento importante fue el socialismo, surgido en 1879 cuando Pablo Iglesias fundó en Madrid el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En 1888, se creó en Barcelona el sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT).

Este movimiento se caracterizó por la influencia del marxismo francés, la defensa de la lucha de clases y la creencia en el hundimiento del capitalismo. En 1909, gracias a la formación de la Conjunción Republicana-Socialista, Pablo Iglesias obtuvo la primera acta de diputado. El modelo de sindicalismo socialista era el de lograr mejoras graduales para los obreros.

Además, el socialismo surgió con fuerza en Madrid, Vizcaya y Asturias. El PSOE y la UGT promovieron la creación de centros obreros.

3. Sindicalismo Reformista y Católico

El último movimiento fue el Sindicalismo Reformista, caracterizado por un fuerte arraigo del sindicalismo de oficio en forma de cooperativismo y mutualismo, sobre todo en Cataluña. Sus partidarios creían en la educación como vía de emancipación social.

La Iglesia, por su parte, buscó constituir un sindicalismo de carácter confesional de acuerdo con la encíclica Rerum Novarum. Este comenzó en España con Círculos Católicos, cuyo objetivo era contrarrestar a los sindicatos anarquistas y socialistas.

Para finalizar, en el mundo rural se desarrolló un movimiento asociativo y se acabó firmando la Ley de Sindicatos Agrícolas en 1906.