La Guerra Civil Española y la Dictadura Franquista: Orígenes, Evolución y Repercusiones Históricas

La Guerra Civil (1936-1939)

10.1. La Guerra Civil: Historiografía sobre el Conflicto, Desarrollo y Consecuencias

A. Resumen de la Guerra Civil Española y su Historiografía

La Guerra Civil Española (18 de julio de 1936 – 1 de abril de 1939) ha sido ampliamente estudiada, con más de 20.000 libros publicados. Según José Luis Ledesma, se ha pasado “de un pasado oculto a un pasado omnipresente”. Durante la contienda, ambos bandos escribieron relatos propagandísticos: los republicanos defendían la democracia frente a una agresión militar apoyada por el fascismo, mientras que los sublevados justificaban su levantamiento como una reacción ante una inminente revolución comunista.

Durante la posguerra, la historiografía franquista, representada por autores como Ricardo de la Cierva, sostuvo que la guerra era inevitable y necesaria. En los años 60, los hispanistas anglosajones, como Paul Preston, comenzaron a estudiar el conflicto con una visión más objetiva, interpretándolo como el resultado de la polarización entre izquierda y derecha. Con la Transición, surgió la visión de la guerra como un conflicto fratricida y una culpa colectiva, útil para la reconciliación política. Sin embargo, desde finales del siglo XX, los estudios han ampliado su enfoque, analizando el conflicto como una lucha de clases, una guerra de religión, un enfrentamiento de nacionalismos, una dictadura militar contra una democracia republicana, y una revolución frente a una contrarrevolución.

Según Manuel Pérez Ledesma, la guerra fue consecuencia del fracaso del golpe de Estado, debido a la división del ejército. Stanley Payne atribuye su origen al radicalismo de los líderes republicanos. Los historiadores marxistas consideran que la crisis estructural hacía inevitable la guerra. Desde los años 80, se ha investigado el uso de la violencia en la dictadura franquista, y en el siglo XXI, se ha profundizado en temas como los campos de concentración y la exclusión de los vencidos.

B. Desarrollo de la Guerra Civil

La guerra comenzó el 18 de julio de 1936 con un golpe militar que fracasó en su intento de tomar el control inmediato del país. La sublevación se extendió por Navarra, Álava, Castilla y León, Galicia, Andalucía Occidental, Marruecos, Canarias y Mallorca. El golpe, liderado por Mola, Sanjurjo y Franco, recibió apoyo de la Alemania nazi, la Italia fascista y el régimen de Salazar en Portugal.

Fases de la guerra:
  • Julio de 1936 – marzo de 1937: Los sublevados intentaron tomar Madrid. Mola avanzó desde Navarra, pero fue detenido en Somosierra y Guadarrama. Franco trasladó al Ejército de África con ayuda de la aviación alemana e italiana. La resistencia republicana en Madrid, liderada por el general Miaja y con apoyo de brigadistas internacionales, logró frenar los ataques en las batallas del Jarama y Guadalajara.
  • Abril – octubre de 1937: Franco dirigió la ofensiva en el norte industrial para controlar su producción. La Legión Cóndor alemana bombardeó Guernica el 26 de abril de 1937, en una acción de terror contra la población civil. La caída del norte republicano en octubre debilitó gravemente la resistencia republicana.
  • Octubre de 1937 – abril de 1939: Con Madrid sitiado y el norte conquistado, Franco lanzó la ofensiva sobre Cataluña en enero de 1939, provocando la huida de miles de republicanos a Francia. En marzo, el coronel republicano Segismundo Casado se sublevó contra el gobierno de Juan Negrín para negociar la rendición. Sin embargo, Franco rechazó cualquier acuerdo y exigió la rendición incondicional, que se produjo el 1 de abril de 1939.
Consecuencias de la guerra:
  • Demográficas: Entre 350.000 y 500.000 muertos, muchas víctimas civiles y asesinatos políticos en ambos bandos. En el lado sublevado, se ejecutó a sindicalistas y republicanos, incluyendo a Federico García Lorca. En el bando republicano, se produjeron asesinatos en las “checas” y ejecuciones como la de José Antonio Primo de Rivera. Más de 500.000 españoles se exiliaron, principalmente a Francia y México.
  • Económicas: La guerra devastó la producción agrícola e industrial, dejó al país endeudado y provocó un grave estancamiento económico. La posguerra fue extremadamente dura, con racionamiento y pobreza generalizada.
  • Sociales y culturales: La represión franquista impidió la reconciliación entre vencedores y vencidos. Muchos intelectuales y científicos se exiliaron, como Antonio Machado, Severo Ochoa y Luis Buñuel. Los que se quedaron fueron sometidos a la censura y persecución, como Miguel Hernández, quien murió en prisión.

10.2. Evolución Política y Económica en las Dos Zonas. La Dimensión Internacional del Conflicto

A. Evolución política y económica en las dos zonas

Tras el inicio de la Guerra Civil en julio de 1936, España quedó dividida en dos zonas:

Zona republicana

Controlaba las regiones industriales de Asturias, País Vasco y Cataluña, además de Madrid y Levante. Disponía de recursos financieros, pero estaba dividida territorialmente. Militarmente, tenía el apoyo de la Guardia de Asalto, la aviación y la marina, aunque carecía de un ejército profesional unificado. Se formaron milicias de obreros y sindicatos, pero sin coordinación.

Zona nacional

Dominaba zonas agrarias como Castilla, Andalucía Occidental, Galicia y Navarra. Militarmente, contaba con fuerzas experimentadas (Legión, Regulares y tropas marroquíes), oficiales del ejército y la Guardia Civil, además de Falange y los requetés carlistas. Su primer objetivo fue unir sus territorios mediante un corredor por Extremadura.

La evolución política en la zona republicana
  • Gobierno de José Giral (19 de julio – 4 de septiembre de 1936): Manuel Azaña lo nombró presidente tras la dimisión de Casares Quiroga. Distribuyó armas a las milicias, lo que llevó a violencia descontrolada y colectivización de tierras por los anarquistas. La falta de mando militar unificado facilitó el avance sublevado.
  • Gobierno de Largo Caballero (4 de septiembre de 1936 – 17 de mayo de 1937): Creó un gobierno de concentración con socialistas, republicanos, nacionalistas y anarquistas. Se formó el Ejército Popular y se intentó restaurar el orden judicial. Las derrotas y los enfrentamientos en Barcelona entre anarquistas, el POUM y comunistas debilitaron su posición, forzando su dimisión.
  • Gobierno de Juan Negrín (17 de mayo de 1937 – 31 de marzo de 1939): Buscó el apoyo del PCE y aisló a los anarquistas. Defendió la resistencia hasta el final y trató de negociar una rendición sin represalias, que Franco rechazó. Con la República dividida, marchó al exilio en 1939.
La evolución política en la zona nacional
  • Junta de Defensa Nacional (24 de julio de 1936 – 1 de octubre de 1936): Tras la muerte de Sanjurjo, la Junta en Burgos dirigió el alzamiento bajo el mando provisional de Cabanellas.
  • Nombramiento de Franco (1 de octubre de 1936): La Junta lo designó Jefe de Gobierno y del Ejército, consolidando su liderazgo y la creación del Estado Nacional.
  • Decreto de Unificación (abril de 1937): Fusionó Falange y el carlismo en Falange Española Tradicionalista y de las JONS, evitando disputas políticas y consolidando el poder de Franco.
  • Dictadura militar: Se derogó la Constitución republicana, se prohibieron partidos y sindicatos, se abolieron los estatutos de autonomía y se impuso una fuerte represión. El régimen franquista se apoyó en el ejército, la Iglesia y Falange.

B. Dimensión internacional del conflicto

Apoyos a los sublevados:
  • Alemania (Hitler): Envió la Legión Cóndor, decisiva en el dominio aéreo.
  • Italia (Mussolini): Envió tropas y apoyo naval.
  • Portugal (Salazar): Suministró soldados y recursos.
  • Vaticano: Reconoció el régimen franquista en 1937, otorgándole legitimidad ideológica.
Apoyos a la República:
  • URSS: Proporcionó armas y asesores militares. España pagó con el “oro de Moscú”.
  • México: Ofreció apoyo político y acogió exiliados.
  • Brigadas Internacionales: 60.000 voluntarios antifascistas de distintos países lucharon junto a la República hasta su retirada en noviembre de 1938.
  • Las democracias occidentales (Francia y Reino Unido) adoptaron una política de no intervención, dejando a la República sin apoyo suficiente frente a los sublevados, que finalmente se impusieron en abril de 1939.

11.3. Transformaciones Sociales y Económicas

1. Transformaciones Económicas

Autarquía (1939-1957)

Tras la Guerra Civil, España quedó devastada, con infraestructuras destruidas, pérdida de capital y reservas de oro agotadas. La Segunda Guerra Mundial y el aislamiento internacional impidieron recibir ayuda exterior, y España no pudo beneficiarse del Plan Marshall.

El régimen franquista impuso un modelo económico de autarquía, basado en:

  • Intervencionismo estatal, controlando producción, distribución y consumo. Se nacionalizaron bienes estratégicos como RENFE y las eléctricas.
  • Proteccionismo, con aranceles para evitar importaciones y proteger la industria nacional.
  • Creación del INI (Instituto Nacional de Industria), un conglomerado industrial estatal.

La recuperación fue lenta y España permaneció en el subdesarrollo, con cartillas de racionamiento hasta la década de 1950.

Desarrollismo (1957-1975)

En 1957, el gobierno incorporó tecnócratas, muchos del Opus Dei, para modernizar la economía. Se abandonó la autarquía por medidas más aperturistas:

  • Plan de Estabilización (1959-1964): Buscó controlar la inflación, estabilizar precios y abrirse a la inversión extranjera. Se devaluó la peseta.
  • Planes de Desarrollo (1964-1975): Intentaron equilibrar la industria creando polos de desarrollo en ciudades medianas y capitales de provincia para frenar la emigración interna.

Estas reformas impulsaron el llamado milagro económico español, con efectos como:

  • Duplicación de la renta per cápita entre 1960 y 1970.
  • Crecimiento del PIB, que casi se triplicó.
  • Modernización industrial, con avances en siderurgia, química y automoción (SEAT con FIAT).
  • Expansión del turismo desde los años 60, atrayendo turistas por el clima y los bajos precios.

Sin embargo, persistieron problemas como:

  • Desigualdades regionales: Cataluña, Madrid y el País Vasco se industrializaron, mientras el interior quedó rezagado.
  • Balanza comercial deficitaria por falta de recursos energéticos y necesidad de importar maquinaria.
  • Desempleo y emigración: Millones de españoles emigraron a Europa (Alemania, Suiza, Bélgica), enviando divisas que ayudaron a la economía y mitigaron el paro.

2. Transformaciones Sociales

El crecimiento económico transformó la sociedad de rural a urbana. Entre 1960 y 1975, las ciudades doblaron o triplicaron su población debido a migraciones internas y externas.

Migración interna

Millones de personas se trasladaron del campo a ciudades industriales (Cataluña, País Vasco) o turísticas (Levante, Baleares). Madrid y Barcelona crecieron con cinturones de ciudades dormitorio.

Migración externa

Más de 1,5 millones emigraron a Europa, enviando divisas esenciales para el desarrollo español.

11.4. La Represión, el Exilio y los Movimientos de Protesta contra la Dictadura. La Cultura Durante el Franquismo en España y en el Exilio

La represión

Tras la Guerra Civil, la dictadura franquista ejerció una dura represión contra republicanos y sospechosos de serlo. Miles fueron ejecutados, encarcelados o apartados de la vida pública. Se estima que entre 50.000 y 100.000 personas fueron fusiladas y que hubo 140.000 desaparecidos y cerca de 500.000 detenidos. Muchos murieron en cárceles, campos de trabajo o de concentración. La construcción del Valle de los Caídos se realizó con 20.000 presos políticos.

El exilio

En 1939, cerca de 500.000 españoles se exiliaron, principalmente a Francia, Argelia, México y otros países de América Latina. Francia acogió a 440.000 exiliados, aunque muchos regresaron confiando en la amnistía prometida por Franco, lo que resultó en su encarcelamiento o ejecución. Durante la Segunda Guerra Mundial, unos 30.000 republicanos fueron enviados a campos de trabajo, y 5.000 murieron en Mauthausen. México fue especialmente acogedor con los exiliados. Se estima que 30.000 niños fueron expatriados, principalmente a Francia, Bélgica y la URSS.

Movimientos de protesta contra Franco

Los republicanos en el exilio

Juan Negrín y Manuel Azaña se exiliaron y mantuvieron las instituciones republicanas en México. Intentaron presionar a la comunidad internacional para aislar al régimen franquista. En 1945, lograron que España fuera excluida de la ONU. Sin embargo, en 1953, España firmó un tratado con EE.UU., obteniendo ayuda militar y económica a cambio de permitir bases militares norteamericanas.

El maquis

Entre 1944 y 1949, antiguos combatientes republicanos formaron grupos guerrilleros conocidos como “maquis”, operando en zonas rurales como Asturias y los Pirineos. Su objetivo era mantener la lucha armada hasta la caída de Franco, pero fueron desmantelados por la Guardia Civil.

La oposición interna

A finales de los años 50, la oposición se expandió a sectores estudiantiles y obreros. En 1956, las protestas universitarias obligaron a cerrar la universidad y declarar el estado de excepción. Partidos como el PCE y el PSOE se reorganizaron clandestinamente, y la Iglesia adoptó una postura más crítica con sacerdotes comprometidos con la lucha obrera.

Los monárquicos

Franco rechazó restaurar la monarquía pese a las peticiones de los seguidores de Don Juan, hijo de Alfonso XIII. En 1945, Don Juan exigió a Franco su dimisión en el “Manifiesto de Lausana”, pero no tuvo éxito.

Oposición en los años finales del franquismo

En 1962, la oposición política se reunió en Múnich para impedir la entrada de España en la Comunidad Europea. Durante los años 60, la oposición creció:

  • Movimiento obrero: Se fortalecieron sindicatos clandestinos como CCOO y USO.
  • Protestas universitarias: En 1969, huelgas y manifiestos llevaron a la expulsión de profesores como Enrique Tierno Galván.
  • Cambio en la Iglesia: El Concilio Vaticano II incentivó el apoyo a la oposición desde sectores eclesiásticos.
  • Grupos políticos clandestinos: El PCE se consolidó como la principal fuerza de oposición; el PSOE se renovó en 1974 con Felipe González. Surgieron nuevos partidos nacionalistas como Convergència Democràtica de Catalunya y Unió Democràtica de Catalunya. También aparecieron grupos de extrema izquierda que promovían la lucha armada, como FRAP, GRAPO y, especialmente, ETA.

Cultura durante el franquismo y en el exilio

La cultura oficial

La censura controló todas las manifestaciones culturales. Se promovió una cultura alineada con el régimen y la Iglesia. La literatura oficial incluyó autores como José María Pemán y Agustín de Foxá. En el cine, predominaban películas costumbristas y de exaltación histórica. En arquitectura, se impuso un estilo herreriano y fascista, con el Valle de los Caídos como símbolo.

Cultura al margen del sistema

Pese a la censura, surgieron movimientos culturales alternativos. La revista Espadaña promovió la poesía social con autores como Blas de Otero y Gabriel Celaya. En novela, La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela inauguró el realismo social, seguido por Dámaso Alonso, Carmen Laforet, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute y Miguel Delibes. En los años 60, la literatura se diversificó con autores como Luis Martín Santos (Tiempo de silencio, 1961), Juan Marsé y Carmen Martín Gaite. En teatro, Antonio Buero Vallejo destacó con Historia de una escalera (1949), y en los años 60 emergió el teatro independiente con compañías como Els Joglars.

En cine, Luis García Berlanga estrenó Bienvenido, Míster Marshall (1953), y Juan Antonio Bardem introdujo el neorrealismo italiano en España.

La cultura del exilio

El exilio supuso una gran pérdida cultural. Intelectuales como Federico García Lorca, Antonio Machado y Miguel de Unamuno murieron a causa de la guerra. Otros se exiliaron, como los premios Nobel Juan Ramón Jiménez y Severo Ochoa, y figuras como Rafael Alberti, León Felipe, Ramón J. Sender, Luis Buñuel y Manuel de Falla. Su legado cultural sobrevivió fuera de España, influyendo en la cultura internacional.