Poesía social años50 celaya

TEMA 5 La poesía en la segunda mitad del S. XX (1939-1975). Claudio Rodríguez 1. AÑOS 40



LA GENERACIÓN DEL 36 o GENERACIÓN ESCINDIDA. Poesía arraigada /desarraigada

Se trata de una generación escindida en dos corrientes cuya denominación partíó del crítico y poeta Dámaso Alonso, quien se incluía como crítico en la Generación del 27y como poeta dentro de la desarraigada.

Poesía arraigada

Dámaso Alonso acuñó el término “poesía arraigada” para referirse a los poetas afines al régimen franquista, que publicaron en revistas como Escorial (revista de La Falange 1940) o Garcilaso.
Recuperan temas como el amor, la fe católica, el paisaje o la patria, unidos al ensalzamiento del régimen y sus valores. La fe les aporta una visión serena y armónica del mundo y tratan de comunicarla con un estilo sobrio y a través de formas métricas clásicas como el soneto. Reivindicaron la figura de Garcilaso de la Vega.
A esta corriente pertenecen:
José García Nieto (fundador de la revista “Garcilaso”), Luis Rosales, Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo.

Poesía desarraigada

(“Y paso largas horas preguntándole a Dios/…por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad /de Madrid…”). Además de los poetas afines a la dictadura, permanecieron en España artistas e intelectuales detractores del régimen franquista, que tuvieron que someterse a la censura.

Dámaso Alonso, que se encontraba entre ellos, denominó a esta corriente “poesía desarraigada”. Esta poesía transmite una profunda angustia porque los poetas percibían la realidad como un caos.
También indagaron en la falta de sentido de la existencia (poesía existencial), marcada por el paso del tiempo y la muerte, y de la que Dios parecía haberse alejado. Suelen emplear un tono dramático y un lenguaje directo y desgarrado.
Entre estos autores destacaron Victoriano Crémer, José Luis Hidalgo, Eugenio de Nora y Blas de Otero, que difundían su obra sobre todo en la revista Espadaña (fundada por Antonio González de Lama).

Poesía en el exilio

Durante la Guerra Civil y la dictadura algunos intelectuales comprometidos con la República se vieron obligados a exiliarse. Muchos no tuvieron la ocasión de regresar a España (JRJ, Luis Cernuda). Los primeros años de exilio escribieron sobre la derrota de la guerra, la nostalgia de la patria perdida, el anhelo del regreso o criticaron con dureza el régimen franquista.
Con el paso de los años sus poéticas evolucionaron de manera diferente. Algunos de estos poetas fueron:
Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, León Felipe, Juan Gil-Albert.

2. AÑOS 50: LA POESÍA SOCIAL

La poesía debe ser comunicación, dirigirse a la “inmensa mayoría”.
A menudo la poesía existencial deriva hacia una poesía social y se propone dar testimonio de miserias e injusticias.


Se critican la represión política y las injusticias sociales.
Continúa la línea rehumanizadora iniciada antes de la Guerra Civil, bajo la influencia de poetas como Antonio Machado, Pablo Neruda, César Vallejo o Miguel Hernández. El escritor debe comprometerse, tomar partido ante los problemas del momento. Surge así una “poesía comprometida” opuesta a la “poesía pura”. El poeta se hace solidario con los que sufren. Esta poesía entrará en crisis en los años sesenta. AUTORES-
BLAS DE OTERO. Poesía existencial: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, recogidas posteriormente en un libro titulado Ancia.
El gran tema será el problema del hombre, su destino.

Poesía social:


Pido la paz y la palabra, le sigue En castellano y Que trata de España.
La poesía como lucha y construcción. Reclama la paz, la justicia y la libertad.

GABRIEL CELAYA

Sus obras Tranquilamente hablando y Cantos íberos pertenecen a la poesía social. Su actitud comprometida políticamente la representa en este verso: ‘’La poesía es un arma cargada de futuro’’.3. AÑOS 60: POESÍA DE LA EXPERIENCIA (POESÍA DEL CONOCIMIENTO).
Durante los primeros años de la década de los sesenta se publicaron dos antologías que dieron paso a un nuevo tipo de poesía:
Veinte años de poesía española (1962) y Poesía última (1963). .


En ambas aparecen autores jóvenes que abandonaron el tono épico de la poesía social y sus temas más recurrentes. La crítica se refiere a ellos por el nombre de GENERACIÓN DEL 50:
Todos eran niños durante la Guerra Civil (los niños de la guerra), pertenecían a familias de orígenes burgueses, habían recibido una educación universitaria y una rica formación literaria, y habían participado en algún evento como el homenaje a Antonio Machado en Collioure.Aunque estos poetas cultivan obras muy diferentes, comparten algunas carácterísticas: señalán que la poesía es una forma de conocimiento de la realidad, exploración de la realidad personal, revelación de lo encubierto; reivindican una poesía no dogmática y la autonomía del proceso creativo;

rechazan el concepto de poesía como comunicación y el patetismo y prosaísmo del movimiento anterior; hay en ellos una preocupación fundamental por el hombre, los recuerdos de la infancia y de la familia, los años de la guerra…; depuran los tópicos de la poesía social y renace en ellos el interés por los valores estéticos;
Usan el humor y la ironía para distanciarse de la realidad. Autores: 1.

Ángel González:

alterna temas sociales con los íntimos y personales. Destaca:
Áspero mundo, Tratado de urbanismo
. 2.

José Ángel Valente

El más intelectual y simbolista. Destaca:
A modo de esperanza, Poemas a Lázaro.

3.

Jaime Gil de Biedma:

influyó en la poesía posterior de la experiencia. Destaca:
Compañeros de viaje, Moralidades.
4.

Antonio Gamoneda:


Descripción de la mentira, Sublevación inmóvil.
Un referente en la poesía actual. 5. Claudio Rodríguez, José Hierro, José Manuel Caballero Bonald, Francisco Brines, José Agustín Goytisolo 4.CLAUDIO RODRÍGUEZ (Zamora, 1934- Madrid, 1999).Licenciado en Filología ROMánica, pertenecíó a la RAE desde 1992. Consiguió el premio Adonais en 1953 por su libro Don de la ebriedad,el premio más importante para jóvenes poetas. Seis años antes había fallecido su padre, motivo que supondría su inicio en la labor poética, en la que se muestra el carácter observador del poeta, su necesidad incansable de caminar y su profunda lectura de los clásicos españoles (San Juan, Santa Teresa y Fray Luis de León) y de los poetas franceses del Siglo XIX (Baudelaire, Verlaine y Rimbaud). Su traslado a Madrid le permitíó conocer a Clara Miranda, su fiel compañera, y frecuentar la compañía de Vicente Aleixandre, quien había quedado impresionado con su primera obra. Tras trabajar varios años en Inglaterra como lector de español, regresa de nuevo a Madrid, donde se dedica a la poesía y a la enseñanza universitaria. Fallece en 1999, dejando sin terminar un último poemario cuyo nombre era Aventura.
Es autor también de Conjuros, Alianza y condena, El vuelo de


El vuelo de la celebración, Casi una leyenda y Elogio de la sombra.
En 1983 recibíó el Premio Nacional de Poesía por Desde mis poemas, selección realizada por él mismo. Los temas fundamentales en su obra son la pureza, la solidaridad, la hospitalidad, la limitación de nuestra capacidad de conocimiento, la necesidad de la verdad como única salvación personal, la temporalidad y la muerte.
Se puede inscribir en la tradición literaria de la poesía de la naturaleza.
Así la mirada es “fuente de rica vena” o el hombre es “una regíón inmensa y sin conquista”. Claudio Rodríguez posee un acento personalísimo y un lenguaje poético inconfundible. Se caracteriza por su gran originalidad y por la utilización de los siguientes recursos:
Realismo metafórico, en Conjuros el poeta habla de la ropa tendida al sol, que identifica con su alma, o la viga del mesón, que alude a la solidaridad entre los seres humanos;
imágenes sorprendentes,crea metáforas y símbolos originales y sorprendentes que dificultan la comprensión,  un ejemplo de ello es el poema “Dinero”, utiliza este término como símbolo de todo lo valioso que hay en la vida, todo lo que nos aporta una riqueza espiritual, el resultado final es una expresión aparentemente incomprensible;

Simbolismo:

también emplea símbolos como el mediodía, momento en que el hombre se enfrenta con la verdad;

Amanecer, alba y


y aurora representan la idea de pureza, inocencia, regeneración interior y serena alegría; la tarde suele relacionarse con la reflexión y el arrepentimiento; la noche, como en la poesía de Fray Luis de León, es un símbolo doble, ya que puede tener un sentido negativo (oscuridad, ausencia de verdad, falta de fe…) o positivo (alta noche, noche abierta), en cuyo caso representa el organismo cósmico que desvela las verdades, castiga y salva.Claudio Rodríguez se ha convertido en una de las figuras más representativas de la poesía en la segunda mitad del Siglo XX, con una creación muy singular y voz propia