Poesía Española de la Posguerra al Siglo XXI
El Impacto de la Guerra Civil y la Poesía de los Años 40
La Guerra Civil (1936-1939) supuso un corte muy profundo en la evolución de la literatura española debido al fallecimiento o exilio de una parte de nuestros escritores, y porque desde 1939 la literatura estuvo condicionada por el resultado de la Guerra Civil: la dictadura de Franco y, con ella, la censura. Miguel Hernández (Nanas de la cebolla), conocido como el poeta del pueblo, fue un puente entre las generaciones del 27 y del 36. En los años 40 surgieron dos tendencias poéticas: la poesía “arraigada”, de la generación del 36, con autores como Eugenio García Nieto, Luis Rosales y Leopoldo Panero, que recupera el clasicismo renacentista y presenta una visión existencialista y religiosa, afín al franquismo (ejemplo: La casa encendida); y la poesía “desarraigada”, que refleja angustia existencial ante una realidad difícil, representada por Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Blas de Otero (Ángel fieramente humano) y Gabriel Celaya.
Poesía de los Años 50, 60 y 70
En los años 50, la poesía española adoptó un enfoque social y un lenguaje coloquial, con poetas como Gloria Fuertes, Gabriel Celaya y Blas de Otero (ejemplo: Pido la paz y la palabra). En los 60, la poesía se centró en la experiencia personal, explorando temas como la infancia y el amor, con autores como Jaime Gil de Biedma (ejemplo: Compañeros de viaje), José Agustín Goytisolo (ejemplo: Palabras para Julia) y Ángel González. En 1970, la antología Nueve novísimos poetas españoles introdujo una poesía vinculada con las vanguardias y la cultura de masas, destacando a Pere Gimferrer y Leopoldo María Panero.
Poesía Tras 1975 y en el Siglo XXI
Tras 1975, surgen varias tendencias poéticas, como la poesía de la experiencia, de corte realista y centrada en lo cotidiano, con autores como Luis García Montero (ejemplos: Aunque tú no lo sepas, Completamente viernes), Luis Alberto de Cuenca (ejemplo: Desayuno) y Benjamín Prado; la poesía clasicista, enfocada en la belleza y la elaboración formal (ejemplo: Luis Antonio de Villena); y el Neoerotismo, que renueva la poesía amorosa y está liderado por Ana Rossetti. Los poetas más jóvenes, como Antonio Lucas y Elvira Sastre, adoptan rasgos generacionales como un tono intimista e irónico, y han conseguido con una poesía sentimental y directa una cuota de lectores muy amplia.
Teatro Español de la Posguerra al Siglo XXI
El Teatro en los Años 40 y 50
En cuanto al teatro, en los años 40 el teatro español se caracteriza por obras que prolongan el teatro nacional de guerra y el teatro burgués y de humor, heredado de Jacinto Benavente, abordando conflictos de clase media o alta y defendiendo valores tradicionales. En los años 50, el teatro se divide en tres tendencias: el teatro burgués, continuación del de los años 40, con autores como Edgar Neville (ejemplo: El baile) y Juan Ignacio Luca de Tena; el teatro humorístico, representado por Enrique Jardiel Poncela (ejemplo: Usted tiene ojos de mujer fatal) y Miguel Mihura (ejemplo: Tres sombreros de copa); y el teatro inconformista, existencial y social, un teatro crítico que comienza con una orientación existencial en obras como Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo y Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre, y luego evoluciona hacia un teatro social, como en El tragaluz de Buero Vallejo.
El Teatro en los Años 60 y 70
En los años 60, dramaturgos realistas como Lauro Olmo y Buero Vallejo representan las vidas de las clases humildes, víctimas de la injusticia social. A finales de la década, surge un movimiento de renovación teatral influenciado por corrientes extranjeras, consolidándose una nueva vanguardia teatral en los 70 con obras como La fundación de Buero Vallejo. En los 70, el teatro experimental se mantiene como protesta y denuncia, pero con un enfoque simbólico mediante una escenografía insólita y recursos extraverbales. Destacan autores como Fernando Arrabal y Antonio Gala, y los grupos de teatro independiente como Els Joglars y Els Comediants, que renovaron la escena con un enfoque experimental y popular.
El Teatro Tras 1975 y en el Siglo XXI
A partir de 1975, con la transición a la democracia, el teatro en España experimenta una transformación significativa. En los años 80 y 90, se fomenta un teatro de calidad a través de festivales y nuevos organismos oficiales, avanzando también en la descentralización. Destacan varias tendencias: la persistencia de grupos de teatro independiente, obras históricas sobre la Guerra Civil como ¡Ay Carmela! de José Sanchis Sinisterra, el realismo costumbrista centrado en la juventud, como Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos, y una comedia burguesa modernizada por autores como Juan José Alonso Millán. En el siglo XXI, el teatro se enfoca en situaciones cotidianas y críticas sociales, destacando autores como Juan Mayorga (ejemplo: El chico de la última fila) y Alfredo Sanzol (ejemplo: La ternura).