La narrativa desde 1940 hasta los años 70

La narrativa desde 1940 hasta los años 70.

  1. La década de los 40 se centra en historias individuales de extremada crudeza dentro del realismo tremendista, estilo que pone el acento en los aspectos más miserables y desagradables de la realidad, pero evitando referencias sociohistóricas para no chocar con la censura.

Carmen Laforet, Miguel Delibes y Camilo José Cela son los principales representantes.

Otras tendencias son: la novela fantástica y humorística o el realismo tradicional más convencional.

  1. Los años 50 dan lugar al auge de la novela social. Las novelas se centran en los problemas de un conjunto de personajes. Se trata de novelas de protagonista colectivo.

En esta década se observa la influencia de técnicas narrativas extranjeras, así como una tendencia al objetivismo y al neorrealismo. Algunos novelistas optan por el realismo crítico que pretende agitar las conciencias y denunciar las injusticias sociales.

Los conflictos sociales son el eje central de muchas de estas novelas y el estilo se vuelve coloquial.

Destaca el contrapunto entre el habla expresiva y popular del pueblo y la empobrecida e impersonal de los excursionistas madrileños. La presencia casi total del diálogo contribuye al máximo objetivismo.

  1. A partir de los 60, se produce una superación del realismo. En 1962 se publica La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa y Tiempo de silencio de Luis Martín Santos.

Con estas obras se inicia una nueva forma de narrativa, mucho más preocupada por los aspectos formales.

Esta nueva narrativa implica transformaciones en todos sus elementos: acción, personajes, punto de vista, estructura, diálogos, descripciones, etc.

También se la denomina a esta línea novela experimental. En esta misma corriente obras como la de Miguel Delibes (Cinco horas con Mario).



El teatro desde 1940 hasta la actualidad.

Vive durante la posguerra una intensa crisis general; los autores escasean y padecen una férrea censura. El público y los empresarios no están dispuestos a la innovación. Además, aparece el cine.

Tendencias teatrales:

Teatro triunfante: en la inmediata posguerra propone una continuidad con las formas y los temas dramáticos anteriores a la guerra civil.

La alta comedia no trata de innovar, es un subgénero basado en el diálogo agudo y brillante.

Teatro de humor: sus representantes más destacados son Enrique Jardiel Poncela y Miguel Miura.

Jardiel Poncela busca el humor en el planteamiento de situaciones inverosímiles y absurdas.

Siempre trató de acomodar sus argumentos a la lógica final y a las condiciones técnicas del teatro y el escenario.

Miguel Miura marca la imposibilidad de representar. Tres sombreros de copa contiene tal poder crítico y corrosivo que se impidió su representación hasta 1952.

La fama que ya había adquirido Miura ayudó a su éxito.

Teatro social: surge en los años 50, comprometido con los problemas del ser humano. Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre son los autores más sobresalientes.

Este teatro plantea una ruptura con la línea anterior que generó polémica entre los autores.

Se habla de posibilismo e imposibilismo:

El posibilismo es un teatro moderadamente crítico, que pueda estrenarse y entregarse al público.

El imposibilismo trata de escribir lo que el autor piensa sin censura.

Línea más tradicional del teatro: a partir de los 60 continúa esta línea basada ante todo en el diálogo, con nuevos autores como José Luis Alonso Santos (Bajarse al moro).



La novela y el cuento hispanoamericano en la segunda mitad del siglo XX.

La evolución de la narrativa hispanoamericana durante el siglo XX puede describirse en cinco movimientos:

Años iniciales: fiel al realismo. A partir de 1920: realismo con temas americanos e interés social. Años 40 y 50: experiencias renovadoras. Años 60 y 70: el boom o auge de la narrativa. Los herederos del boom: éxito comercial de la novela hispanoamericana.

La novela realista: regionalismo y problemas sociales.

El realismo domina la novela hasta los años 40.

Entre 1910 y 1920 destacan obras como Los de debajo de Mariano Azuela.

De 1920 a 1940 se consolidan estas tendencias, incidiendo en la lucha del hombre con la naturaleza, la miseria y las dictaduras. Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos.

Hacia la renovación: la superación del realismo.

A partir de 1940 se buscarán otros temas y otras técnicas. Se aprecian varias novedades:

Aparición de temas urbanos.

Se abordan problemas urbanos.

Aparece la fantasía junto a la realidad (REALISMO MÁGICO).

Hay una mayor preocupación por la estructura y el estilo.

Surge un panorama muy rico de autores:

Jorge Luis Borges: Miguel Ángel Asturias: Alejo Carpentier: Juan Rulfo:

La nueva novela hispanoamericana: el boom.

En los años 60 los lectores quedaron fascinados por autores como Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez… Estos novelistas continuaban las innovaciones emprendidas por sus predecesores, llevándolas más lejos y aportando nuevos recursos, ampliando el universo temático, ahondando en el “realismo mágico, experimentando con las estructuras, el lenguaje y el estilo, derrochando creatividad.

Gabriel García Márquez, Julio Cortázar:.Mario Vargas Llosa: Ernesto Sábato: Carlos Fuentes:

A sombras del boom: últimos novelistas.

Se abren paso a las nuevas generaciones.

Entre los novelistas destacan: Manuel Puig: Alfredo Bryce Echenique: Isabel Allende:

Como cuentistas: Augusto Monterroso, Mario Benedetti y Eduardo Galeano.