Cuerpo y Alma: Perspectivas Filosóficas
En el ámbito de la filosofía griega, Sócrates pensaba que lo esencial del ser humano era su razón. Su discípulo Platón admitía que el alma humana era un complejo de tres facultades en la que la razón trataba de controlar a las otras dos: la pasión y el deseo. De este modo, Platón explica por qué al ser humano le cuesta tanto vivir solamente según la razón. Las necesidades del cuerpo dan lugar a las pasiones y deseos, actuando como cárcel para el alma. Para Platón, el ser humano es esencialmente alma. Aristóteles, después, lo mantuvo como dos conceptos no divisibles en la realidad. Los evangelios narraron la experiencia de sus autores. Posteriormente, el cristianismo se empapó de platonismo con San Agustín, quedando marcado por la división cuerpo-alma. Más tarde, Santo Tomás habló del cuerpo y del alma como principios del ser humano y no como realidades separables.
El Humanismo Ilustrado
El ideal renacentista fracasó. Las luchas políticas por el control de Europa, con trasfondo de enfrentamientos religiosos, dieron lugar a guerras, persecuciones y torturas. Algunos de los «ilustrados» franceses se distanciaron de las religiones como medios de humanización y convirtieron la experiencia religiosa en una filosofía: el deísmo. Los ilustrados pensaban que la razón humana solucionaría todos los problemas y traería la paz.
Jean-Paul Sartre: La Libertad Absoluta
Fue uno de los grandes literatos franceses del siglo XX y Premio Nobel de Literatura. El centro de su pensamiento es reconocer que el ser humano es un «ser para sí», que puede transformarse a sí mismo. Es decir, no tenemos marcado nuestro destino, somos totalmente libres. Por eso, no existe Dios: si Dios existiera, no seríamos, como somos, totalmente libres. Dios es incompatible con la libertad humana. El único límite para mi libertad total son los otros. Por ello, en cuanto límites a mi libertad, «el infierno son los otros». Esta libertad es una responsabilidad infinita que, cuando nos hacemos conscientes de ella, nos provoca una enorme angustia. En el fondo, da igual nuestro sentido de la vida. Estamos «arrojados» a la existencia sin sentido alguno.
Albert Camus: La Lucha Contra el Absurdo
Escritor francés, Premio Nobel de Literatura. Para él, el problema central es el mal y el sufrimiento del ser humano. Confiando solo en lo que ve y toca, el ser humano se encuentra ante un abismo oscuro de sin sentido, empujado hacia la muerte, rodeado del mal y la enfermedad. Según él, no cabe la esperanza religiosa ni el olvido sumergido en el placer. Consciente de la imposibilidad de vencer el mal, el ser humano no debe renunciar a convertir su vida en una lucha constante contra él. El ser humano es como Sísifo, condenado por los dioses a subir una roca hasta la cima de un monte para que, después, la roca rodara de nuevo hasta el valle. Pero debemos ver a Sísifo feliz: sabe que nunca vencerá, pero nunca dejará de pelear por conseguirlo. En esta pelea sin fin y sin esperanza contra el mal se puede encontrar la felicidad en medio de la nada de la existencia.
Sigmund Freud: Psique y Religión
Médico y psiquiatra austriaco, es uno de los creadores del psicoanálisis. Para él, el ser humano está marcado por su psique, la mayor parte de la cual es inconsciente y no racional. Para Freud, nuestra personalidad tiene tres partes:
- El «ello»: las pulsiones instintivas inconscientes, sobre todo sexuales y agresivas.
- El «superyó»: los ideales por los que nos regimos.
- El «yo»: el espacio consciente que intenta armonizar el ello y el superyó desde el principio de realidad.
Freud enraíza las enfermedades mentales en el desequilibrio de estos factores. Afirma que el ser humano está marcado por su psique. Para él, la religión nace de un teórico enfrentamiento padre-hijo en la infancia. Cuando el niño descubre que su padre no es omnipotente, proyecta esta imagen hacia fuera, a un Dios omnipotente que le protege. Por tanto, la religión no es más que un mecanismo de defensa.
Diálogo desde la Fe: Una Réplica a Freud
Freud reduce el hecho religioso a una serie de casos de enfermos. No es cierto que todas las personas religiosas sean necesariamente neuróticas obsesivas. El cristianismo no cree que Dios proteja al ser humano del mal, sino que es libre para luchar contra él y para aceptar el sufrimiento. Freud convierte su propio esquema psicoanalítico en la única vara de medir. Con ello, desconoce la experiencia religiosa personal y no se da cuenta de que el hecho religioso no evita la angustia de la libertad y de la toma de decisiones. De hecho, la hace más consciente.
Martin Buber: La Filosofía del Encuentro (Yo y Tú)
Fue uno de los pensadores judíos más lúcidos del siglo XX. Buber pensaba que el ser humano se construye en sus relaciones. Las personas nos hacemos en el contacto con los demás. Por ello, es necesario comprender a la persona en sus relaciones. Estas pueden ser de dos formas: Yo-Ello o Yo-Tú.
- Yo-Ello es la relación que mantengo con las cosas: me relaciono con algo para algo.
- Yo-Tú es la relación propia entre personas: no me relaciono con él para conseguir nada, sino porque le quiero o de forma igualitaria.
Y la mayor fuente de humanización es la relación con el Yo-Tú eterno: la relación con Dios.
Emmanuel Levinas: El Humanismo del Otro
Judío lituano refugiado en Francia y que vivió la persecución nazi, sostenía que la filosofía había equivocado sus esfuerzos. Se ha dedicado a pensar en uno mismo, en el «ser», y ha olvidado decir «buenos días» a la persona de al lado. Para Levinas, la filosofía es la «sabiduría que nace del amor». No somos porque pensemos («pienso, luego existo», decía Descartes); somos porque otros nos han amado primero. La ética es la sabiduría primordial en la vida. Levinas destaca que el Otro es siempre distinto a nosotros.
Transformar la Realidad en la Era Digital
Vivimos en un mundo distinto al de hace treinta años. La era de la tecnología ha modificado considerablemente nuestro entorno y nos ha hecho desencantarnos y variar nuestro punto de vista sobre cómo se ha de vivir y aprovechar la vida. La capacidad de transformar la realidad es más evidente que nunca.
La Modernidad: El Ser Humano en el Centro del Universo
La Modernidad, iniciada en el siglo XVI, ha sido un proceso muy largo. Hasta el siglo XV, el ser humano se consideraba un ser más dentro de la naturaleza creada por Dios. El sentido de la vida lo otorgaba Dios, y por ello toda la sociedad giraba en torno a lo religioso. La fe era un pilar que les hacía pertenecer a un grupo humano y experimentar que su vida merecía la pena.
Durante el Renacimiento, el ser humano comenzó a ser consciente de que era el protagonista de la Historia. Los grandes descubrimientos geográficos, astronómicos y más… Todos fueron logros del ser humano, que fue capaz de cambiar su Historia. Los nuevos sabios defendieron los valores emergentes de las sociedades. Ya no se esperaba la intervención de Dios porque las esperanzas estaban puestas en el ser humano. Fue la segunda revolución, cuando el ser humano controlaba la vida y, por ende, debía ser respetado. El hombre sintió que podía superar cualquier obstáculo a través de la ciencia. Podía controlar mejor la enfermedad y explicar los procesos biológicos y físicos. En el siglo XIX, una tercera revolución se añadió: ya no había necesidad de buscar el sentido de la vida fuera de las personas.
En la actualidad, estamos viviendo la cuarta revolución, la tecnología, que nos conduce a un mundo completamente diferente, donde las relaciones personales con los demás, con la sociedad y con uno mismo son distintas. Así, el mito del ser humano capaz de todo queda completado, pero presenta sus grietas. Las personas siguen preguntándose quiénes son y por qué existen. La gran mayoría sigue buscando a Dios, de muy diversas maneras, y sigue apostando por la existencia de algo más allá de lo puramente físico y material del mundo. Pero, como toda historia, continúa en nuestra cabeza y en nuestra vida diaria.
Modelos de Relaciones entre Ciencia y Religión
Modelo 1: Conflicto Inevitable
Ciencia y religión de manera natural están en conflicto. Hoy día se considera una posición extrema. Se caracteriza por buscar establecer el conocimiento sobre un fundamento sólido. Dos extremos:
- El creacionismo afirma que la Biblia enseña exactamente cómo se creó la naturaleza.
- El cientificismo afirma que todo es materia y que el método científico es el único válido para describir la realidad.
Modelo 2: Independencia Total
Ciencia y religión son independientes y no puede haber conflicto:
- Mientras que la ciencia se basa en la observación y en la razón humana, la religión se basa en la Revelación de Dios.
- La esfera de acción de Dios es la Historia, no la naturaleza.
- Ciencia y religión tienen diferentes funciones: la primera busca el «cómo», la segunda los «porqués».
Modelo 3: Diálogo Necesario
Ciencia y religión son independientes, pero no tanto, por lo que deben dialogar:
- Para reflexionar sobre los «porqués», es necesario conocer los «cómos».
- Las metodologías no son tan distintas. La ciencia no es tan objetiva, ni la religión es tan subjetiva.
Modelo 4: Integración y Mutua Inspiración
Ciencia y religión deben, además de dialogar, ser conocimientos integrados: promueven que una inspire a la otra.
- Una teoría científica no puede ser completamente contraria a la percepción humana de que el ser humano es algo más que materia.
- La religión ha de ser influida por los estudios de la naturaleza.
Medios de Comunicación Social (MCS)
Los MCS tienen unas funciones específicas:
- Son instrumentos para percibir y comprender el mundo en el que vivimos, tanto cercano como lejano. Asimismo, podemos debatir y dialogar a través de ellos, ya que establecen puntos de unión entre diferentes personas.
- Pero también tienen un gran poder. Pueden servir para todo lo anterior y para la manipulación y la desinformación.