La Restauración Borbónica en España: Alfonso XII y el Sistema Canovista (1875-1902)

La Restauración Borbónica en España: Alfonso XII y el Sistema Canovista

El régimen de la Restauración en la historia de España es el periodo que se inicia en 1875 con el regreso de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII, y termina en 1931 con la proclamación de la Segunda República. Se distingue una primera etapa, entre 1875 y 1902, en la que se suceden los reinados de Alfonso XII (1875-1885) y la regencia de María Cristina (1885-1902), hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.

El Reinado de Alfonso XII y el Origen del Canovismo

El pronunciamiento del general Martínez Campos en 1874 llevó a la proclamación de Alfonso XII. Se formó un gobierno provisional, presidido por Antonio Cánovas del Castillo, quien fue el responsable tanto de la restauración borbónica como de la orientación política del nuevo régimen, que, por ello, recibe el nombre de canovista.

Cánovas se propuso dos objetivos fundamentales: en primer lugar, elaborar una Constitución que permitiese el bipartidismo, evitando así los graves problemas de inestabilidad del reinado de Isabel II, como los continuos pronunciamientos y la agitación social. En esta línea de pacificar la vida política del país, también se propuso poner fin a la guerra de Cuba y al conflicto carlista.

Pilares del Sistema Canovista

El sistema canovista se sustentó en varios elementos clave:

  • El Bipartidismo

    El bipartidismo del sistema canovista consistió en que el juego político recaía exclusivamente en dos grandes partidos: el Partido Conservador, dirigido por el propio Cánovas, y el Partido Liberal, liderado por Sagasta. Los demás partidos fueron sencillamente anulados.

  • El Turnismo o Alternancia Pacífica

    Mediante el turnismo o alternancia pacífica en el poder, ante el estallido de alguna crisis política, el jefe del partido de la oposición pasaba a ser presidente del gobierno. Se convocaban entonces elecciones, que, invariablemente, siempre ganaba el partido del gobierno. Esto se lograba a través de una fuerte manipulación o fraude electoral (los “pucherazos”), posible no solo por la conveniencia de ambos partidos, sino también por la presión ejercida por los caciques.

  • El Caciquismo

    El caciquismo es otro de los elementos característicos del sistema canovista. Los caciques eran personas notables, sobre todo en el medio rural, con gran influencia en la vida local. Orientaban la dirección del voto, agradeciendo con sus “favores” la fidelidad electoral y discriminando a quienes no respetaban sus intereses.

  • El Ejército y la Política

    El canovismo también intentó apartar al ejército de la vida política mediante una ley que impedía su intervención en las disputas entre los dos partidos del sistema. Como contrapartida, se otorgaba a los militares una cierta autonomía para sus asuntos internos y se dotaba al ejército de un elevado presupuesto.

La Constitución de 1876: Fundamento Legal del Régimen

En 1876 se promulgó la Constitución de este sistema, resultado del pacto entre los dos grandes partidos. Fue una Constitución de carácter conservador, inspirada en los valores tradicionales de la monarquía, la religión y la propiedad. La monarquía era la institución superior e incuestionable. Por ello, se establecía la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes, y se concedían amplios derechos al monarca: derecho de veto, nombramiento de ministros y potestad de convocar las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.

Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados, este último de carácter electivo. No se fijó en la Constitución el tipo de sufragio, pero leyes posteriores establecieron primero un sufragio censitario, y, más adelante, con el Partido Liberal en el gobierno, el sufragio universal masculino (1890). La Constitución también proclamaba la confesionalidad católica del Estado, aunque toleraba otras creencias siempre que no se hiciese manifestación pública de ellas. Asimismo, el texto constitucional reconocía, sin concretar, los derechos habituales de los ciudadanos dentro del sistema liberal.

Pacificación del País: Fin de las Guerras Carlista y Cubana

La estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de las guerras carlista y cubana. La restauración de la monarquía, en la persona de Alfonso XII, ya había restado muchos seguidores al carlismo. Hubo, sin embargo, intervención militar en las regiones que tradicionalmente habían apoyado el carlismo, hasta su total rendición en 1876. Por otra parte, el final de esta guerra permitió acabar más fácilmente con la insurrección cubana. Como resultado de la actuación militar y de la negociación con los insurrectos, en 1878 se firmó la Paz de Zanjón.

Conclusión: Legado y Críticas del Canovismo

En síntesis, el canovismo supuso un intento de pacificar la vida política del país, basado en el pacto entre la monarquía y los dos principales partidos. Sin embargo, esto se logró sin contar con otras fuerzas políticas y sociales, anulando la posibilidad de su intervención. Por ello, bajo la aparente estabilidad y tolerancia, el sistema se fue desprestigiando, a la vez que la oposición se iba radicalizando ante la imposibilidad de utilizar la vía parlamentaria.