Simbolismo de la Fuente y el Ciclo de la Melancolía en la Obra de Antonio Machado

Antonio Machado: La Introspección y el Espacio Abandonado

El sujeto poético (Suj. P.) de Antonio Machado se presenta confuso, solitario y profundamente meditativo. Aunque parece dialogar con un interlocutor externo, en realidad se sumerge en un ejercicio de introspección y soledad. El Sujeto Poético ingresa en un espacio donde se anticipan sucesos inusuales.

La Creación de la Atmósfera y el Simbolismo del Entorno

La descripción inicial establece un ambiente melancólico y somnoliento: «Fue una clara tarde, triste y soñolienta». Este verso presenta varias figuras retóricas:

  • Hipálage: Atribución de una cualidad a un sustantivo distinto al que lógicamente le corresponde (la tarde no puede ser triste o soñolienta, sino la persona).
  • Encabalgamiento: La pausa métrica no coincide con la pausa sintáctica.
  • Personificación: La tarde adquiere cualidades humanas (triste y soñolienta).

El entorno, descrito como «al muro del parque, negra y polvorienta», sugiere abandono. El parque parece estar desolado, lo que el poeta observa desde fuera.

Interpretaciones del Ingreso al Espacio

Se proponen dos interpretaciones principales sobre la acción del sujeto:

  1. Un hombre que entra en un lugar abandonado, atraído por el sonido de la fuente.
  2. Un escritor melancólico que abre su cuaderno y comienza a escribir.

La fuente, cuyo sonido atrae al poeta, es un símbolo de la propia creación poética. El agua se identifica directamente con el flujo de la conciencia del sujeto poético.

El Acceso al Lugar Íntimo

«Rechinó en la vieja cancela mi llave». La llave y la cancela indican un espacio privado, no público, al que solo él tiene acceso (o la metáfora de la llave de un cuaderno). El hecho de poseer la llave sugiere que el poeta ya ha entrado en este lugar en ocasiones anteriores.

«Con agrio ruido abrióse la puerta». La descripción del sonido introduce una sinestesia (un ruido no puede ser ‘agrio’), lo que contribuye a la atmósfera de confusión sensorial.

El Diálogo con la Fuente: Memoria, Tiempo y Melancolía

La fuente, que vierte su agua «sobre el blanco mármol su monotonía», atrae al sujeto poético y le canta. El hecho de que la fuente *cante* y no hable sugiere una profunda identificación entre el poeta y el elemento acuático, actuando como un reflejo. El uso del vocativo «hermano» refuerza esta identificación.

La Confusión Temporal y el Déjà Vu

La confusión temporal es un eje central: «Fue una tarde lenta del lento verano». El pretérito («Fue») da a entender que esta situación ya se ha repetido, creando una sensación de déjà vu. Aunque el sujeto poético no lo recuerda conscientemente, sabe que la experiencia es antigua: «mas sé que tu copla presente es lejana».

La fuente insiste en la identidad temporal: «Fue esta misma tarde: mi cristal vertía», creando una paradoja entre el presente y el pasado. La fuente intenta evocar la felicidad perdida, simbolizada por los «mirtos talares» y el «fruto maduro» que pendía, recuerdos de alegrías pasadas e ilusiones lejanas.

La Confrontación entre Alegría y Amargura

El sujeto poético reconoce la alegría pasada de la fuente:

  • «Yo sé que tu claro cristal de alegría» (donde cristal es una metáfora del agua).
  • «ya supo del árbol la fruta bermeja» (elementos positivos).

Esta alegría se contrapone a su estado actual: «yo sé que es lejana la amarg mía». El sujeto poético sabe que la amargura es lejana, pero no logra recordar la alegría. La fuente, descrita como «bellos espejos cantores», actúa como un espejo de la realidad, donde el poeta busca reflejar su tristeza.

El sujeto le pide: «cuéntame mi alegre leyenda olvidada». Sin embargo, la fuente responde con la verdad de la melancolía: «Yo no sé leyen de antig aleg, / sino hist viej de melanc.» La fuente solo conoce la tristeza.

Interpretaciones de la Linfa Serena

La referencia a «tus labios besaron mi linfa serena» (beber el agua, no un beso amoroso) conduce a dos interpretaciones:

  1. La felicidad que el sujeto cree recordar no existe; siempre ha visitado este lugar desde la tristeza.
  2. No hay recuerdo que sea puramente alegre, ya que la conciencia de haberlo perdido trae inevitablemente melancolía.

El Ciclo Inevitable y la Reflexión Final

El sujeto poético, al no encontrar consuelo ni alegría, decide despedirse: «Adiós pa siempre la fuente sonora; / Adiós pa siempre; tu monot…». No obstante, la repetición de los versos iniciales al final del poema sugiere una estructura cíclica o de anillo:

«Rechinó en la vieja cancela mi llave; / de hierro mohoso y, al cerrarse, grave»

Es posible que el sujeto esté encerrado en este ciclo, volviendo constantemente a buscar un consuelo que solo le devuelve melancolía. Esta estructura refleja la reflexión del poeta sobre su propia creatividad: aunque intenta escribir sobre un recuerdo bello, no puede identificar nada que no esté teñido de tristeza.

El elemento acuático (río/fuente) representa el arte y la canción, elementos abandonados en los que solo el sujeto poético repara, simbolizando la introspección solitaria del creador.