La Restauración Borbónica en España (1874-1902): Estabilidad y Crisis

La Restauración Borbónica en España (1874-1902): Orígenes y Fundamentos

Nos situamos en 1874, año en que tuvo lugar la Restauración borbónica. Este proceso fue impulsado por Cánovas del Castillo, quien redactó el Manifiesto de Sandhurst, firmado por Alfonso XII. Dicho manifiesto contenía un ideario católico, liberal y constitucional, buscando restaurar la monarquía de forma pacífica. Además, este proceso fue facilitado por el general Martínez Campos, quien realizó un pronunciamiento en diciembre que proclamaría a Alfonso XII rey de forma definitiva.

El Sistema Canovista: Estabilidad y Exclusión

Con el sistema canovista se abrió un largo periodo de estabilidad política. Su objetivo principal era crear un sistema político compartido por todos los sectores burgueses y asegurar la exclusión de las clases bajas de la vida política.

Principios Fundamentales

  • La soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
  • El bipartidismo entre el Partido Liberal y el Partido Conservador.
  • La Constitución de 1876.

La Constitución de 1876

Esta Constitución defendía unas Cortes bicamerales (Senado y Congreso de los Diputados); se proclamaba la confesionalidad católica del Estado, aunque se toleraban otras creencias; establecía el sufragio censitario (posteriormente universal masculino); y garantizaba amplios derechos y libertades, aunque con algunas restricciones. Además, el monarca gozaba de numerosos privilegios.

Esta Constitución fue aceptada por ambos partidos. Dentro del sistema canovista también encontramos a las élites, personas con influencia política que, independientemente del gobierno, actuaban por sus intereses. Estas élites tendrían el control del Senado, cuyos miembros eran elegidos por el rey, representando así a las clases poderosas del país. Frente a los dos partidos que se alternaban en el poder, existía una oposición social al margen del sistema con escasa participación.

Alternancia y Fraude Electoral: El Turnismo

Como se ha mencionado, el sistema político de la Restauración se fundamentaba en la existencia de dos partidos: los Conservadores, cuyo líder era Cánovas del Castillo; y los Liberales, liderados por Práxedes Mateo Sagasta. Este sistema se basaba en la alternancia y el turnismo entre ambos partidos, y para ello, recurría a métodos como el bipartidismo y el fraude electoral. El objetivo era conseguir estabilidad política para evitar la intervención del ejército y de la oposición. Esto se conseguía gracias al encasillado, al pucherazo y al caciquismo.

Gobiernos y Medidas Clave

El Partido Conservador de Cánovas aprobó medidas como la prohibición de la libertad de imprenta y de cátedra, y el sufragio censitario. Este partido gobernó desde 1875 hasta 1881, cuando Sagasta formó su primer gobierno liberal. En 1884, Cánovas regresó al poder y en 1885 se firmó el Pacto del Pardo.

Durante el gobierno conservador se puso fin a la Tercera Guerra Carlista, desapareciendo así los fueros, y a la Guerra de Cuba. El segundo partido, el Liberal de Sagasta, estableció medidas reformistas como la aprobación de la Ley de Asociaciones de 1887, la abolición de la esclavitud en 1888, la aprobación del Código de Comercio y Civil de 1889, las libertades de cátedra y prensa, y el sufragio universal masculino.

Transición y Crisis del Sistema

En 1885, murió Alfonso XII. Por ello, los dos partidos firmaron el Pacto del Pardo, donde apoyaron la continuidad de la monarquía con María Cristina de Habsburgo como regente. En 1897, Cánovas fue asesinado, lo que comenzó a mostrar una debilidad en el sistema de la Restauración.

La Oposición al Sistema de la Restauración

A pesar de la estabilidad del sistema canovista, diversos elementos opositores buscaron su espacio político o la transformación del Estado.

Grupos Políticos Opositores

  • Los Carlistas

    Los carlistas se dividieron entre los que acabaron reconociendo a Alfonso XII, los que se integraron en partidos nacionalistas vascos o catalanes, y los que, pese a todo, siguieron manteniendo su ideología tradicional y antiliberal, acabando por crear el Partido Carlista.

  • Los Republicanos

    Tras el fracaso de la Primera República, los republicanos se encontraban divididos en pequeños grupos. Tras la implantación del sufragio universal masculino, se produjo el triunfo republicano en las principales ciudades y surgió un nuevo republicanismo: la Unión Republicana. Además, surgieron otros partidos como el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux y el Partido Reformista de Melquíades Álvarez.

Nacionalismos Periféricos

Los nacionalismos fueron movimientos regionalistas que cuestionaron la existencia de una única nación española.

  • El Nacionalismo Catalán

    El nacionalismo catalán surgió debido a las transformaciones socioeconómicas vividas por Cataluña. Con estas transformaciones, apareció la Renaixença, un movimiento cultural que apostaba por que la expresión cultural se convirtiera en inspiración política. En el ámbito político, el centralismo motivó un catalanismo que redactó el Memorial de Agravios, donde se reclamaban medidas proteccionistas. Por último, se crearon organizaciones como la Lliga de Catalunya, para defender el derecho catalán, y la Unió Catalanista, para exponer los principios del catalanismo.

  • El Nacionalismo Vasco

    El nacionalismo vasco surgió a partir de la defensa de los fueros (abolidos en 1876) y debido al rechazo del proceso de industrialización, ya que fracturaba la sociedad tradicional vasca y atraía inmigrantes, a quienes se culpaba de la degeneración de la raza. Estas ideas se identificaron con una línea de pensamiento católica y antiliberal que se resumía en el lema “Dios y Ley Vieja“. El ideólogo del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, quien fundó en 1895 el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y diseñó la ikurriña.

El Movimiento Obrero

El movimiento obrero en España adquirió madurez y extensión organizativa a partir del Sexenio Democrático. Dentro de este movimiento encontramos diferentes corrientes ideológicas.

  • El Socialismo

    El socialismo, antes limitado a un pequeño núcleo de seguidores de Marx, encontró mayor representación cuando en 1879 Pablo Iglesias fundó, clandestinamente en Madrid, el PSOE, un partido exclusivamente obrero. Iglesias creó también la UGT (sindicato socialista) y el semanario “El Socialista“. Tenía una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa, más moderada que el anarquismo. Apostaba por una lucha política sin renunciar a la revolución social.

  • El Anarquismo

    El anarquismo, cuyo líder era Anselmo Lorenzo, entró en España en 1868 y comenzó su auge tras la Ley de Asociaciones. Nació la FTRE y el movimiento creció, pero se le relacionó con sucesos violentos en el campo andaluz, como el de la Mano Negra, y se radicalizó en 1890. Los anarquistas pretendían destruir el orden existente mediante el terrorismo y atentados (como el de Cánovas).

  • El Catolicismo Social

    Ante el avance del socialismo entre las clases trabajadoras, en 1891 el papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum, que pretendía ser una alternativa social al margen de las ideologías obreras, fijando los principios de la doctrina social de la Iglesia. La Iglesia promovió la creación de círculos católicos obreros, con el objetivo de una mejor distribución de la riqueza.

El Desastre de 1898 y el Regeneracionismo

En 1898, España perdió sus últimas posesiones ultramarinas: Cuba, Filipinas y Puerto Rico. En Cuba, a pesar de la Paz de Zanjón de 1878, persistían las ansias de independencia y en 1895 se produjo una nueva insurrección liderada por José Martí. Estados Unidos aprovechó esta situación y desplegó barcos en Cuba. Acusó a España de la explosión del acorazado USS Maine y le declaró la guerra. España fue derrotada y firmó el Tratado de París, por el que perdió Puerto Rico, Cuba y Filipinas. Este proceso fue percibido como un símbolo de los males del país y provocó un profundo pesimismo que inspiró una reflexión intelectual (la Generación del 98) y la necesidad de reformas en profundidad del Estado. Nació así el Regeneracionismo, un movimiento intelectual y social crítico con el sistema de la Restauración y sus prácticas políticas, al que consideraba una lacra para el progreso de España.