Momentos Clave de la Historia de España (1833-1917): Causas y Consecuencias

La Restauración Borbónica y las Crisis Posteriores en España

Causas de la Restauración Borbónica

La Restauración borbónica comenzó el 29 de diciembre de 1874 por el golpe de Estado del general Martínez Campos en Sagunto, proclamando así rey a Alfonso XII, en aquel entonces hijo de Isabel II.

  • En primer lugar, el fracaso del Sexenio Democrático al no poder dar respuesta a todos los problemas que ocurrían en España y la incapacidad de la Primera República para aportar estabilidad al país fueron un importante factor que dio pie a este sistema de Restauración borbónica.
  • Por otro lado, tenemos el deseo del político Antonio Cánovas del Castillo, líder del partido alfonsino, de imponer de nuevo una monarquía basada en los Borbones, al igual que se hacía antiguamente, con el objetivo de aportar cierta estabilidad a España, que no se encontraba en uno de sus mejores momentos.
  • Finalmente, aunque Cánovas quiso imponer esta monarquía de una manera pacífica y sin ningún pronunciamiento, no pudo ser así, ya que, gracias al pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto, Isabel II abdicó a favor de su hijo Alfonso XII. Este proclamó el Manifiesto de Sandhurst, que presentaba la monarquía como única salida, lo que dio pie a la conocida Restauración Borbónica.

La Crisis de 1909 (Semana Trágica)

Causas de la Crisis de 1909

La crisis de 1909 en España, también conocida como la Semana Trágica, surgió debido a la combinación de varios factores:

  • El gobierno de Antonio Maura decidió enviar reservistas a la Guerra de Melilla para combatir a los rifeños, lo que generó un gran descontento social, sobre todo entre las clases obreras que veían el servicio militar obligatorio como una carga injusta.
  • La oposición a la guerra se mezcló con un fuerte sentimiento antimilitarista y anticlerical, motivando a anarquistas, socialistas y republicanos a unirse en protesta.
  • Además, las duras condiciones laborales y la falta de derechos para los trabajadores aumentaron la insatisfacción general.
  • La represión gubernamental, que utilizó al ejército para sofocar los disturbios, exacerbó aún más las tensiones, llevando a una insurrección popular en Barcelona y otras ciudades catalanas entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909.

Este conflicto violento dejó una marca profunda en la sociedad española y en la política del país.

Consecuencias de la Crisis de 1909

Las consecuencias de la crisis de 1909, conocida como la Semana Trágica, fueron profundas:

  • La represión brutal del gobierno de Antonio Maura dejó un fuerte descontento y desconfianza en las autoridades. La violencia y el uso del ejército para sofocar los disturbios en Barcelona y otras ciudades catalanas empeoraron las tensiones sociales y políticas.
  • La Semana Trágica aumentó el sentimiento antimilitarista y anticlerical en la sociedad, profundizando las divisiones entre diferentes ideologías y movimientos políticos.
  • Las malas condiciones laborales y la falta de derechos para los trabajadores también llevaron a un fortalecimiento del movimiento obrero y sindical en España.
  • Políticamente, la crisis debilitó al gobierno de Maura, provocando su dimisión y marcando un cambio importante en la política española. La creciente presión social y los conflictos internos mostraron la necesidad de reformas y mejoras en las condiciones de vida y trabajo para satisfacer las demandas de la población.

La Crisis de 1917

Causas de la Crisis de 1917

La crisis de 1917 en España fue un período de gran descontento social y político durante la Primera Guerra Mundial. La huelga general revolucionaria y la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona reflejaron el descontento popular y la necesidad de cambios profundos en el país.

  • Factores económicos: Esta crisis fue impulsada por factores económicos derivados de la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial. El aumento de precios provocado por las exportaciones a los países beligerantes generó un fuerte descontento entre los trabajadores, cuyas condiciones de vida empeoraron. Esto llevó a una tensión social y a una exigencia de mejores salarios.
  • Factores políticos: En el ámbito político, el gobierno de Eduardo Dato enfrentaba críticas por su gestión. Las Juntas de Defensa, formadas por militares que buscaban reformas profesionales y salariales, añadieron presión al sistema político. Además, la Asamblea de Parlamentarios, convocada por la Lliga Regionalista y reunida en Barcelona, pedía cambios profundos en la gobernanza del país y la convocatoria de Cortes Constituyentes.
  • Factores sociales: Socialmente, la situación era explosiva. La huelga general revolucionaria de agosto de 1917, impulsada por sindicatos como UGT y CNT, mostró un importante malestar popular.

Esta serie de eventos (crisis militar, política y social) dejó en evidencia la debilidad del sistema de la Restauración.

Consecuencias de la Crisis de 1917

La crisis de 1917 en España dejó una huella profunda en la política española.

  • Políticas: La huelga general y el malestar social debilitaron aún más el sistema de la Restauración y socavaron la autoridad del gobierno, que quedó expuesto como incapaz de manejar la situación. Aunque la huelga fue reprimida y la Asamblea de Parlamentarios disuelta, la crisis mostró la fractura del sistema y la creciente fuerza de la oposición (republicanos, socialistas, nacionalistas) y del movimiento obrero.
  • Económicas: En el ámbito económico, las consecuencias de la crisis se tradujeron en una mayor inflación y en una precarización del mercado laboral para muchos. La desconfianza hacia el gobierno y la incertidumbre económica afectaron negativamente la inversión y el crecimiento a largo plazo, aunque a corto plazo algunos sectores se beneficiaron de la neutralidad en la guerra.
  • Sociales: Socialmente, la crisis de 1917 fomentó un sentimiento de descontento y frustración generalizada. La falta de respuestas efectivas por parte del gobierno provocó un incremento en la organización y movilización de la clase trabajadora, que buscaba cambios significativos y reformas estructurales. Este ambiente de agitación social se mantendría en los años siguientes, contribuyendo a la inestabilidad que desembocaría en la dictadura de Primo de Rivera.

Otros Hitos Históricos Relevantes

Consecuencias de la Desamortización de Mendizábal

La desamortización de Mendizábal (1836) tuvo profundas consecuencias en la economía, la sociedad y la política española.

  • Económicas: Permitió la venta de tierras eclesiásticas para obtener ingresos con los que financiar la guerra contra los carlistas y reducir la deuda pública. Sin embargo, en lugar de redistribuir la tierra entre campesinos, benefició principalmente a la burguesía y grandes propietarios, consolidando una estructura latifundista.
  • Sociales: La pérdida de tierras por parte de la Iglesia debilitó su influencia económica y social, lo que generó tensiones con el gobierno liberal. Muchos municipios también fueron afectados, ya que perdieron bienes comunales que antes beneficiaban a las clases populares, proletarizando a parte del campesinado.
  • Políticas: La desamortización reforzó el poder de los liberales progresistas, pero aumentó la oposición de sectores conservadores y del clero. Además, sentó un precedente para futuras desamortizaciones, como la de Madoz en 1855, que siguió un modelo similar con bienes municipales y eclesiásticos.

El Desastre del 98

Causas del Desastre del 98

El Desastre del 98 fue un momento crucial en la historia de España. En 1898, tras la Guerra Hispano-Estadounidense, España perdió sus últimas colonias importantes: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Esta derrota marcó el fin del imperio colonial español y provocó una profunda crisis nacional.

Las principales causas fueron:

  • La insurrección independentista en Cuba y Filipinas, que España no pudo sofocar militarmente ni políticamente.
  • La intervención de Estados Unidos, motivada por intereses económicos y estratégicos, y utilizando como pretexto la explosión del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana en febrero de 1898. Tras este evento, Estados Unidos declaró oficialmente la guerra a España.
  • La inferioridad militar y naval española frente a la potencia emergente de Estados Unidos. La falta de recursos y modernización de las fuerzas armadas españolas contribuyó a la rápida derrota.
  • La debilidad económica española y la incapacidad del gobierno para gestionar la crisis colonial y la guerra.
  • La inestabilidad política interna y el descontento social, que dificultaron una respuesta eficaz.

Consecuencias del Desastre del 98

Las consecuencias del Desastre del 98 fueron profundas y afectaron a diversos ámbitos en España:

  • Políticas: La pérdida de las últimas colonias ultramarinas marcó el fin del imperio colonial español y provocó una crisis de identidad nacional y del propio sistema de la Restauración. Esto llevó a una reflexión sobre la necesidad de modernización y reformas en el país, dando lugar al movimiento conocido como Regeneracionismo.
  • Económicas: Significó la pérdida de mercados y recursos importantes. Sin embargo, la repatriación de capitales desde las antiguas colonias impulsó ciertos sectores de la economía peninsular a medio plazo. Aun así, amplió la percepción de crisis económica y afectó negativamente la estabilidad a corto plazo.
  • Sociales y culturales: Provocó un sentimiento de desmoralización, pesimismo y frustración en la población, conocido como el “pesimismo del 98”. Impulsó movimientos regeneracionistas que buscaban revitalizar y modernizar España, demandando reformas políticas, sociales y económicas. Tuvo un gran impacto en la literatura y el pensamiento (Generación del 98).

La Semana Trágica de Barcelona (1909)

Causas de la Semana Trágica

La Semana Trágica de Barcelona, ocurrida del 26 de julio al 2 de agosto de 1909, fue un periodo de disturbios y violencia en Barcelona y otras ciudades catalanas. Estos eventos fueron desencadenados por la decisión del gobierno de Antonio Maura de enviar reservistas a la Guerra de Melilla, lo que generó un fuerte descontento social.

Las causas principales fueron:

  • La movilización de reservistas para la Guerra de Melilla, afectando principalmente a padres de familia de las clases obreras, ya que las clases altas podían librarse del servicio militar mediante el pago de una cuota (redención en metálico).
  • La situación socioeconómica en Barcelona: condiciones laborales precarias, desigualdad social creciente y fuerte presencia del movimiento obrero (anarquista y socialista).
  • El sentimiento antimilitarista y anticlerical, que canalizó la protesta contra la guerra hacia ataques a edificios religiosos, vistos como símbolos del poder y la opresión.
  • La convocatoria de una huelga general por los sindicatos (Solidaridad Obrera) como protesta contra el embarque de tropas, que derivó en una insurrección espontánea y desorganizada.

Las manifestaciones se convirtieron en enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden, barricadas e incendios, resultando en numerosos muertos, heridos y detenidos.

Consecuencias de la Semana Trágica

Las consecuencias de la Semana Trágica fueron muy significativas:

  • Políticas: La dura represión posterior (consejos de guerra, ejecuciones como la de Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista acusado sin pruebas concluyentes de ser el instigador) provocó una oleada de protestas nacionales e internacionales que llevaron a la caída del gobierno de Antonio Maura. Evidenció la incapacidad del sistema para manejar el descontento social y la necesidad de reformas. Fortaleció la alianza electoral entre republicanos y socialistas (Conjunción Republicano-Socialista).
  • Sociales: Dejó un saldo de numerosas víctimas (más de cien muertos, cientos de heridos y miles de detenidos). Aumentó las tensiones sociales y el resentimiento entre la clase trabajadora y las autoridades. La destrucción de propiedades, incluyendo numerosas iglesias y conventos, causó un impacto duradero en la ciudad.
  • Laborales y sindicales: Marcó un punto de inflexión en la lucha por los derechos laborales. Aunque la represión fue dura, a medio plazo los sindicatos y movimientos obreros salieron fortalecidos y más organizados (fundación de la CNT en 1910), impulsando futuras reivindicaciones por mejoras laborales y sociales.

El Sexenio Democrático (1868-1874)

Causas del Sexenio Democrático

El Sexenio Democrático (1868-1874) fue el resultado de una crisis múltiple en España:

  • Política: La monarquía de Isabel II estaba desprestigiada debido a su intervencionismo político (favoritismo hacia los moderados), la corrupción de la corte y el continuo cambio de gobiernos ineficaces. Los conflictos entre moderados, progresistas, demócratas y unionistas fragmentaban el sistema. La oposición, unida en el Pacto de Ostende (1866) y encabezada por generales como Prim y Serrano, organizó la Revolución Gloriosa de 1868, que forzó el exilio de Isabel II.
  • Económica: La crisis financiera de 1866 (quiebra de bancos y compañías ferroviarias) y la crisis de subsistencias (malas cosechas, alza de precios) generaron un malestar creciente.
  • Social: La desamortización de Madoz había perjudicado a los campesinos. Las clases medias urbanas exigían más libertades y participación política. El auge de movimientos obreros (influencia de la AIT) y republicanos desafió el orden establecido.

La inestabilidad y el deseo de cambios estructurales, como el sufragio universal masculino, la soberanía nacional y la descentralización, impulsaron la revolución, marcando el inicio del Sexenio Democrático con un gobierno provisional y una nueva constitución democrática en 1869.

Consecuencias del Sexenio Democrático

El Sexenio Democrático (1868-1874) trajo importantes transformaciones y también una gran inestabilidad:

  • Políticas: La Revolución Gloriosa derrocó a Isabel II. Se instauró un gobierno provisional y se promulgó la Constitución de 1869, la más democrática hasta entonces (sufragio universal masculino, amplias libertades como la de culto, monarquía parlamentaria). Sin embargo, la inestabilidad política fue constante: dificultad para encontrar un rey adecuado (se eligió a Amadeo I de Saboya en 1870), cuyo breve reinado terminó con su abdicación en 1873. Posteriormente, se proclamó la Primera República (1873-1874), que fracasó rápidamente debido a divisiones internas (federales vs. unitarios) y graves conflictos como la Tercera Guerra Carlista y el levantamiento cantonalista.
  • Sociales: Se impulsaron libertades y reformas progresistas (libertad de asociación, enseñanza), pero no lograron consolidarse debido a la inestabilidad y los conflictos. Creció la conflictividad social y el movimiento obrero.
  • Económicas: Persistió la crisis iniciada en 1866, agravada por la inestabilidad política y las guerras, lo que aumentó la desconfianza en el nuevo sistema. Se intentaron reformas como la creación de la peseta.

Finalmente, el golpe de Estado del general Pavía en enero de 1874 disolvió las Cortes republicanas, y el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto en diciembre de 1874 proclamó rey a Alfonso XII, poniendo fin al Sexenio e iniciando la Restauración borbónica.

El Reinado de Isabel II (1833-1868)

Causas del Final del Reinado de Isabel II

El reinado de Isabel II (1833-1868) terminó debido a una profunda crisis política, social y económica:

  • Política: Su favoritismo hacia los moderados y la camarilla palaciega, la corrupción generalizada y la exclusión de progresistas y demócratas generaron un amplio descontento. La constante inestabilidad gubernamental (más de 50 gobiernos) y el recurso frecuente a pronunciamientos militares erosionaron la confianza en la monarquía. La represión violenta de opositores (ej. “Noche de San Daniel” en 1865) intensificó la oposición.
  • Social: La creciente desigualdad social, agravada por las desamortizaciones que no beneficiaron al campesinado, y la falta de respuesta a las demandas populares afectaron a campesinos y clases populares urbanas.
  • Económica: La grave crisis financiera e industrial de 1866 y la crisis de subsistencias (desempleo, hambre, alza de precios) generaron protestas y revueltas.

La unión de progresistas, demócratas y unionistas (liderados por Serrano tras la muerte de O’Donnell) en el Pacto de Ostende (1866) fue clave para organizar la Revolución Gloriosa de 1868, que, tras la batalla del Puente de Alcolea, forzó el exilio de Isabel II y el inicio del Sexenio Democrático.

Causas del Final de la Década Moderada (1844-1854)

La Década Moderada (1844-1854) terminó debido a diversos factores políticos, sociales y económicos que provocaron el descontento y la oposición al gobierno moderado:

  • Políticos: El autoritarismo del general Narváez y la exclusión sistemática de los progresistas del poder generaron un creciente malestar. La Constitución de 1845 reforzó el poder de la Corona y limitó derechos y el sufragio (muy censitario), alejando a amplios sectores sociales. La corrupción administrativa y la manipulación electoral (falseamiento de resultados) provocaron una pérdida de legitimidad. Divisiones internas dentro del propio partido moderado.
  • Sociales: Las clases populares sufrían el control centralizado del Estado (creación de la Guardia Civil, Ley de Ayuntamientos) y la falta de participación política.
  • Económicos: Una crisis de subsistencias hacia 1854 y el descontento por escándalos financieros relacionados con las concesiones ferroviarias aumentaron las protestas.

La oposición (progresistas, demócratas y sectores moderados descontentos) se unió en la revolución de 1854, conocida como la Vicalvarada, un pronunciamiento militar encabezado por el general moderado O’Donnell. El pronunciamiento, inicialmente indeciso, triunfó gracias al apoyo popular (juntas revolucionarias) tras la publicación del Manifiesto de Manzanares. Esto obligó a Isabel II a llamar a los progresistas al poder, abriendo paso al Bienio Progresista (1854-1856) y poniendo fin al dominio exclusivo de los moderados.

Las Regencias (1833-1843)

Causas del Inicio de la Regencia de Espartero (1840-1843)

La regencia del general Baldomero Espartero (1840-1843) comenzó tras la renuncia de la regente María Cristina, impulsada por la presión de los progresistas y el enorme prestigio militar de Espartero.

  • Prestigio de Espartero: Su popularidad aumentó enormemente tras su victoria en la Primera Guerra Carlista (Abrazo de Vergara, 1839), siendo visto como el “pacificador de España” y un símbolo del liberalismo progresista.
  • Conflicto con María Cristina: La regente había favorecido a los moderados, generando descontento entre los progresistas. El detonante final fue la aprobación de la Ley de Ayuntamientos en 1840, impulsada por los moderados, que otorgaba al gobierno central (y a la Corona) el nombramiento de los alcaldes en las capitales de provincia, mermando el poder local progresista.
  • Revuelta Progresista: La Ley de Ayuntamientos provocó una revuelta progresista en numerosas ciudades, con formación de juntas revolucionarias que pedían la anulación de la ley y la renuncia de María Cristina.
  • Renuncia de María Cristina: Ante la presión popular y la negativa de Espartero a reprimir las juntas si no se retiraba la ley, María Cristina renunció a la regencia y se exilió en Francia en octubre de 1840.
  • Nombramiento de Espartero: Tras un debate sobre si la regencia debía ser única o trina, las Cortes (de mayoría progresista) nombraron a Espartero único regente en mayo de 1841, apoyado por sus fieles militares (“ayacuchos”).

Su mandato, sin embargo, se caracterizó por el autoritarismo y conflictos con distintos sectores (moderados, progresistas civiles, industriales catalanes), lo que llevó a su caída en 1843.

Causas del Fin de la Regencia de María Cristina (1833-1840)

La regencia de María Cristina de Borbón (1833-1840), durante la minoría de edad de Isabel II, terminó debido a la creciente oposición política y social a su gobierno:

  • Guerra Carlista: Desde el inicio, tuvo que enfrentarse a la Primera Guerra Carlista (1833-1840), lo que debilitó su posición y la obligó a apoyarse en los liberales.
  • Apoyo a los Moderados: Aunque inicialmente se apoyó en progresistas (Mendizábal), pronto mostró preferencia por los liberales moderados, generando descontento entre los progresistas, quienes exigían más reformas y poder.
  • Ley de Ayuntamientos (1840): La aprobación de esta ley, que limitaba la autonomía municipal y el poder progresista local, fue el detonante final. Provocó una fuerte reacción progresista liderada por el general Espartero, héroe de la guerra carlista.
  • Crisis de Legitimidad Personal: Su relación secreta y posterior matrimonio morganático con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez (guardia de corps) en 1833, poco después de enviudar, generó escándalo y críticas, minando su autoridad moral.
  • Levantamiento Progresista: En el verano de 1840, Espartero y los progresistas promovieron un levantamiento con juntas revolucionarias en varias ciudades. Ante la presión y la falta de apoyo militar suficiente, María Cristina se vio obligada a anular la Ley de Ayuntamientos y, finalmente, a renunciar a la regencia y exiliarse en Francia en octubre de 1840, dejando el poder en manos del general Espartero.

El Bienio Progresista (1854-1856)

Causas del Inicio del Bienio Progresista

El Bienio Progresista (1854-1856) comenzó como consecuencia del creciente descontento con el régimen moderado y su gestión autoritaria durante la Década Moderada (1844-1854).

  • Desgaste del Régimen Moderado: El gobierno moderado había centralizado el poder, limitado derechos (Constitución de 1845, sufragio muy restringido) y excluido sistemáticamente a los progresistas de la vida política.
  • Autoritarismo y Corrupción: El autoritarismo de Narváez, la corrupción administrativa, la manipulación electoral y los escándalos financieros (concesiones ferroviarias) generaron un profundo malestar.
  • Crisis Económica y Social: Problemas económicos y el descontento social aumentaron las protestas.
  • La Vicalvarada (Junio 1854): El general moderado Leopoldo O’Donnell lideró un pronunciamiento militar en Vicálvaro (Madrid). Aunque militarmente indeciso, fue el inicio de la revolución.
  • Manifiesto de Manzanares (Julio 1854): Ante el escaso éxito inicial del golpe, los sublevados se retiraron a Manzanares, donde el joven político Antonio Cánovas del Castillo redactó un manifiesto en nombre de O’Donnell. Este manifiesto prometía reformas liberales y progresistas (regeneración política, ley electoral, bajada de impuestos, restauración de la Milicia Nacional), buscando atraer el apoyo popular.
  • Levantamientos Populares: El manifiesto impulsó levantamientos urbanos y la formación de juntas revolucionarias en toda España, que desbordaron el pronunciamiento militar inicial.

La presión popular y militar obligó a Isabel II a cesar al gobierno moderado y llamar al general Espartero (líder progresista en el exilio) para formar gobierno, con O’Donnell como Ministro de la Guerra. Se inició así el Bienio Progresista.

Consecuencias de la Vicalvarada

La Vicalvarada (junio de 1854) fue un pronunciamiento militar liderado por el general O’Donnell contra el gobierno moderado de Isabel II. Aunque la batalla de Vicálvaro en sí no tuvo un resultado militar decisivo, sus consecuencias políticas fueron trascendentales:

  • Catalizador del Cambio: Sirvió como detonante para un cambio político más amplio en España.
  • Manifiesto de Manzanares: Como consecuencia directa de la indecisión militar, O’Donnell y sus seguidores se retiraron a Manzanares. Allí, Antonio Cánovas del Castillo redactó el Manifiesto de Manzanares (7 de julio de 1854). Este documento, con promesas de reforma (reducción de impuestos, ampliación de libertades, descentralización, convocatoria de Cortes Constituyentes, restauración de la Milicia Nacional), fue clave para transformar el pronunciamiento militar en una revolución popular.
  • Extensión de la Revolución: El manifiesto impulsó levantamientos populares y la formación de juntas revolucionarias en las principales ciudades de España, logrando un amplio apoyo popular que desbordó las intenciones iniciales de O’Donnell.
  • Caída del Gobierno Moderado: La presión popular y militar forzó a Isabel II a destituir al gobierno moderado del Conde de San Luis.
  • Inicio del Bienio Progresista (1854-1856): Isabel II tuvo que llamar al poder a los progresistas. Se formó un gobierno de coalición presidido por el general Espartero (líder progresista) con O’Donnell (líder de los moderados “puritanos” que habían iniciado el golpe) como Ministro de la Guerra. Durante este periodo se promovieron importantes reformas como la Desamortización de Madoz (1855) y la Ley General de Ferrocarriles (1855).

Aunque el Bienio Progresista fue breve y también estuvo marcado por conflictos y represión (lo que llevó a su fin en 1856 con un nuevo golpe de O’Donnell), la Vicalvarada fue fundamental para interrumpir el largo dominio moderado y abrir una nueva etapa política.