Fundamentos de la Filosofía: De la Metafísica Aristotélica al Materialismo y el Existencialismo

La Metafísica Aristotélica: El Estudio del Ser en Cuanto Ser

La metafísica es, pues, un tipo de saber más global y ambicioso que el científico, porque trata también de dar cuenta de aquellos aspectos de la realidad que, por no ser observables, quedan fuera de las consideraciones científicas. Aristóteles describe este saber —esta ciencia buscada—, como hemos visto, con las siguientes palabras: “hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es, y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen”.

Para Aristóteles hay varias formas de “ser”, pero todas ellas se refieren a una forma primordial de ser, al “ser” propiamente dicho: lo que él llama la sustancia o entidad. La sustancia (la “entidad”) es el “ser” propiamente dicho.

La Sustancia Primera y la Crítica a Platón

Aristóteles reprocha a su maestro Platón el haber afirmado que lo verdaderamente real —el “ser” propiamente dicho o la sustancia— era la Idea (esas Ideas que, como mencionamos en el tema/vídeo 1 —y comentaremos luego en este—, existen “separadas” de las cosas individuales). Para Aristóteles, sustancias son únicamente los individuos concretos, como Sócrates, esta oliva o esta mesa.

Aun así, Aristóteles concede también la existencia de lo que llama “sustancias segundas” (las especies y los géneros: “hombre”, “animal”, “oliva”, “árbol”…): sobre ellas —y no sobre los individuos particulares— trata la ciencia. Los individuos perecen y solo la especie y el género subsiste; y la ciencia estudia lo universal y no lo particular. Pero estos “universales” no existen “separados” de las sustancias (como las Ideas platónicas), sino únicamente en ellas. En definitiva, para Aristóteles la sustancia primera es lo verdaderamente real.

El Materialismo Histórico de Karl Marx

El materialismo de Karl Heinrich Marx es bastante complejo y no consiste en la simple afirmación de que “todo es materia”. El materialismo de Marx parece tener una significación polémica y práctica: se opone tanto al idealismo de Hegel (pues Hegel parece haber convertido al hombre en puro espíritu, en lugar de considerarlo como un ser real, concreto y sensible), como al materialismo “clásico” (aquel que parece reducir la materia a leyes mecánicas).

Para Marx el ser humano no es un ser contemplativo, sino un ser activo que transforma la Naturaleza. El mundo que nos rodea es un producto histórico, es el resultado de la transformación que las generaciones precedentes han realizado.

Definición del Materialismo Histórico

El amigo y compañero de Marx, Friedrich Engels, definió el materialismo histórico como “la concepción de la historia universal que ve la causa final y la fuerza propulsora decisiva de todos los acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en las transformaciones del modo de producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases y en las luchas de estas clases entre sí”.

Marx considera que la historia y todo proceso humano o natural tienen causas materiales. No es el espíritu, la conciencia o el pensamiento el que en su desarrollo conforma la realidad y la historia. En otras palabras: no es la ideología, las creencias, las teorías… las que determinan la forma de vida (la realidad material), sino que, al contrario, son las condiciones materiales de vida de un momento concreto (los medios de producción, las relaciones de producción) las que determinan la ideología imperante.

Materialismo, Mecanicismo y el Problema Mente/Cerebro

Dependiendo del materialismo que se trate, puede darse asociada al mismo una concepción mecanicista según la cual todos los sucesos del mundo responden a inalterables leyes causales. Pero si, por ejemplo, incluso nuestro comportamiento puede ser explicado y previsto por referencia a su causa, ¿dónde queda la libertad humana?

Con respecto al problema mente/cerebro, para el materialismo mente y cerebro serían la misma cosa: todos nuestros estados y procesos mentales (como, por ejemplo, el enamoramiento, el recuerdo de un momento de mi infancia, etc.) son identificables con estados neuronales del cerebro. Pero este problema sigue sin estar resuelto de modo evidente.

La Evolución del Sujeto: De la Conciencia a la Indeterminación

El Humanismo del Renacimiento

Si el pensamiento cristiano de la Edad Media había concebido la vida como un simple trámite hacia la salvación o la condena eterna, los pensadores del Renacimiento reivindican el valor intrínseco de nuestra existencia y, dentro de esta, la capacidad creativa del ser humano, esto es, sus dotes artísticos e intelectuales; se defendía, de este modo, el valor de la conciencia subjetiva, es decir, la capacidad que tiene todo sujeto de emplear su racionalidad para criticar y analizar la tradición y los valores de la sociedad.

La Ilustración y la Autonomía de la Razón

La Ilustración se constituirá como un movimiento que reivindica que el ser humano va camino de alcanzar la “mayoría de edad”: es decir, reivindica la autonomía de la razón, lo que significa que la razón ya no debe someterse a la tutela de ninguna autoridad externa a ella, ya sea la autoridad política, religiosa o la mera tradición (que le diga cuál es la verdad, las ideas, creencias y valores que se deben aceptar como válidos).

En un clima de confianza en las posibilidades del ser humano para alcanzar cada vez un mayor conocimiento de la naturaleza, unido al desarrollo creciente de la técnica, se alimenta la idea de que la Humanidad se había situado definitivamente en la vía de un progreso que prometía ser ilimitado: se esperaba que la ciencia y sus aplicaciones en la sociedad dieran lugar a un mundo mejor para todos, si bien para que fuera realmente mejor para todos y no solo para una selecta minoría, era necesaria la promoción de cambios en la estructura social y reclamar la igualdad de derechos.

La Humillación Freudiana: El Descubrimiento del Inconsciente

Una nueva humillación vendría de la mano de la teoría psicoanalítica formulada por Sigmund Freud: según el fundador del psicoanálisis, habría sido un error histórico identificar la mente con la conciencia, pues en realidad esta no recoge más que una pequeña parte del contenido de nuestra mente, ya que la mayor parte de la misma tiene un carácter inconsciente, el cual nos resulta inaccesible.

De este modo, si hasta entonces era común pensar que uno mismo es quien mejor sabe lo que piensa o siente, el psicoanálisis trata de hacernos ver que buena parte de nuestros impulsos, motivaciones e incluso creencias se hallan en nuestro inconsciente, por lo que ni siquiera somos conocedores de lo que hay en nuestra propia mente ni somos del todo “dueños de nosotros mismos”.

El Existencialismo: La Existencia Precede a la Esencia

Durante el siglo XX el movimiento existencialista se caracterizará por subrayar que lo que caracteriza fundamentalmente a los seres humanos no es el hecho de poseer una esencia común o una naturaleza compartida por todos, sino el hecho de que cuando nacemos somos un ser dotado de una gran indeterminación: en palabras del filósofo Jean-Paul Sartre, en el ser humano “la existencia precede a la esencia”, por lo que es en nuestra particular manera de existir o actuar que vamos definiendo aquello que somos.