La novela realista y el naturalismo en Cataluña

La burguesía y la novela: dos historias aparte

Justo cuando la burguesía toma un protagonismo social y político indiscutible en toda Europa, la novela vive también un momento brillante, que hace que los autores se apresuren a complacer los gustos de un público lector.

La novela realista

En el siglo XIX, en varias partes de Europa se conoció al escritor escocés Walter Scott (1771-1832), quien puso en práctica un nuevo modelo de novela histórica. El pionero de lo que entendemos como novela realista fue el escritor francés Honoré de Balzac, con su obra La comedia humana. Balzac consideraba a Scott como su maestro. La novela realista es aquella ficción literaria que, sin ser verdad, puede parecerlo.

El naturalismo

Encabezado por Emile Zola, en la segunda mitad del siglo XIX, de características casi científicas, las obras literarias colaboran al estudio de la mente humana. El trasfondo científico del siglo XIX trajo importantes avances científicos, como Darwin, Claude Bernard y Taine con la teoría determinista. Zola marca el nacimiento del naturalismo con Thérèse Raquin en 1867 y en 1875 publica La novela experimental, donde expone qué debe ser una novela.

Nacimiento de la novelística catalana moderna

En los siglos XIX no había herencia narrativa en catalán desde la Edad Media. A lo largo del siglo XIX surge una novelística catalana, y en la segunda mitad del siglo la novela histórica sigue la tendencia europea. Pero se comienza a escribir en catalán a partir de 1862, que fue un año importante para la novela en catalán con Antoni Bofarull – La orfeneta de Menargues, una historia entre histórica y romántica para reivindicar la nacionalidad.

La novela realista

Entre el costumbrismo y el realismo, una nueva visión del mundo desde unos parámetros realistas, basados en la razón y lejos de los valores que había alabado el romanticismo. En Cataluña, solo la adoptaron Yxart, Sarda y Alfarero, partiendo del costumbrismo único que tenían.

Narcís Oller

Siglo XIX plenamente realista.

El naturalismo en Cataluña

Gracias a Yxart y Sarda, la obra de Zola se conoce rápidamente en Cataluña, aunque el naturalismo aquí nunca fue como decía Zola.

Narcís Oller

Nacido en Vallés en 1846, se traslada a Barcelona para estudiar abogacía. Fue educado por su tío Josep Moragas y tuvo mucha relación con su primo Cusi Yxart, lo que le interesó por la literatura y el naturalismo. Su primera obra fue La mariposa en 1882, donde la calidad narrativa y la inventiva creadora son importantes dentro del panorama catalán del siglo XIX. No es una novela 100% naturalista, ya que su final es diferente, y Zola le dice que no es, que es más realista. En 1884 escribió La escanyapobres, un cuadro absolutamente negativo de los seres humanos, deshumanizados que solo se mueven por dinero. Esta obra se considera la más naturalista. En esta se ve una cierta moralidad, un “castigo por malo”. En 1885 escribe Vilaniu, donde empeora un poco, con un final inverosímil y precipitado. En cambio, en 1890-1892 La fiebre dorada recupera su puesto de novelista crucial para el panorama literario catalán, a pesar de que tampoco se acerca demasiado al naturalismo, sino más al realismo, ya que impone la lección moral en su final.

Últimas novelas

En 1898, el panorama literario moderno estaba cambiando, el modelo realista-naturalista estaba en crisis y Alfarero pende de lo moderno e introduce novedades en el plano técnico-formal. También hace de los fundamentos filosófico-positivistas del naturalismo, es decir, el determinismo, la temática de la novela. En 1906 publica Pilar Delgado, consiguiendo una novela exitosa más psicológica. Tal vez condicionado por el nuevo modernismo, donde no se integró más allá del grupo de escritores jóvenes con empuje, no publicó ninguna novela más hasta que entre 1913 y 1918 escribió las memorias literarias, donde habla de todas sus obras. No se publicó hasta 1962 por voluntad expresa del autor. Alfarero escribió el corpus narrativo más importante de los siglos XIX catalán. Murió en 1930 en Barcelona, y se le considera con toda justicia el iniciador de la novela catalana moderna.

Personajes principales

Daniel Serrallonga: es el protagonista, toda la novela gira en torno a él y su locura.

Narrador: no dice su nombre, ni su edad… lo que conocemos de él lo sabemos gracias a los pocos datos que da: era estudiante de derecho y luego fue abogado del protagonista, se casó con una tal Matildeta y tuvo hijos. Su función es básicamente transmitir con nosotros lo que dicen los otros personajes.

Armengol: es el amigo del narrador y del protagonista. Tampoco sabemos demasiado sobre él ni su vida privada. También estudiaba derecho y su función es transmitir, a través del narrador, su punto de vista.

Giberga: hijo del médico de Daniel y del padre. Es un poco “cotilla”, parece que lo sabe todo y está convencido de que Serrallonga está loco. Es muy frío con sus comentarios al respecto.

Personajes secundarios

Don Ignacio Serrallonga: padre de Daniel Serrallonga, se suicidó y el médico dice que fue porque estaba loco. Giberga explica algunas cosas sobre él: abandonó sus obligaciones para dedicarse a la política, se casó por compromiso y desconfía de que sus hijas sean realmente suyas.

Adela y Carolina: son las hermanas de Serrallonga. Adela se describe como un “diablo con faldas” y, cuando el narrador la conoce, le parece muy atractiva y “sexy”. Carolina es descrita como una “gepeguda” y se dice que es peor que la mayor (Adela). Ambas llevan a juicio a su hermano por el testamento de su padre.