Consecuencias de la desintegración de la gran Colombia

1.2 Internacionalización de la contienda la guerra civil española se prolongó tanto en el tiempo fue por la dimensión internacional que cobró. Precisamente el conflicto se vivíó en Europa como un enfrentamiento entre el fascismo y el socialismo o comunismo. Todo ello en un momento crítico en las relaciones internacionales, en el que el régimen nazi de Hitler iniciaba sus golpes de fuerza con las reivindicaciones territoriales de Checoslovaquia y Polonia y la política de rearme; mientras que por otro lado, en algunos países europeos comenzaban a formarse alianzas de los partidos de izquierda que,bajo el nombre de “Frente Popular”, pretendían parar el ascenso del fascismo. La URSS, con Stalin a la cabeza, animó la formación de estos movimientos y financió a los partidos comunistas. Sin embargo a finales de Agosto de 1936, una veintena de países encabezados por Francia e Inglaterra, en el que se incluyeron Alemania, Italia y la URSS, crearon un Comité de No Intervención en la guerra española, por el que se prohibíó la exportación a España de armas, municiones y todo tipo de material de guerra. No obstante, el acuerdo terminó siendo una farsa, ya que en la práctica sólo fue respetado por las potencias democráticas, mientras que Alemania e Italia apoyaron a los sublevados y la U.R.S.S. Hizo lo propio con el bando republicano.

En cuanto el apoyo que recibieron los sublevados

Alemania


Le interesaba la victoria de Franco para aislar a Francia de sus colonias en caso de una guerra europea. Para ello creó el HISMA que contribuyó decisivamente al traslado de las tropas marroquíes por el Estrecho de Gibraltar (con la flota y la aviación alemana) y al transporte de material bélico durante toda la guerra. Fue decisiva la intervención de la “Legión Cóndor” en Abril de 1937 para la toma de Bilbao. Envió también miles de soldados que rotaban rápidamente, ya que la Guerra Civil española se puede decir que fue utilizada como un campo de ejercicios de cara a lo que luego será la Segunda Guerra Mundial.

Italia

Le interesaba la victoria de los rebeldes con vistas a obtener un importante aliado en el Mediterráneo Occidental, dentro de sus aspiraciones imperiales en el norte de África. Fundó también una sociedad de financiación, la SAFNI . Su aportación fue más numerosa y envió aviones y soldados (Corpo Truppe Volontarie).

Marruecos:

Los “regulares” (tropas marroquíes) fueron la fuerza de choque de los primeros días de la guerra, junto con la “legión extranjera” que formó el 50% de los efectivos “nacionales”. Marruecos no tenía derecho a autonomía y no tenía nada que agradecer a la República.

Portugal

Dominada por el régimen militar de Salazar, se sintió identificada con el levantamiento militar y fue una puerta abierta a las incursiones de los sublevados, constituyendo en los inicios el nexo de uníón entre el frente norte y el sur. Envió además grupos de voluntarios (conocidos popularmente como los Viriatos).
Irlanda también colaboró con los golpistas enviando soldados conocidos como “La Legión de San Patricio”.
EEUU rompíó su neutralidad vendiendo a “los nacionales” petróleo o camiones de las empresas Ford y General Motors.

En cuanto a los apoyos que recibíó la República:

Los países democráticos: Se presentaron como neutrales, ignorando el apoyo de los países fascistas. Aunque en realidad, por intereses económicos, algunos llegaron incluso a apoyar a los insurrectos, como fue el caso de Inglaterra (ya que la República había reivindicado el Peñón de Gibraltar); o EEUU que prohibíó los suministros a los republicanos pero no a los sublevados. En el caso de Francia, mandó cierta ayuda a partir del triunfo del “Frente Popular” en este país. No Esther Mayo 34 obstante, todas estas potencias permitieron que se crearan las “Brigadas internacionales”, 


formadas por voluntarios de todo el mundo que pensaban estar contribuyendo a la derrota del fascismo, procedentes de Francia, Alemania, Austria, Italia, EEUU, Gran Bretaña y países del este de Europa. Tenían su base en Albacete.

URSS

Fue el único país que apoyó directamente a la República, enviando aviones, armas, alimentos y dinero. Gran parte de las reservas de oro del Banco de España fueron depositadas en este país, gastándose en su totalidad en la compra de estos materiales.

México

Apoyó también al gobierno republicano vendiendo material bélico, y tuvo gran trascendencia al acabar el conflicto por su política de asilo político, que facilitó el exilio de gran parte de los intelectuales y la supervivencia de un gobierno de la república en el exilio.

1.3 El desarrollo de la guerra

A) Primera fase: la guerra de columnas y la lucha por Madrid (Julio 1936- Marzo 1937)


planteamiento inicial sublevados consistíó en tomar Madrid. El plan fue avanzar desde dos direcciones , el norte y el sur. Tras cruzar el Estrecho con ayuda de aviones italianos y alemanes (“operación Puente Aéreo”), las tropas de legionarios y regulares al mando del general Franco, avanzaron desde el sur siguiendo el modelo de guerra colonial, tomaron Badajoz, Mérida y Talavera de la Reina, y enlazaron con las tropas formadas por el General Mola desde el Norte. La caída de Madrid parecía inminente, pero acabó retrasándose porque Mola quedó detenido en el Guadarrama, y Franco se desvió hacia Toledo (Septiembre de 1936) para liberar a los militares sitiados en el Alcázar por los republicanos. Este retraso permitíó a Madrid organizar su defensa y buscar refuerzos para el asedio. En el bando republicano los comienzos no fueron muy favorables, existiendo un gran desorden en el que actuaron milicias populares con escasa disciplina, a las que el gobierno entregó armas. Aún así consiguieron detener a las tropas de Mola, mientras que a finales de Octubre se decretaba la movilización general para defender Madrid. La batalla por Madrid empezó en Noviembre de 1936. El 6 de Noviembre el gobierno republicano decidíó trasladarse a Valencia por motivos de seguridad, dejando el mando a una Junta de Defensa dirigida por el teniente coronel Rojo y el general Miaja. La llegada de las Brigadas Internacionales, la resistencia civil y la ayuda rusa, contribuyeron a que finalmente la ciudad de Madrid resistiera . En los siguientes meses, tras el fracaso de la toma de Madrid, Franco realizó dos maniobras envolventes para aislar la capital. La primera produjo la batalla del Jarama en Febrero de 1937, pero los sublevados fueron nuevamente detenidos por los republicanos; y la segunda terminó con la batalla de Guadalajara en Marzo de 1937, en la que Franco contó con la ayuda de tropas y armamento italiano, pero la contraofensiva del general Rojo les obligó a retirarse. No ocurríó lo mismo en el sur, donde los republicanos perdieron Málaga en Febrero de 1937.

B) Segunda fase: la ocupación de la zona Norte (Abril-Octubre 1937)


La fuerte resistencia de Madrid obligó a los sublevados a cambiar de estrategia, centrando sus esfuerzos a partir de entonces en ocupar la zona norte republicana. Este territorio abarcaba gran parte de la cornisa cantábrica (Asturias, Cantabria y parte del País Vasco), pero había quedado aislado del resto de la España republicana y además estaba fragmentada políticamente. Franco decidíó ir ocupando poco a poco esta zona, sobre todo por la existencia de importantes recursos mineros, siderúrgicos e industriales.


principales combates tuvieron lugar entre Abril y Octubre de 1937, en los cuales tuvo lugar el bombardeo de Guernica por la aviación nazi (Legión Cóndor), cayó la ciudad de Bilbao, los italianos consiguieron entrar en Santander y finalmente fue ocupado Asturias. Para tratar de desviar la atención de los sublevados y su presión sobre el Norte, el general republicano Rojo diseñó varias ofensivas de distracción, como el ataque a Brunete y Belchite, sin embargo ambas fracasaron y pusieron de manifiesto la incapacidad del Ejército republicano, que no supo aprovechar el éxito inicial conseguido en Madrid. Con la derrota, los sublevados consiguieron un territorio de gran importancia económica, reforzando además su posición internacional.

C) Tercera fase: el avance a la zona mediterránea (Noviembre 1937- Noviembre 1938)


A finales 1937 los republicanos todavía confiaban en la victoria, se realizaron reformas en el ejército y se nombró al general Rojo como jefe del Estado Mayor republicano. Con el nuevo ejército se llevaron a cabo nuevas ofensivas, en las que destacó la batalla de Teruel, una de las más crueles de la guerra, que los republicanos llegaron a ocupar en Enero de 1938, aunque un mes después volvía a caer en manos del ejército de Franco. El desgaste sufrido por parte de los republicanos en la defensa de la ciudad , junto con el hundimiento de la moral y las tensiones políticas republicanas, fue aprovechado por las tropas franquistas, las cuales iniciaron una ofensiva por Aragón atravesando el Maestrazgo y llegando al Mediterráneo en Vinaroz (Castellón) en Abril de 1938. Desde entonces el territorio republicano quedó dividido en dos partes, quedando Cataluña aislada del resto, pero la ofensiva franquista se dirigíó hacia el Sur, con el objetivo de llegar hasta Valencia. La última gran batalla de la guerra tuvo lugar en Julio de 1938, la batalla del Ebro, la más sangrienta de la guerra. La situación era desesperada para los republicanos y tras recibir nuevo armamento, su ejército se reorganizó desde Cataluña y decidíó lanzar una ofensiva desde Tarragona cruzando el río Ebro, donde consiguieron hacerse fuertes resistiendo durante unos meses. Franco lanzó entonces una contraofensiva, participando la aviación alemana e italiana, y en Noviembre de 1938 el ataque republicano quedó completamente detenido. A raíz de esta derrota, las fuerzas republicanas quedaron mermadas y desorganizadas, el final de la guerra se acercaba.

D) Última fase: el final de la guerra (Noviembre 1938-Abril 1939)


Entre Diciembre de 1938 y Enero de 1939 tuvo lugar la campaña para ocupar Cataluña por parte de las tropas franquistas. Los republicanos apenas opusieron Esther Mayo 37 resistencia y tras Lérida y Tarragona, Barcelona fue tomada a finales de Enero de 1939, cayendo pocos días después Gerona. Una gran cantidad de personas, civiles y militares, acudíó en masa hacia la frontera francesa huyendo de las tropas franquistas (entre ellos Manuel Azaña). En Febrero de 1939 la zona republicana, dirigida p Negrín, ya solo comprendía Madrid, La Mancha y la regíón Valencia-Almería. Se trataba de resistir y reorganizar el ejército, prolongando el conflicto ante el inminente estallido de una Guerra Mundial que permitiera a la república encontrar aliados. Sin em a comienzos de Marzo tuvo lugar una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Casado, que pretendíó poner fin a la Guerra Civil mediante un acuerdo, entre militares, que limitara las represalias de los vencedores. Casado controló Madrid tras un duro enfrentamiento con los comunistas, creando una Junta de Defensa que negociara la paz con Franco, sin embargo el general solo aceptó una rendición sin condiciones y obligó a entregar las armas. El día 28 de Marzo, las tropas de Franco entraron en Madrid sin apenas resistencia y durante los siguientes días, la zona mediterránea también era ocupada. El 1 de Abril se emitía el último parte de guerra en Burgos, que anunciaba que “la guerra ha terminado” 


2.1 La evolución política


La evolución política en la España republicana


Cuando la sublevación, el gobierno republicano dirigido por Casares Quiroga presentó su dimisión, que tras ser sustituido por otro nuevo presidido por Martínez Barrio, dio paso al gobierno de José Giral el día 19. Durante su jefatura, había que organizar apresuradamente una fuerza militar que fuera capaz de oponerse a los sublevados, pero el estallido de la guerra provocó un gran entusiasmo revolucionario que desbordó al gobierno e hizo derrumbarse a algunas instituciones. Los poderes regionales y locales comenzaron a operar al margen del Estado y de ahí que el gobierno decidíó entregar las armas a las milicias de los partidos de izquierda y sindicatos. Como consecuencia, dentro del territorio republicano emergíó una estructura de poder popular llamada a defender la legalidad republicana, aprovechando la debilidad del gobierno. En Septiembre del año 1936 se formó un gobierno de coalición dirigido por Largo Caballero con el objetivo de concentrar fuerzas y ganar la guerra. Al mismo tiempo el gobierno de la República decidíó trasladarse a Valencia ante el inminente ataque de Madrid por parte de los sublevados, dejando la ciudad bajo la autoridad de una Junta de Defensa dirigida por el general Miaja y el teniente coronel Rojo. Desde su nueva plaza, el gobierno continuó con su política de reformas::::: en el que la Guardia Civil se transformó en Guardia Nacional Republicana y se militarizó las milicias, se incautaron tierras e industrias abandonadas por sus dueños, se continuó con la reforma agraria y se entregaron más tierras que nunca a los campesinos, se nacionalizaron el ferrocarril, algunos bancos, CAMPSA y las compañías eléctricas, y se devolvíó el estatuto de autonomía a los vascos. Paralelamente a esto, los anarquistas llevaron a cabo su revolución social espontánea en Cataluña y expropiaron tierras e industrias para colectivizarlas. Sin embargo, una serie de fracasos militares, como la toma de Málaga en Febrero de 1937, acabó produciendo un enfrentamiento entre las fuerzas republicanas y afectó al propio desarrollo de la guerra. Un sector formado por el Partido Comunista de España, cuyo protagonismo aumentó gracias al apoyo ruso y su disciplina interna, unido a parte de los socialistas y republicanos, era partidario de conseguir una alianza con las clases medias y controlar las experiencias colectivizadoras, ganando primero la guerra; sin embargo otro sector formado por anarquistas y comunistas del POUM (Partido Obrero Marxista), consideraba que había que llevar a cabo una revolución y colectivización para poder contar con el apoyo popular y ganar la guerra. Como resultado de estos enfrentamientos, en Mayo de 1937 tuvo lugar una crisis de gobierno que terminó con la dimisión de Largo Caballero. Tras los hechos de Mayo, Manuel Azaña encargó la formación de un nuevo gobierno al socialista Juan Negrín, que dio prioridad al esfuerzo militar reforzando el poder central, unificando la dirección de la guerra y controlando la producción industrial y agraria. También se decidíó cambiar la sede del gobierno de Valencia a Barcelona. Aunque el gobierno de Negrín defendíó a ultranza este esfuerzo militar y la resistencia, la dificultad para frenar el avance de las tropas franquistas obligó a buscar una salida negociada a la guerra, sin embargo la vida era ya sumamente difícil en el territorio republicano y el Golpe de Estado dirigido por el coronel Casado, buscó sobre todo finalizar la guerra.  


La evolución política de la España sublevada


La muerte del general Sanjurjo en accidente de aviación en Julio de 1936, cuando se dirigía a Burgos a encabezar la rebelión, planteó un problema inicial de liderazgo en el territorio de la España sublevada. Sin embargo no tardó en formarse en Burgos una Esther Mayo 39 Junta de Defensa Nacional, integrada por militares (Franco, Mola, Queipo de Llano,..) y presidida por Cabanellas, cuya misión fue gobernar el territorio ocupado. Sin embargo al alargarse el conflicto, pronto se vio la necesidad de unificar el mando, en un contexto en el que el general Franco fue ganando cada vez más adeptos. El 1 de Octubre de 1936 se publicó un decreto que lo nombraba como Jefe del gobierno del Estado y Generalísimo de los Ejércitos españoles. La Junta de Defensa se transformó en Junta Técnica del Estado, con sede en Valladolid y Burgos, mientras que el cuartel general de Franco se trasladó a Salamanca. Para conseguir una mayor cohesión e inspirándose en el modelo de Estado fascista italiano y alemán, Franco dio a conocer el Decreto de Unificación (Abril de 1937) por el que se creaba un partido único, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que acabó con la rivalidad entre carlistas y falangistas, y el que se integraron las demás fuerzas de los sublevados. Franco sería desde entonces el Jefe Nacional de este partido único, adoptando en gran parte su ideología. En Enero de 1938 se formó el primer gobierno de Franco, que concentró la jefatura de Estado y la presidencia del gobierno, el cual pasó a ser llamado a partir de entonces Caudillo de España. El nuevo estado se inspiró en el fascismo y defendíó un modelo social basado en la tradición y el catolicismo. Se abolíó la legislación republicana en materia económica, social y laboral; se suprimieron las libertades religiosas, política, sindical y de prensa; se suspendieron los estatutos de autonomía y se reestableció la pena de muerte. Desde Julio de 1937 el nuevo Estado contó además con el apoyo de la Iglesia Católica. Pronto se impuso también una dura represión en ambos bandos contra los que se consideraban enemigos de la república o del nuevo estado que se pretendía crear tras el Golpe de Estado: aristocracia, burguésía, militares, religiosos, afiliados a partidos de derechas… Trabajadores, clases medias liberales, miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad que no secundaron a los sublevados, respectivamente. Cualquier sospechoso podía ser ejecutado. Asaltos a prisiones, “paseos” y “sacas” se dieron con frecuencia. Especialmente graves resultaron los asesinatos de Paracuellos del Jarama y en Torrejón de Ardoz, ambas localidades en la provincia de Madrid, en Noviembre de 1936, llevados a cabo por los republicanos o las ejecuciones masivas a medida que avanzaban las tropas nacionales (Badajoz más de 2000 fusilados durante la toma de la población).


2.2 Las consecuencias de la guerra


Desde el punto de vista demográfico


El número de muertos en combate pudo ser de unos 150.000 en ambos bandos, a los que habría que sumar otros tantos en la sangrienta represión que padecieron ambas retaguardias; además, habría que contabilizar los entre 35 y 50 mil ejecutados entre 1939 y 1945, ya finalizada la guerra y durante la primera fase del Franquismo. Se calcula además que el número de heridos pudo ser Esther Mayo 40 de 400.000. No hay que olvidar tampoco, a efectos demográficos, los 300.000 prisioneros de guerra que permanecieron en las cárceles hasta 1945 y que medio millón de españoles salíó principalmente desde Cataluña hacia el exilio en 1939. Esta sangría demográfica provocó por una parte, una caída de la natalidad y como consecuencia, el “no nacimiento” de toda una generación de españoles ; por otra, el retraso del “baby boom” que sucede a todo periodo de crisis, hasta los años 60.
Desde el punto de vista material, la destrucción causada por la guerra fue inmensa. Gran parte de las infraestructuras y las comunicaciones desaparecieron. Los bombardeos afectaron a numerosas ciudades y pueblos, alrededor de 500.000 casas quedaron destruidas total o parcialmente y gran parte de los campos de cultivo quedaron devastados . El desastre también afectó a la ganadería (dos terceras partes de las explotaciones ganaderas desaparecieron).Todo esto trajo consigo el hambre y el desabastecimiento en las grandes ciudades.
En el plano económico, la guerra supuso unas pérdidas cifradas en unos 30000 millones de pesetas de 1935. Las reservas de oro del Banco de España trasladadas a Moscú acabaron esfumándose, mientras que las deudas de los vencedores contraídas con sus aliados alemán e italiano tardaron muchos años en pagarse (casi mil millones de dólares). España perdíó más de medio millón de personas laboralmente activas y entró en una etapa de estancamiento. La mayoría de la población española tuvo que sufrir los efectos del racionamiento y privación de bienes de consumo.
En cuanto a las consecuencias sociales, la sociedad española quedó marcada tristemente por la guerra. Tres años de conflicto fratricida dejaron abiertas muchas heridas y rencores. Además, el régimen impuesto por los vencedores no hizo mucho por frenar ese daño moral y favorecer la reconciliación de las dos Españas.
Con respecto a la cultura española, las consecuencias fueron importantísimas, puesto que se destruyó todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa que se había iniciado tras la crisis de 1898. Durante el franquismo llegaron a ser ejecutados o destituidos más del 60% de maestros y profesores. Además gran parte de los intelectuales de la generación del 27 e importantes científicos y artistas murieron o acabaron en el exilio.
En política, el final de la guerra supuso acabar con el segundo intento modernizador y democratizador de España durante la II República. A partir de ahí se abríó un largo periodo de represión, falta de libertad política y supresión de los derechos fundamentales. España además fue aislada política y económicamente durante veinte años.