Lacan y Descartes

1. El Renacimiento


La caída del Imperio Bizantino hizo que algunos pensadores cristianos emigraran a Florencia. Éstos trajeron consigo una gran cantidad de textos originales de Platón y Aristóteles. Se produjo así un redescubrimiento de los clásicos, sin pasar por la mediación de la Iglesia. Esta vuelta a los clásicos, el renovado interés por la naturaleza, la crisis en la que se hallaba sumida la escolástica y la relativa independencia de que gozaban algunas ciudades de Italia (como Florencia) hicieron posible el gran acontecimiento cultural que fue el Renacimiento. El Renacimiento tuvo las siguientes carácterísticas: oDesarrollo de una filosofía de la Naturaleza (por oposición a la teología medieval). Típicamente renacentista fue una aproximación cualitativa a la Naturaleza (no cuantitativa, al principio). Se trataba de mantener una relación de empatía con ella para captar intuitivamente las afinidades que poseían los distintos elementos entre sí (la luna, las mareas, el ciclo menstrual, las aguas… eran elementos simbólicamente relacionados). De este sentimiento de empatía con la Naturaleza surgieron sistemas panteístas en los que se identificaba a Dios con la Naturaleza. Desde este punto de vista Dios no es más que el puro autoproducirse de la Naturaleza. Florecieron también pseudociencias como la astrología o la alquimia y también la magia. La magia y las pseudociencias serían el caldo de cultivo idóneo para el posterior desarrollo de las ciencias 1 . 
Cosmovisión antropocéntrica (por oposición al teocentrismo medieval). Absoluta confianza en las posibilidades del ser humano para transformar la naturaleza y a sí mismo. El humanismo fue un movimiento intelectual que, rompiendo las tradiciones escolásticas medievales y exaltando en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana, pretendía descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los clásicos griegos y latinos. O Ruptura con la autoridad de la Iglesia. Lo que llevó a filósofos como Giordano Bruno a la hoguera en 1600 o a Gailieo Galiei a ser procesado por desafiar el sistema geocéntrico.

La Academia de Florencia

En esta escuela se volvíó a estudiar y traducir a los textos de Platón .

La escuela de Padua

Besarión volvíó a traducir a Aristóteles .

Michel de Montaigne

Fue el que más influencia tuvo en Descartes.


Se le atribuye a Montaigne la invención del género literario del ensayo.

2. La Revolución científica

La Revolución científica de los siglos XVI-XVII fueron toda una serie de descubrimientos que consolidaron la física, la astronomía, el método científico de las ciencias naturales y marcaron el fin de la filosofía natural aristotélica. Podemos destacar tres factores que la hicieron posible: o La revalorización de la Naturaleza durante el Renacimiento al margen de la teología.
Como hemos visto, durante el Renacimiento se desarrolló toda una filosofía de la Naturaleza. O La valorización de las posibilidades de conocimiento del ser humano y deseo de dominio de la Naturaleza.
Esto corresponde a la cosmovisión antropocéntrica del Renacimiento. “Saber es poder” dirá Francis Bacón. O La desvinculación de la razón dominio de la teología que surgíó a partir de la crisis de la escolástica, sobre todo con la obra de Guillermo de Ockham. La investigación racional no tenía que rendir cuentas ahora al dogma teológico. O El desarrollo del método experimental.
Muy especialmente con la obra de Francis Bacón y Galileo Galilei. Hacia comienzos del Siglo XVI, se tenía una concepción del universo geocentrista. La Tierra estaba situada en el centro del universo y el resto de planetas giraban en torno a ella. Esta concepción fue elaborada primero por Aristóteles y después por Ptolomeo hacia el siglo II d.C. Y se mantuvo durante toda la Edad Media. En 1543, Nícolás Copérnico publica su gran obra De revolutionibus orbium coelestium (“Sobre la revolución de las órbitas celestes”) donde consigue utilizar el antiguo sistema heliocéntrico de Aristarco de Samos (donde el sol está en el centro del universo) para simplificar los complicados cálculos del modelo geocéntrico. Para evitar conflictos con el modelo geocéntrico en el cual se apoyaba toda la teología de la Iglesia, el editor de la obra, Andreas Osiander redactó un prólogo donde advertía al lector de que la hipótesis heliocéntrica de Copérnico era solo una “hipótesis metodológica” que podía utilizarse única y exclusivamente para simplificar cálculos. Según Osiander, Copérnico no pretendía afirmar “realmente” que el sol estuviera en el centro del universo. 5 En el Siglo XVII el astrónomo Johannes Kepler siguió el modelo heliocéntrico de Copérnico en sus observaciones del cielo. En 1609 publicó su obra Astronomía Nova donde corregía algunas observaciones de Copérnico y postulaba dos leyes: o 1ªLey. Las órbitas de los planetas no son circulares sino elípticas. O 2ªLey. El radio-vector que une al planeta con el sol barre áreas iguales en tiempos iguales. Diez años más tarde, Kepler publica en 1619 su obra Harmonices Mundi donde publica su tercera ley: o 3ªLey. Para cualquier planeta, el cuadrado de su período orbital es directamente proporcional al cubo de la longitud del semieje mayor de su órbita elíptica. Kepler corrigió todas las imprecisiones del modelo heliocéntrico de Copérnico y finalmente entró en conflicto con el geocentrismo de Ptolomeo-Aristóteles en que se basaba la teología católica. Pero solo fue Galileo Galilei quien defendíó explícitamente el modelo heliocéntrico en su obra de 1632 Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo
. Para Galileo, el heliocentrismo no era simplemente una “hipótesis metodológica” sino que el sol estaba realmente en el centro del universo. La publicación de esta obra le supuso a Galileo ser procesado por la Iglesia y condenado a prisión, pena que finalmente se le conmuta por arresto domiciliario (al enterarse de la noticia, Descartes renuncia a publicar su gran obra El mundo). En 1638 Galileo se las arregla para publicar su última obra Dos ciencias nuevas donde establece los fundamentos de mecánica como ciencia marcando el fin de la filosofía natural aristotélica. Son conocidos sus desarrollos teóricos sobre el movimiento rectilíneo uniforme, el movimiento rectilíneo uniformemente acelerado, los movimientos de caída libre o el tiro parabólico. Durante el Siglo XVII la mecánica clásica se irá desarrollando de la mano de los descubrimientos en matemáticas de Descartes o Leibniz hasta su culminación en la obra de Isaac Newton Philosophiæ naturalis principia mathematica (“Principios matemáticos de la filosofía natural”) publicada en 1687, donde publica sus conocidas tres leyes de de la fuerza.