La Romanización de Hispania y el Reino de Al-Andalus

La Romanización de Hispania

La total integración de los romanos a toda la Península Ibérica duró 200 años. Se produjo un largo proceso de conquistas que se centraron en la Segunda Guerra Púnica, Roma vs Cartago. El general Amílcar Barca creó un ejército para vencer a los romanos y en el 218 a.C. los cartagineses desembarcaron en Cádiz, culminaron el sur y fundaron Cartago Nova. En el 220 a.C., Aníbal, jefe del ejército, comenzó la conquista desde los Pirineos y los Alpes, desde donde atacó Sagunto. ETAPA 1 (218-197): los romanos, al ver el ataque de los cartagineses y para impedir el paso de Aníbal a Italia, enviaron 2 ejércitos que desembarcaron en Ampurias en el 218. Lucharon durante 200 años y en el 206 a.C. dominaron la costa mediterránea y los expulsaron. Etapa 2 (197-133): la conquista de la meseta con fuerte oposición. Un lusitano, Viriato, se rebeló y creó guerrillas y en el 139 a.C. fue asesinado por su propia gente. Pactaron con los romanos las tierras a cambio de dinero. Para conseguir Numancia, la rodearon con un ejército en el 134 a.C. Resistió 8 meses, la ciudad se rindió y se conquistó en el 123 a.C., al igual que Baleares. Etapa 3 (29-19): época de Augusto, iniciaron las guerras cántabras y fueron sometidos los cántabros, astures y galaicos. Organización Administrativa y Política: En el 197 a.C., durante la conquista, los romanos dividieron sus dominios en 2 provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior. Ya en tiempos de Augusto, se crearon 3+: Tarraconensis, Baetica y Lusitania. Después, Diocleciano creó 5+: Carthaginensis y Gallaecia, y en el s.IV: Balearica. Existían 2 tipos de provincias: Senatoriales e Imperiales, que gobernaba un pretor (cónsul preconsul). Ciudades Hispanorromanas: La expansión romana comportó la creación de una red de ciudades para unir el territorio y romanizar a los habitantes (centro administrativo, jurídico, político y económico). Las ciudades eran reavilitaciones de antiguos municipios o nuevas colonias. Existía una red de calzadas: Via Augusta (Andalucía-Pirineos), De la Plata (Mérida-Astorga) y Transversal (Zaragoza). Y gobierno elegido por oligarquía local. Las ciudades tenían plano ortogonal, espacios públicos, alcantarillado, murallas, acueductos y puentes. En el interior, baños, termas, basílicas, templos, anfiteatros, circo y arco de triunfo. El cardo y decumanus. Economía: Actividad agrícola y ganadera (economía de Hispania). Pesca (litoral, producción de sal y salazón de pescado). Minería (Muy importante, impulsada por los romanos, los griegos y los fenicios ya habían buscado antes). Artesanía (gran impulso, se crearon talleres, armas y centro comercial). Sociedad Hispanorromana: Sociedad dividida en 2: no libres (libertos y esclavos) y libres (1. Aristocracia, 2. burguesía acomodada, 3. plebe). Romanización: La presencia romana introdujo a Hispania nuevos elementos culturales (lengua, derecho, religión, ideología) y una nueva estructura social y económica que dio lugar a la romanización, la adaptación del territorio hispano en el marco cultural romano. *La lengua latina se extendió por todo el imperio, tanto cultural como hablada, y fue la base por la cual surgieron diversas lenguas romances como el castellano, catalán, gallego y portugués. *El Derecho Romano se extendió su uso, regulaba las relaciones privadas, las instituciones políticas y su funcionamiento. El sistema jurídico mantiene su vigencia y constituye el núcleo fundamental del derecho de occidente. *Cultura romana: la cultura romana se muestra en Hispania con intelectuales como Quintiliano y emperadores como Adriano. *Culto a los dioses: basado en la triada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva). En el s.III, el cristianismo se difundió por Hispania y sus seguidores fueron perseguidos hasta el Edicto de Milán en 313, que declaró la libertad religiosa. Empezó la consideración del cristianismo como religión oficial y surgieron movimientos herejes como el priscilianismo en el s.IV. *Patrimonio artístico: constancia del urbanismo que aplicaron a sus ciudades, como acueductos, faros, templos, circos y alcantarillas. Crisis del Imperio Romano: En los s.I y II se veían como la paz romana, pero a partir del s.III el imperio sufrió dificultades que desembocaron en una crisis en el sistema imperial que desapareció en el s.V tras las invasiones bárbaras. El fin de las grandes conquistas supuso una baja de ingresos fiscales y un encarecimiento de mano de obra esclava, lo que hizo que el imperio se ruralizara. La crisis económica, con menos ingresos fiscales, mano de obra esclava y producción agrícola, es decir, la crisis del s.III esclavista. Proceso de ruralización de las ciudades a campos, tierras de esclavos o colonos. Crisis social: las fronteras presionadas por los bárbaros y para hacer frente a esta situación, los emperadores tendieron a gobernar de forma dictatorial, provocando un descontento social y revueltas, ocasionando inseguridad. Cuesta mantener el orden, es decir, más poder de dictador. El último fue Augusto en 476, cuando cayó el imperio porque fue dispuesto por los bárbaros visigodos.

Al-Andalus

El islamismo es una religión monoteísta que, según ellos, fue revelada por Dios a los humanos mediante el profeta Mahoma. Apareció en Arabia en el s.VII y tras la muerte de Mahoma, los árabes extendieron el islam al mundo. En su expansión, los musulmanes iniciaron en 711 la invasión de la Península Ibérica. La conquista fue fácil y rápida (711-718), ya que aprovecharon las divisiones del reino visigodo. Ocuparon toda la Península Ibérica, excepto la cordillera cantábrica que va hasta los Pirineos, donde se encontraban pequeños núcleos cristianos de resistencia que se extendían hasta el sur. El estado constituido por los musulmanes fue Al-Andalus, la creación de una sociedad tanto étnica como cultural. Su máximo esplendor fue en el s.X con el califato de Córdoba. Fue una sociedad urbana, aunque no resistió las divisiones internas y la presión militar cristiana. En 1301, el califato se dividió en taifas que sobrevivieron pero con retrocesos. La última fue Granada en 1492. De la Conquista al Califato: En el s.VIII, el ejército africano bereber inició la conquista de la Península Ibérica. La debilidad de los visigodos les permitió apoderarse de ella y crearon un estado, Al-Andalus, que duró 8 siglos (711-1492). Fases: En 711, empieza la conquista de la Península Ibérica por los árabes bereberes. Primera Fase (711-716): iniciada después de la derrota de Rodrigo en la batalla de Guadalete en 711, ante un ejército dirigido por Tariq (bereber) y se unieron los árabes. Se creó un ejército musulmán bajo órdenes de Tariq y Muza, recorrió la Península Ibérica sin combatir apenas y negoció la rendición de la aristocracia y autoridades locales. Muchos nobles visigodos aceptaron con una firma de pactos. Segunda Fase (716-732): fue más fácil y comportó la conquista de tierras de los Pirineos. En el 725, continuaron su expansión hasta que fueron derrotados en 732 en Poitiers por Carlos “el Franco”, para proteger su reino, los francos crearon la Marca Hispánica, una barrera entre Al-Andalus y el reino franco. Los musulmanes intentaron repoblar el norte con campesinos bereberes, pero fracasaron en 740. De este modo, esas tierras del valle del Duero se llamaron “tierras de nadie” y sirvieron de frontera entre Al-Andalus y los cristianos. Emirato Dependiente: Al-Andalus pasó a ser un emirato dependiente, gobernado por un emir que dependía del califato de Omeya de Damasco y mantenía relaciones con el centro público de Kairuán (Túnez). En el 714-749, se sucedieron los emires (luchas entre los grupos invasores). Estas luchas venían dadas por el interés por controlar el gobierno de la Península Ibérica: los árabes en la zona de Guadalquivir, Levante y Ebro, y los musulmanes en la meseta y zona montañosa. La caída de Omeya en 750 y su sustitución por la dinastía de Abasíes tuvo repercusiones en Al-Andalus. El único superviviente de la dinastía Omeya fue Abd Rahaman, que huyó de Al-Andalus y proclamó el emirato independiente y se quedó en el poder. Emirato Independiente: Abd Rahaman I (756-788) fundó el Emirato de Córdoba (756-929) y 9 emires. Todo el poder de decisión lo tenía él, menos el poder religioso, que tenía que acatarlo porque ya no tenía nada que ver con el califa de Bagdad. A partir de Abd Rahaman II (822-852), creó una organización centralizada que peligraba constantemente, ya que las provincias (marcas) querían independizarse del Emirato de Córdoba. Al-Hakam I (796-822) evidenció las dificultades de mantener la centralización, por eso se dieron rebeliones de la población muladí (cristianos al islam viviendo con ellos) a causa de la religión y población mozarabe (cristianos viviendo con musulmanes pagando) que querían independizarse del emirato por la presión fiscal. Impuestos de Al-Rahman I. Esplendor del Califato de Córdoba: El resurgimiento del emir Al-Rahman III (756-788) cambió la dinámica anterior, que pretendía disolver Al-Andalus, y acabó con las rebeliones internas, frenó el avance cristiano y consiguió que Barcelona y Castilla le pagaran. Mantuvo autoridad absoluta, ya que rompió con el poder central “Bagdad”, tanto económico como religioso, y se proclamó califa y se convirtió en jefe espiritual para todo musulmán. Asumía el poder político, jurídico, militar y religioso. Por ello, el Califato de Córdoba se inauguró como etapa brillante del Al-Andalus. Este éxito fortaleció al estado y se hizo una centralización fiscal (él decidía las leyes). El califa creó y reorganizó tropas mercenarias y una aristocracia palatina, también creó la política exterior, relaciones con Constantinopla, y su hijo Al-Hakam II (961-976) recuperó territorios que su padre perdió en África. La última etapa del califato fue con Al-Mansur (977-1002), un aristócrata que, mientras gobernaba Hisham II, consiguió monopolizar el poder durante su reinado y trasladó la administración del estado a su palacio. Al-Mansur estableció una dictadura militar y destruyó Barcelona y Santiago (985-997). Taifas: En el 1086, el califato se desvaneció y en el 1031 desapareció como estado unitario para dar paso a estados independientes, las taifas. Crisis del Califato: La política militar de Al-Mansur trajo problemas: mantenimiento y necesidad de victorias para poder tener más ingresos. Al-Mansur puso orden, pero al morir su hijo en 1002, Abd Malik no supo mantener la autoridad y aceleró la desaparición del califato. 1008. Así pues, los grupos étnicos estallaron y escaparon del califato y del estado central y se convirtieron en la máxima autoridad en los territorios que ellos controlaban o poseían. Se aceleró la caída del califato con la llegada de su segundo hijo, Abd Rahaman (hijo de Al-Mansur), que se autoproclamó califa. Los bereberes, junto a Castilla, combatieron contra él y de esta forma se iniciaba la intervención cristiana en los conflictos internos de Al-Andalus (cobraban por luchar). Formación de Taifas: Al-Andalus se fragmentó en 25 reinos o taifas. En 1031, se formalizó la desaparición del califato y las taifas se clasificaban en taifas árabes, bereberes y esclavas. Esta separación debilitó militarmente a Al-Andalus, que fue aprovechada por los cristianos, que exigían parias o pagos a cambio de protección y paz. Esto reforzó el poder militar cristiano, por ello, en el s.XI, se produjo un avance cristiano que ocupó Toledo en 1085 por Alfonso VI de Castilla. Invasión Norteafricana: A causa de la agresividad de los cristianos, los reyes de las taifas de Sevilla, Granada y Badajoz pidieron ayuda a los Almorávides (bereberes). Estos frenaron de nuevo el avance cristiano y unificaron Al-Andalus, formando un imperio hispano norteafricano con su obligación religiosa de solo seguir su religión, con la persecución de disidentes y disolución de mozarabes. En 1140, el imperio almorávide se desintegró tras el empuje de un nuevo imperio almohade norteafricano y tras el hundimiento de los almorávides surgieron las segundas taifas. Sevilla se convirtió en la capital andalusí de los almohades. Los almohades amenazaron a los cristianos y un ejército en Alarcos en 1195 derrotó a Alfonso VIII de Castilla y ocuparon Baleares. Pero los cristianos, junto al Papa Inocencio III, reaccionaron y consiguieron la victoria en la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, combatieron todos los cristianos y supuso el fin de los almohades. Tras esta batalla, surgieron las 3 taifas cuando los cristianos empezaron su expansión y conquistaron territorios andalusíes con la expansión de Granada en 1492. Reino Nazarí de Granada: Fue una de las taifas de la tercera etapa, tras la caída del imperio almohade. Fue fundada por Muhammad ben Nasr en 1237. Este, para defenderse de los ataques de la Corona de Castilla, construyó fortificaciones. Pero las luchas internas por conseguir el trono fueron frecuentes, lo que debilitó el poder y la decadencia del reino granadino. El territorio nazarí estaba muy poblado, esto hizo contar con un numeroso ejército y numerosos campesinos para cultivar y trabajar en ciudades.