Me parece igual a los dioses

ME PARECE QUE ES IGUAL A LOS DIOSES… – SAFO.

En la cultura griega se encuentra el origen de la literatura occidental. Su importancia no radica simplemente en ser la primera cultura que impulsa la literatura, sino más bien en que son los autores griegos los que inician los géneros y temas que se alargaran hasta el presente. Se dan las primeras obras literarias, que ofrecen un modelo previsible, aunque los géneros evolucionan y se mezclan entre sí. Estos géneros se dividían tanto por temática como por su organización. En cuanto a lo segundo, la división utilizada es la aristotélica. Así se da paso a la poesía épica, en la que se cuentan historias de terceras personas; la poesía lírica, en la que se expresan sentimientos internos y personales; y la poesía dramática, en la que se cuentan historias sin un narrador. Estos géneros tienen como representantes principales a Homero, Safo y Sofocles, respectivamente. Todo el origen de la literatura es oral, por lo que cuando se escribió fue en prosa, ya que así era más fácil de recordar. Con el tiempo esta forma evolucionó dependiendo del género. La literatura se dividió en diferentes etapas. La primera, conocida como arcaica, fue el periodo de los orígenes de la literatura, así como el periodo de formación, que se organizó en torno a las grandes epopeyas Homéricas (la Ilíada y la Odisea). Tras este periodo vendría la época clásica, cuyo género principal es el teatro, gracias al cual se logra llegar a la perfección del drama. Además fue una época de grandes prosistas. Las dos últimas etapas son la helenista, que aunque no consigue innovar, logra la difusión de la literatura por el mundo, y la etapa romana, en la que nace la novela, un género que relata una sucesión de aventuras fantásticas y maravillosas sobre un argumento casi siempre apoyado en el tema del amor. La lírica es el primer género que surge en la literatura, puesto que es el género que mejor satisface la necesidad de expresar lo que sentimos o lo que contemplamos, junto a que es fácil de recordar y de recitar colectivamente. En la antigua Grecia la lírica estaba vinculada a festividades y ritos colectivos y las creaciones eran destinadas a ser cantadas con el acompañamiento de la lira. Existían dos tipos fundamentales de líricas, la personal y la coral. Los temas de este tipo de poesía se sitúan, así pues, en la órbita de lo íntimo y lo personal.La lírica coral se presenta como el portavoz del sentimiento colectivo e intenta reflejar el alma de la ciudad. Esta poesía se caracteriza por el uso de estrofas y un lenguaje muy complicado, estaban destinadas a ser cantadas acompañadas por música y danza, aunque su origen se vincula a la religión con el paso del tiempo se secularizan los temas, por último, los temas principales de la lirica coral es la acción de gracias de los dioses, los cantos nupciales, el elogio a las victorias atléticas… La lirica personal por otro lado se caracteriza por la representación del mundo y de los sentimientos por parte del autor, la brevedad y la fragmentación de las composiciones y la subdivisión del género en elegías, yambos y odas. Safo, es conocida por ser la mayor poetisa de la antigua Grecia. No se sabe mucho sobre su vida, pero se supone que perteneció a una familia noble y que se casó con un hombre rico, con quien tuvo una hija. Tampoco se sabe cuando murió, aunque en sus últimos poemas se describe a sí misma como una anciana. Gracias a los fragmentos de su obra que se conservan hoy, se sabe que Safo enseñó arte a mujeres jóvenes, por quienes sentía un amor sexual, proviniendo de ahí los términos lesbianismo y safismo. Escribió nueve libros de odas, epitalamios, elegías… aunque solo se conservan algunos fragmentos de ellos. Creó la estrofa sáfica (tres versos endecasílabos y un adónico final se cinco silabas) y escribió también en otras formas líricas. En sus poemas destacan dos temas principales: los asuntos cotidianos y la pasión amorosa, o la ausencia de amor, dedicados tanto a hombres como a mujeres. Sus poemas de amor y amistad se encuentran entre los más apasionados y mejor trabajados de la tradición occidental. Una de sus obras que mejor han llegado a nuestros días, es el poema a comentar “Me parece que es igual a los dioses…”, que posee una sencillez tanto en su léxico como en su forma.  Este es un poema estructurado en cuatro estrofas compuestas por cuatro versos cada uno, aunque no se le puede llamar ni cuarteto ni cuarteta. Todas las estrofas poseen la misma estructura: los tres primeros versos son de arte mayor, mientras que el cuarto es de arte menor. Los versos son libres, puesto que no existe una rima. Esto se puede deber tanto a que esta es la estructura original del poema, o que debido a la traducción la rima se perdió. Desde el punto de vista temático, se trata de un poema de amor romántico, en el que la persona que escribe el poema no es correspondida, que debido a la utilización del yo poético, entendemos que representa los sentimientos de la poetisa, dejando ver al lector la existencia de un gran sufrimiento por la ausencia del amor. Además, se hace una representación del amor desde el punto de vista de los celos, el deseo y la nostalgia. La introducción del poema se encuentra en la primera estrofa por completo, y en el primer verso de la segunda, donde se produce un encabalgamiento. Es ella se presenta el tema, describiendo como a un dios a un hombre con quien un mujer, a quien la autora se dirige. La segunda parte del poema, comprende desde el encabalgamiento del segundo párrafo, hasta otro que ocurre en el penúltimo. En esta parte, se describe el dolor que siente la poetisa, al ver a su amada junto a n hombre, dejándola a ella aturdida y dolorida. Por último, el comienzo de la conclusión del poema se encuentra en un encabalgamiento en el penúltimo verso, y en él se reflejan las ganas de morir que tiene la autora, debido al dolor sentido por sufrir un amor no correspondido. Existe por tanto, un claro tono de melancolía, tristeza y frustración, si bien hay una gran dosis de intimismo. Esto caracteriza singularmente a Safo, quien refleja su mundo interior, en este caso, su amor, utilizando el yo poético, expresado en casi cada uno de los versos (me parece, me arrebata, te miro…). Hay muy pocos adjetivos, y puesto que no se tiene intención de describir, aparecen antepuestos, reforzando la utilización del yo poético, debido a la subjetividad que aporta a lo que se dice. En tan pocos versos destaca el gran número de versos, en la primera estrofa, por ejemplo, hay cinco. En cuanto a las figuras literarias, hay que destacar que en esta composición es mucho más relevante el fondo que la forma, por lo que estas son escasas. Hay que destacar la presencia de metáforas y símbolo, como la utilización de los dioses para representar la perfección, del  fuego para la pasión o del corazón para el amor. Como estructuras a destacar, en verso 11 y en el 13, se pueden encontrar dos antítesis, ya que se contraponen ideas que en un principio no se relacionan (ojos nada veo y frío sudor respectivamente). Toda la segunda estrofa puede considerarse una hipérbole, puesto que los sentimientos se exageran, y en la última estrofa, además, nos encontramos con una personificación (hierba pálida). Además, hay pocos conectores (que, y…), lo que da paso a la figura del asíndeton, que se encuentra relacionado con la representación de los sentimientos.