Explorando la Filosofía Clásica y Moderna: Agustín, Aquino y Descartes

San Agustín: La Influencia del Platonismo y la Búsqueda Interior

La influencia de Platón en el pensamiento agustiniano se manifiesta en tres niveles clave:

  1. Metafísica u Ontología

    Ambos filósofos admiten la existencia de dos mundos: uno material y otro metafísico. Platón postula el Mundo de las Ideas, compuesto por realidades inmutables y perfectas, y el mundo sensible, que son copias imperfectas y en constante cambio. Agustín, por su parte, también distingue una doble realidad: el Reino de Dios (espiritual y eterno) y el mundo físico (temporal y creado).

  2. Conocimiento

    Tanto Agustín como Platón defienden un dualismo epistemológico ligado al dualismo metafísico. Existen dos mundos y, por ende, dos tipos de conocimiento:

    • El conocimiento sensible, que se ocupa de la realidad en constante cambio y es incapaz de lograr la verdad última.
    • El conocimiento racional, que se ocupa de la realidad verdadera y eterna.

    Para Platón, el Bien es el principio de la visibilidad, iluminando el alma para alcanzar el conocimiento verdadero y haciendo visibles las Ideas. Para Agustín, Dios sitúa todas las ideas eternas en el alma humana e ilumina el alma para que esta pueda conocerlas.

    La dialéctica, para Platón, es una actitud propia del filósofo verdadero que busca la verdad a través del diálogo. Es el método filosófico supremo, identificado con la filosofía misma, y se constituye por dos movimientos lógicos inversos:

    • La unificación: Consiste en captar la esencia inmutable de las cosas (Ideas) mediante una elevación progresiva desde los objetos particulares hasta los conceptos más universales, es decir, la abstracción o universalización.
    • La división: Mediante la cual se llega a lo particular siguiendo las diferencias internas de los distintos géneros.

    Para Agustín, la dialéctica es una búsqueda interior; el ser humano no debe buscar la verdad en el exterior, sino en su propio interior. En esta búsqueda, el ser humano necesita la ayuda de Dios.

    Para ambos filósofos, el alma es el principio del conocimiento y en ella se sitúan la razón, el entendimiento y la capacidad humana para conocer la verdad. Platón considera que el alma ya existía en el Mundo de las Ideas antes de unirse al cuerpo y, al unirse, rememora las ideas olvidadas (la “cárcel del alma”). Para Agustín, el alma no ha existido anteriormente, y el conocimiento consiste en descubrir las ideas eternas puestas por Dios en su interior.

Tomás de Aquino: Fe, Razón y la Existencia de Dios

Distinción y Armonía entre Fe y Razón

Según Tomás de Aquino, la Filosofía y la Teología son dos ciencias distintas con objetos, métodos y criterios propios. Los objetos de la Razón son los contenidos del mundo natural, mientras que los de la Fe se sitúan en el ámbito de lo sobrenatural. En cuanto al método, la Razón se vale de la abstracción, y la Fe utiliza la revelación.

No existe contradicción entre fe y razón; si alguna aparente contradicción surgiera, sería una contradicción falsa. En tal caso, se debe revisar la razón, puesto que la verdad descubierta y admitida por la fe nunca se equivoca.

Tomás de Aquino busca la concordancia (armonía) entre la fe y la razón. Cuando los objetos de la filosofía y de la teología se ocupan de los mismos temas, debe existir concordancia entre lo que descubre el filósofo y lo que afirma el teólogo.

¿Por qué?

Porque es el mismo Dios quien ha creado al ser humano como ser racional y es el autor de la revelación; por lo tanto, no puede haber contradicción entre lo que Dios revela y lo que el ser humano conoce con la razón que Dios le ha dado. La distinción y la armonía permiten establecer relaciones de complementación y ayuda mutua.

A diferencia de pensadores anteriores que creían que la razón era incapaz de lograr la verdad por sí sola y necesitaba la iluminación de la fe, Tomás de Aquino sostiene que la razón es capaz de alcanzar la verdad por sí misma.

La Existencia de Dios: Las Cinco Vías de Tomás

Tomás de Aquino demuestra la existencia de Dios a través de sus cinco vías, clásicas por su brevedad y claridad:

  1. La Vía del Movimiento: Con antecedentes en Aristóteles, parte de la observación de que todo lo que se mueve en el mundo es movido por otro, ya que nada puede moverse por sí mismo. Dado que no podemos ir hasta el infinito en la cadena de motores, debe haber un Primer Motor Inmóvil que mueve sin ser movido: Dios.
  2. La Vía de la Causalidad Eficiente: Observa que toda causa eficiente es a su vez causada por otra. De nuevo, no es posible una regresión infinita de causas, por lo que debe existir una Causa Primera no causada: Dios.
  3. La Vía de la Contingencia de los Seres: Afirma que todo ser podía también no haber sido; nada es necesario por sí mismo. Si solo existieran seres contingentes, en algún momento no habría existido absolutamente nada. Por lo tanto, debe existir un Ser Necesario, imprescindible: Dios.
  4. La Vía de la Gradación de las Perfecciones: Detrás de la mayor o menor perfección de las cosas (bondad, verdad, nobleza) existe un Ser perfecto en grado sumo. Este Ser Perfecto es al mismo tiempo la causa o razón de todo lo que en general es valioso: Dios.
  5. La Vía de la Ordenación del Cosmos (Teleológica): Dada a conocer por los estoicos y definida por Cicerón y Séneca. Existe un orden en el universo o cosmos, y este camina hacia una meta (a través de su movimiento y evolución). Por lo tanto, debe existir una inteligencia suprema que haya establecido esa finalidad: Dios.

Descartes y el Contexto de la Modernidad

La Ilustración y la Crítica al Antiguo Régimen

La etapa final del Antiguo Régimen, el siglo XVIII, se caracterizó por la aparición y desarrollo de una nueva forma de pensar y ver la realidad social. Su idea básica residía en el uso de la razón y la libertad.

La Ilustración fue un fenómeno con múltiples aspectos. Sus razonamientos afectaron a casi todos los aspectos de la vida de las personas, desde la ideología y las creencias religiosas hasta la forma de organización social y política de los países. Las características esenciales del pensamiento ilustrado fueron siete:

  • El predominio de la razón como criterio de verdad frente a la tradición, lo sobrenatural y la superstición.
  • La crítica como instrumento de censura de aquellos rasgos de la sociedad, la cultura o la religión que se oponían a la razón.
  • La defensa de la autonomía del poder civil, que incluso debía controlar al poder eclesiástico.
  • La tolerancia religiosa como expresión de la pluralidad de creencias y de ideas.
  • Un elevado interés por la economía y el progreso material como medio para alcanzar la felicidad terrenal.
  • La educación como instrumento para difundir la razón, por lo que era conveniente que fuese dirigida por el Estado.
  • El interés por las ciencias experimentales y el sentido práctico de sus avances.

El filósofo alemán Immanuel Kant creía en la Ilustración como medio de emancipación del ser humano para que saliera de su “minoría de edad”. Su lema, Sapere aude!, “¡Atrévete a saber!”, representaba una actitud global que defendía un concepto de la vida cuyo centro era el ser humano, quien debía liberarse de las limitaciones que le imponían la tradición social, el ejercicio de la política y el peso de la religión.

Ahora, ese nuevo “hombre ilustrado”, guiado por las «luces» del saber y la razón, era capaz de comprender la naturaleza a través de la ciencia experimental y el análisis racional, lo que lo haría «feliz». La felicidad aparecía como el gran objetivo alcanzable por cada ser humano como individuo y como ser social, en perfecta armonía.

Las bases sociales de la Ilustración se hallaban en las «clases educadas»: aristócratas, sacerdotes y otros sectores del clero, médicos, funcionarios, militares, abogados y comerciantes. El grupo que protagonizó este cambio ideológico lo formaban los «filósofos»: así se llamó en Francia al grupo que llevó a cabo la gran obra de la Enciclopedia.

El Empirismo

Es la doctrina filosófica que se desarrolla en Inglaterra durante los siglos XVII y XVIII. Tiene tres rasgos principales:

  • La experiencia sensible es el origen del conocimiento. La mente humana es una página en blanco que se va llenando con los contenidos de la experiencia, y por ello el empirismo niega la existencia de las ideas innatas.
  • La experiencia es el límite del conocimiento humano. Cuando vamos más allá de la experiencia, entramos en el ámbito de lo probable o dudoso. Todo conocimiento es conocimiento de las ideas. Conocemos las ideas y no las cosas. (En este punto coinciden el Empirismo y el Racionalismo).
  • La razón es razón autocrítica. Esta analiza sus límites y posibilidades y sus contenidos. Los contenidos metafísicos, que van más allá de la experiencia sensible, son incognoscibles, ya que se sitúan fuera de los límites de la razón.