Filosofía Esencial: Retórica, Lógica y la Naturaleza de la Realidad

La Retórica y la Composición del Discurso Persuasivo

Tener una opinión no es suficiente; es crucial saber expresarla adecuadamente. En algunas ocasiones basta con decir pocas palabras, pero en otras es necesario desarrollar una argumentación más extensa, ya sea hablando o escribiendo. Para lograrlo, es fundamental aprender a organizar correctamente lo que queremos comunicar. La retórica es la disciplina que estudia el arte de construir un discurso eficaz y persuasivo.

Etapas de la Elaboración del Discurso

Los expertos en este campo dividen su elaboración en varias etapas:

  1. Inventio: Corresponde al momento en que se piensa qué se va a decir. En esta fase se buscan ideas y argumentos que ayuden a convencer al público, considerando también aquellos puntos en los que ya se está de acuerdo.

  2. Dispositio: Consiste en organizar esas ideas de manera coherente. Normalmente, un discurso se estructura en tres partes:

    • Exordio: La introducción, que sirve para captar la atención del público y preparar el ambiente, buscando simpatía e interés.

    • Narratio: La exposición del tema o de los hechos, presentada de forma clara y ordenada.

    • Peroratio: La conclusión, donde se repasan los puntos más importantes y se intenta dejar una impresión fuerte o conmovedora que refuerce el mensaje final.

  3. Elocutio: Se refiere al estilo del discurso. Aquí se cuida la corrección gramatical, se utilizan figuras literarias y se procura que el mensaje sea comprensible. Dentro de esta fase se incluye la compositio, que trata sobre cómo se colocan las palabras en las frases, buscando un discurso con buen ritmo, claridad y mayor fuerza persuasiva.

  4. Actio: Abarca la forma en que se pronuncia el discurso en voz alta, incluyendo el tono de voz, los gestos y la expresión corporal, los cuales deben acompañar adecuadamente lo que se dice.

  5. Memoria (también conocida como Mneme): Corresponde a la parte del discurso que se ocupa de recordar lo que se va a decir cuando no se lee, sino que se habla directamente al público. En este caso, el orador debe memorizar tanto el contenido como el orden de las partes del discurso para expresarlo con claridad y sin errores u olvidos.

Las Falacias Informales: Errores Comunes en la Argumentación

El estudio de las falacias se remonta a Aristóteles en el siglo IV a. C., cuando observó que muchas personas utilizaban argumentos engañosos en sus discursos, especialmente en el ámbito político. Las falacias son razonamientos que, aunque aparentemente válidos, contienen un error o trampa lógica, y pueden persuadir fácilmente si no se examinan con atención.

Tipos de Falacias

Existen dos grandes tipos de falacias: las formales y las informales. Las falacias formales son errores relacionados con la estructura lógica del argumento y son objeto de estudio de la lógica formal. Las falacias informales, en cambio, son errores que no dependen de la forma del argumento, sino de su contenido, del modo de expresarse o del uso de emociones en lugar de razones. Estas falacias resultan especialmente peligrosas porque pueden sonar razonables, aunque no garanticen que la conclusión sea verdadera.

Falacias Informales Comunes

Entre las falacias informales más habituales se encuentran:

Falacia ad verecundiam
Ocurre cuando se dice que algo es cierto solamente porque lo afirma una persona con autoridad, como si esta no pudiera equivocarse.
Falacia ad hominem
Se ataca a la persona que expresa un argumento en lugar de responder a lo que está diciendo.
Falacia ad populum
Intenta convencer apelando a sentimientos, prejuicios o a la opinión de la mayoría, en lugar de usar razones verdaderas.
Falacia ad ignorantiam
Sostiene que algo es cierto solo porque no se ha demostrado lo contrario.
Falacia ad baculum
Busca imponer una idea mediante amenazas, y no mediante argumentos razonables.
Generalización indebida
Ocurre cuando se saca una conclusión general a partir de pocos casos o ejemplos.
Falsa causa
Aquella en la que se cree que una cosa causa otra solo porque ocurrió después.
Falacia semántica
Se emplea una misma palabra en diferentes sentidos dentro del argumento sin aclararlo.
Falacia circular
Aquella en la que la conclusión se usa para probar la premisa, y la premisa para justificar la conclusión, sin aportar pruebas reales.

Conocer estas formas de argumentación engañosa nos ayuda a detectar intentos de manipulación y a protegernos de discursos políticos o publicitarios que pueden ser persuasivos pero no verdaderos. Por ello, la filosofía aplicada a la comunicación promueve el desarrollo del pensamiento crítico, esencial para reconocer y resistir estas estrategias persuasivas pero engañosas.

La Lógica: Fundamentos del Razonamiento Válido

La lógica es una rama fundamental de la filosofía dedicada al estudio de la validez y la estructura de los razonamientos. Mediante el uso del lenguaje, formulamos afirmaciones sobre el mundo y relacionamos ideas para llegar a conclusiones. Sin embargo, no basta con tener datos verdaderos; también es necesario saber relacionarlos correctamente. La lógica se encarga precisamente de eso: de garantizar que nuestros razonamientos sean válidos y que las conclusiones a las que llegamos sean confiables.

Componentes del Razonamiento

Los razonamientos, también conocidos como inferencias, son procesos cognitivos mediante los cuales se obtiene una conclusión a partir de un conjunto de datos o premisas. Todo razonamiento consta de dos partes principales:

  • Premisas: Los datos iniciales o afirmaciones de partida.
  • Conclusión: Lo que se deduce a partir de esas premisas.

Por ejemplo, si decimos: “Todos los perros ladran” (premisa 1) y observamos que “este animal ladra” (premisa 2), podríamos concluir que “este animal puede ser un perro” (conclusión).

Tipos de Razonamiento Lógico

Existen dos tipos principales de razonamiento:

Razonamiento Deductivo

Parte de afirmaciones generales para llegar a conclusiones particulares. Si las premisas de un razonamiento deductivo son verdaderas, la conclusión también lo será necesariamente. Por ejemplo, si afirmamos que “todos los gatos son felinos” y que “todos los felinos son mamíferos”, entonces podemos concluir que “todos los gatos son mamíferos”.

Razonamiento Inductivo

Parte de casos concretos y saca conclusiones generales. En este tipo de razonamiento no se puede garantizar que la conclusión sea verdadera, solo que es probable. Por ejemplo, si hemos visto muchos cisnes blancos, podríamos pensar que “todos los cisnes son blancos”, aunque la aparición de un cisne negro rompería esa conclusión. La inducción no asegura la verdad, pero se utiliza frecuentemente en la ciencia y en la vida cotidiana.

Validez y Corrección en Lógica

En lógica, la validez de un razonamiento no se califica como ‘verdadero’ o ‘falso’, sino como correcto o incorrecto, según si la conclusión se sigue adecuadamente de las premisas. Un razonamiento es correcto si, partiendo de premisas verdaderas, se obtiene una conclusión que también debe ser verdadera. No obstante, puede ocurrir que se razone correctamente pero con premisas falsas, lo que podría llevar a una conclusión falsa o incluso verdadera por casualidad. También puede pasar que se razone incorrectamente y, aún así, la conclusión coincida con la verdad. La clave de un razonamiento válido reside en que la conclusión se derive lógicamente de sus premisas, independientemente de la verdad material de estas.

La Metafísica: Explorando el Ser y la Realidad

A lo largo de la vida, los individuos experimentan múltiples transformaciones: físicas, emocionales, en gustos e intereses. No obstante, persiste una sensación de identidad inmutable. Esta experiencia plantea una pregunta filosófica fundamental: ¿qué es lo que hace que sigamos siendo nosotros mismos a pesar de todos esos cambios? La rama de la filosofía que aborda estas interrogantes es la metafísica, disciplina que se adentra en temas fundamentales como el ser, la existencia y la realidad, buscando comprender la naturaleza más profunda de todo lo que existe.

Origen del Término ‘Metafísica’

El término “metafísica” se atribuye a Andrónico de Rodas, quien al ordenar los libros de Aristóteles colocó algunos textos después de los de física y los denominó así. No se trataba solo del orden en la colección, sino también del contenido de los escritos, que trataban cuestiones que van más allá de lo material, como el ser, la existencia y la realidad en su sentido más amplio.

La Realidad: Múltiples Perspectivas

La realidad, en términos generales, es todo aquello que existe. Sin embargo, cuando reflexionamos más profundamente, nos damos cuenta de que definir qué es real no es tan sencillo. Sabemos, por ejemplo, que un caballo es real, pero ¿y un unicornio? Aunque sabemos que los unicornios no existen como animales reales, la idea de ellos sí existe en nuestra mente y en la cultura. Lo mismo ocurre con conceptos como la libertad, el amor o la belleza, que no se pueden ver ni tocar, pero que de algún modo forman parte de nuestra experiencia. Por eso, existen dos maneras principales de entender la realidad:

Sentido Restrictivo de la Realidad

Solo se considera real lo que puede verse, medirse o comprobarse, es decir, lo físico, como un árbol, un planeta o un átomo, e incluso cosas que no vemos directamente pero cuyas consecuencias observamos, como la gravedad.

Sentido Amplio de la Realidad

También se consideran reales nuestras emociones, pensamientos