Las consecuencias de la Ley General de Ferrocarriles de 1855

TEMA 3:PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS


Sistema de propiedad de la tierra en el Antiguo Régimen:La propiedad de la tierra durante la primera mitad del Siglo XIX estaba en las mismas manos que en el Antiguo Régimen, la Iglesia, la nobleza rentista, el Estado o los municipios. Estas tierras estaban amortizadas. Concepto y mecanismo de desamortización: La desamortización es un proceso jurídico, que se plasma en leyes y decretos, de liquidación de la propiedad vinculada y amortizada y su conversión en propiedad libre. El mecanismo que se aplicó fue la expropiación de los bienes, la nacionalización y la venta en subasta pública de los bienes de la Iglesia y de los ayuntamientos. La desvinculación: transformaciones en las tierras de la nobleza:Las tierras de la nobleza van a ser desvinculadas, este proceso se hizo por medio de unos decretos que: -Abolieron los señoríos jurisdiccionales por la que la nobleza ya no ejercía ningún tipo de derechos ni privilegios sobre los campesinos que de vasallos pasaron a ser trabajadores libres y convirtieron en propiedad particular y libre las tierras. -Suprimieron los mayorazgos que liquidaba la institución por la que las grandes familias nobiliarias heredaba solo el primogénito, así el patrimonio no se parcelaba y se pasaba íntegro de generación en generación, y además no se podía vender. Las desamortizaciones: transformaciones en las tierras eclesiásticas y municipales: La desamortización, primero de los bienes eclesiásticos y luego de los pueblos, fue la medida de más trascendencia tomada por los gobiernos liberales. Supónía dos momentos diferenciados: primero, la incautación por parte del Estado de esos bienes, por lo que dejaban de ser de “manos muertas” para convertirse en “bienes nacionales”; segundo, la puesta en venta, mediante pública subasta, de los mismos. El producto de lo obtenido lo aplicaría el Estado a sus necesidades. La desamortización ya había comenzado a


ser aplicada en el Siglo XVIII. Desde que se pusieron en venta los primeros bienes de los jesuitas (expulsados en 1767 por Carlos III) hasta 1924, fecha de la derogación de las leyes de desamortización, pasaron a manos de propietarios particulares casi 20 millones de ahí que habían sido de propiedad colectiva. En el reinado de Isabel II a ser aplicada en el Siglo XVIII. Desde que se pusieron en venta los primeros bienes de los jesuitas (expulsados en 1767 por Carlos III) hasta 1924, fecha de la derogación de las leyes de desamortización, pasaron a manos de propietarios particulares casi 20 millones de ahí que habían sido de propiedad colectiva. En el reinado de Isabel II se producirán las dos desamortizaciones más importantes, la de Mendizábal de 1836 y la de Madoz de 1855. Este dilatado proceso fue resultado de varios intentos anteriores: -Carlos IV (1798) para satisfacer las necesidades más perentorias de la Hacienda Real, especialmente la guerra. Los bienes a enajenar eran los de los establecimientos de beneficencia pública (hospitales, colegios…),  -Cortes de Cádiz (1811-1813) desamortizaron bienes comunales de los municipios, así como bienes de la Inquisición, de los jesuitas y de las órdenes suprimidas durante la guerra. -Trienio Liberal (1820-1839) se venden tierras de baldíos y bienes comunales. /Estas medidas apenas pudieron aplicarse y con la restauración del Antiguo Régimen, se va a ordenar devolver los bienes a sus antiguos propietarios. Desamortización eclesiástica de Mendizábal (1836-1851):  Cuando Mendizábal llegó desde Londres para presidir Gobierno en 1835 durante la regencia de Mª Cristina, le preocupaba asegurar en el trono a Isabel II y la continuidad del estado liberal, por lo que necesitaba ganar la guerra carlista y para eso necesitaba dinero. La desamortización de Mendizábal afectó a los bienes eclesiásticos, principalmente de las órdenes religiosas, los decretos más importantes: -Supresión de las órdenes religiosas y la exclaustración de frailes y monjas (Octubre 1835), de 2000 conventos sólo quedaron 300 y los bienes fueron nacionalizados. -Venta de los bienes nacionalizados (Febrero 1836) no sólo tierras, sino casas, monasterios, conventos con todos sus enseres. -Venta de los bienes del 


clero secular (1837) catedrales e iglesias, cuya ejecución se llevó a cabo durante la regencia de Espartero. Los objetivos están en el propio decreto de desamortización que se presenta a la reina regente.  Desamortización general de Madoz (1855-1924):  Se llevó a cabo durante el Bienio Progresista en el reinado de Isabel II, la “Ley de Desamortización General”, en Mayo de 1855. Recibe el nombre de “General” porque se ponían en venta todos los bienes de propiedad colectiva: los de los eclesiásticos que no habían sido vendidos en la etapa anterior, los de los pueblos y todo lo que quedaba en “manos muertas” Afectó a los bienes de propiedad  municipal y su objetivo era conseguir de nuevo ingresos para el Estado para financiar obras públicas (el ferrocarril) y sanear la hacienda pública. El pago debía hacerse sólo en metálico y no se aceptaron títulos de deuda pública. La ley estuvo vigente hasta 1924. Narváez la suspendíó cuando volvieron los moderados al poder, pero O’Donnell la restablecíó. Consecuencias de las desamortizaciones: -Económicas: se consiguió el saneamiento de la Hacienda pública que ingresó más de 14.000 millones de reales procedentes de las subastas, aunque los resultados fueron menores de lo que se esperaba, no porque los precios en las subastas fueran bajos, sino porque se pagó en Deuda Pública (precio inferior). -Ecológicas: desaparecieron las limitaciones al uso de los montes, al pasto de ganados y muchos bosques fueron talados y roturados causando un inmenso daño al patrimonio natural. -Políticas: consolidaron el régimen liberal. Los compradores se posicionaron a favor del liberalismo, aunque conservador, no progresista. Aumentaron las tensiones entre el Estado y la Jerarquía de la Iglesia aunque mejoraron con el Concordato de 1851. (Tampoco cumplíó la función hacendística). -Sociales: una consecuencia fundamental fue la proletarización del campesinado, aumentó el número de campesinos asalariados, que antes estaban como colonos. Ya en el Siglo XIX, las desamortizaciones fueron criticadas: Álvaro Flórez Estrada (economista y ministro) en 1836 y Claudio Moyano en 1855 opinaban que debían haberse repartido tierras a los labradores y jornaleros, en arrendamientos enfitéuticos a largo plazo, con lo que se hubiesen mejorado las condiciones de vida del campesinado y la productividad. -Culturales: en el terreno cultural los conventos y monasterios se convirtieron en edificios públicos


como museos, hospitales, cuarteles, oficinas, se destruyeron edificios y se dispersó el patrimonio algunos fueron a parar al extranjero y otros pasaron a formar parte de las colecciones de bibliotecas y museos municipales. Transformaciones agrarias:  La agricultura seguirá siendo la actividad económica que más población activa ocupa durante todo el Siglo XIX. Las reformas sobre el sistema de propiedad de la tierra como la desamortización o la supresión de señoríos, no produjeron cambios importantes lo que unido a la poca aplicación de innovaciones técnicas, hicieron que no se produjera una verdadera revolución agraria en esta época, aunque sí se pudo acabar al fin con las hambrunas típicas del Antiguo Régimen. Destaca la producción de cereales en el interior, en especial trigo, el olivar en Andalucía y, tras la plaga de la filoxera, la vid en zonas como La Rioja o Cataluña. También es importante la producción hortofrutícola en el Levante español.