La Restauración Borbónica (1874-1902): Auge de Nacionalismos y Movimiento Obrero en España
Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, se estableció el Pacto del Pardo, un acuerdo clave para apoyar la regencia de su viuda, María Cristina de Habsburgo. Este pacto institucionalizó el sistema del turnismo, que alternaba en el poder a los partidos de Cánovas y Sagasta, excluyendo al resto de formaciones políticas del juego electoral. La oposición estaba formada por los carlistas y los republicanos, ya muy debilitados, así como por los nacionalistas, regionalistas y el movimiento obrero, que fueron cobrando fuerza progresivamente.
El Regionalismo y los Nacionalismos Periféricos
El regionalismo, y su forma más radical, el nacionalismo, nacen como reacción a varios factores:
- Un Estado unitario y centralizado en el que Madrid (centro político) no dedicaba recursos a las demás provincias, provocando un atraso en las regiones.
- Un sistema político que pretendía imponer una cultura oficial castellanizada que ignoraba la existencia de otras lenguas y culturas (como en Cataluña o Galicia).
- La oposición de la burguesía contra los intereses oligárquicos de los políticos de la capital.
La ineficacia del turnismo presentó a estos movimientos como una posible solución a los problemas de la nación.
El Nacionalismo Catalán: De la Renaixença a la Lliga Regionalista
La primera manifestación del nacionalismo en Cataluña, durante los años treinta del siglo XIX, es la Renaixença, un movimiento de recuperación cultural que pretendía fortalecer el catalán. Este movimiento literario propició el nacimiento de movimientos políticos que buscarían el autogobierno de la región. La justificación de este nacionalismo se basaba en:
- Su historia propia como entidad política diferenciada.
- Su lengua distinta.
- Una realidad económica particular.
Valentín Almirall fundó el Centre Català en 1882 con el objetivo de lograr la autonomía e impulsó la presentación a Alfonso XII de un “Memorial de Agravios”, donde denunciaba la opresión de Cataluña. Sin embargo, intelectuales conservadores contrarios al progresismo de Almirall fundaron la Unió Catalanista en 1891. Su programa se fijó en las Bases de Manresa, que defendían un Estado confederal y la soberanía de Cataluña en política interior. En 1901 se fundó la Lliga Regionalista con líderes como Prat de la Riba y Francesc Cambó. Este partido conservador se oponía al sistema canovista y abogaba por la autonomía política mediante un reformismo.
El Nacionalismo Vasco: Tradición y Antiliberalismo
El nacionalismo vasco fue tremendamente conservador. Consideraba a los inmigrantes (maketos) culpables de la degeneración de la raza vasca e identificaba el capitalismo y el centralismo con lo español. Sabino Arana creó una ideología basada en el catolicismo y el antiliberalismo, fundando el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895. Debido a su escaso éxito inicial, se vio obligado a ampliar sus bases hacia una burguesía más moderna e industrial.
El Regionalismo Gallego: El Rexurdimento
El regionalismo gallego pretendía el renacimiento cultural (o Rexurdimento) para aumentar la conciencia de una patria común. Inició su andadura política cuando Manuel Martínez Murguía fundó la Asociación Regionalista Galega en 1889, que reclamaba autonomía, junto con otros teóricos como Alfredo Brañas.
Otros Regionalismos Menores
Surgieron otros regionalismos más débiles como Valencia Nova y Juventut Valenciana en Valencia, o la figura de Blas Infante en el Ateneo de Sevilla en Andalucía.
El Movimiento Obrero y Campesino
El movimiento obrero se define como la actividad política y social de obreros y campesinos para mejorar su situación económica y laboral, así como para defender sus derechos. En el siglo XIX se centró inicialmente en asociaciones de solidaridad y en acciones luditas. Las causas de su aparición fueron la exclusión del movimiento obrero por el turnismo y el ejemplo de otros movimientos europeos. Este último dio lugar a dos ideologías mayoritarias: el anarquismo y el socialismo.
El Anarquismo: De la Propaganda por el Hecho a la CNT
El anarquismo llegó a España gracias a Fanelli y se extendió mayoritariamente entre los campesinos andaluces y los obreros catalanes. Así, se organizaron en la Federación de Trabajadores de la Región Española y se separaron dos tendencias principales:
- La pacífica, que realizaba reivindicaciones sindicalistas.
- La violenta, con su “propaganda por el hecho”, que llevaba a cabo magnicidios y ataques terroristas.
En 1911, crearían la CNT, la organización obrera más importante de España, caracterizada por su apoliticismo, su carácter revolucionario y la acción directa.
El Socialismo: El PSOE y la UGT
El socialismo fue introducido por Lafargue y en 1879 Pablo Iglesias fundó el PSOE. Los socialistas defendían la creación de partidos políticos obreros para ganar las elecciones y, una vez en el poder, transformar la sociedad para velar por los intereses de los obreros. Reivindicaron mejoras laborales, una nueva legislación social y el derecho a huelga, para lo que fundaron la Unión General de Trabajadores (UGT). El primer parlamentario del PSOE fue Pablo Iglesias en 1910.