Reinos cristianos de la península

1.3 Conquista y romanización. Principales aportaciones romanas en los ámbitos social, económico y cultural

La conquista romana de la Península Ibérica se produjo a consecuencia del enfrentamiento entre romanos y cartagineses por el dominio del Mediterráneo occidental. La conquista romana se produjo en tres etapas, interrumpidas por períodos de inactividad bélica: 

A)La conquista del litoral mediterráneo y la mayor parte de los valles del Ebro y del Guadalquivir (218-197a.C.). Las legiones romanas derrotaron y expulsaron de la península a los cartagineses, y sometieron a las tribus ibéricas.

B)La conquista de la Meseta central (154-133 a.C.). Los romanos tuvieron que librar las guerras lusitanas y celtíberas. Con el sometimiento de los lusitanos y el asesinato de su caudillo Viriato, los romanos domiraron la Meseta sur. Y con la derrota definitiva de los celtíberos, y la destrucción de su ciudad, Numancia, controlaron el valle del Duero (la Meseta norte).

C) El sometimiento de la zona cantábrica (29-19 a.C.). En tiempos del primer emperador romano, Octavio Augusto, se completó la conquista romana de Hispania, con el sometimiento de cántabros, astures y galaicos. Octavio Augusto, tras acabar la conquista, decidíó dividir la península en tres provincias:


Tarraconense, capital Tarraco, Bética y Lusitania, con capitales respectivas en Corduba y Emérita Augusta.

La romanización, paralela a la conquista, fue el proceso de integración de los pueblos hispanos en la civilización romana. La aportación romana a la cultura hispánica fue enorme. Los romanos nos aportaron su modelo de civilización: la urbe o ciudad, y fundaron numerosas ciudades por toda la península. También nos transmitieron su ingeniería civil (acueductos), sus obras públicas (circos), su lengua (el latín), el Derecho y, a través del Imperio Romano, la difusión e introducción en Hispania del cristianismo. Por su parte, Hispania dio al mundo romano destacados intelectuales, como el Séneca, y emperadores como Trajano y Adriano. En economía, los romanos introdujeron la parcelación geométrica y el arado romano. También extendieron los cultivos de la vid y del olivo (productos de exportación). 

2.1 Al-Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba

La conquista se inició en el 711 con la derrota de don Rodrigo, frente a Tarik, en la Batalla de Guadalete. A partir de entonces, y en muy pocos años, los musulmanes dominaron la Península (Al-Ándalus), excepto la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. 


Esta rapidez se explica por la decadencia del reino visigodo, la tolerancia religiosa de los musulmanes y sus pactos de capitulación con la nobleza visigoda. Tras la conquista se establece en Al-Ándalus el Emirato Dependiente de Damasco (714-756) en el que la Península Ibérica era una provincia del Imperio Musulmán dependiente de los Califas Omeya de Damasco. Fueron años de inestabilidad política y enfrentamientos entre musulmanes por el reparto de las tierras. En el 756 Abderramán I, príncipe Omeya y único superviviente de la Revolución abasí, se proclama Emir Independiente de Bagdad. Al-Ándalus se convierte en un Estado políticamente independiente con capital en Córdoba, pero mantiene la dependencia religiosa con los Califas de Bagdad. Fue una etapa de reorganización, pero las revueltas sociales se sucedieron, situación que solucionará Abderramán III cuando en el 912 llegue al poder, pacifique Al-Ándalus y en el 929 se proclame Califa (Califato de Córdoba). Es el periodo de mayor esplendor musulmán en la Península. Los califas más importantes fueron Abderramán III, Al-Hakan II y Hishan II.



En el campo militar destacó Almanzor que convirtió el Califato en una dictadura militar, llevó a cabo numerosas razias contra los cristianos, a su muerte le suceden sus hijos. De 1009 hasta 1031 son años de confusión política y luchas entre bandas, en 1031 desaparece el Califato dando lugar a los Reinos de Taifas.

2.2 Al-Ándalus: Reinos de Taifas. Reino Nazarí

En el 1031 el Califato desaparece y se forman los Reinos de Taifas, reinos musulmanes que se enfrentaron frecuentemente entre ellos pero, a pesar de su debilidad política y militar, su cultura y economía seguían siendo muy prósperas.

En 1085 Alfonso VI de Castilla conquista Toledo, entonces las Taifas pidieron ayuda a los almorávides que tras derrotar a los castellanos en la Batalla de Zalaca en 1086, unificaron Al-Ándalus y establecieron El Imperio Almorávide.

Hacia 1145 la decadencia de los almorávides favorecíó la llegada de los segundos Reinos de Taifas, taifas almorávides que, duraron hasta la llegada de los almohades en el 1170, que unificaron otra vez su Imperio Almohade. Los almohades ocasionaron una gran derrota a Alfonso VIII de Castilla en la Batalla de Alarcos, pero en el 1212 Alfonso VIII de Castilla, al frente de una coalición de reyes cristianos,


los derrota en la Batalla de las Navas de Tolosa. Surgirán entonces los terceros Reinos de Taifas. Todos ellos acabaron bajo la soberanía cristiana en el Siglo XIII, salvo el Reino Nazarí de Granada que abarcaba Granada, Almería y Málaga.

El Reino de Granada, gobernado por la familia almohade de los nazaritas o nazaríes, se declaró vasallo de Castilla y le pagó las parias.

Granada recibíó a los musulmanes que no quisieron someterse a Castilla, pero sufríó la presión de los cristianos y los enfrentamientos entre los principales linajes, el reino sobrevivíó hasta 1492 cuando los Reyes Católicos lo incorporaron a Castilla.

2.3 Al-Ándalus: economía, sociedad y cultura

La base económica de Al-Ándalus fue la agricultura con predominio de la trilogía mediterránea, introducen nuevos cultivos (arroz) y extienden el regadío. La tierra estaba en manos de latifundistas (árabes), que vivían en las ciudades, importantes centros artesanales, comerciales y administrativos.

La artesanía tuvo gran desarrollo, destaca el sector textil (seda), son importantes los trabajos en cuero y cerámica. El comercio interior se desarrolla en el zoco o mercado urbano. El comercio exterior con Occidente,


norte de África y Oriente se activó por la existencia de una moneda fuerte, el Dinar de oro y el Dírhem de plata.

La sociedad de Al-Ándalus se dividía, según la religión, en musulmanes (árabes, bereberes y muladíes o conversos) y no musulmanes (los mozárabes y judíos)

La cultura andalusí era una suma de elementos orientales y occidentales. Durante el Califato, Córdoba se convirtió en un centro cultural de primer orden. El árabe culto se impuso como lengua oficial y ha dejado una profunda huella en el vocabulario; también se hablaba latín y el hebreo.

En filosofía destaca Averroes que intentó aunar la filosofía aristotélica con el islam. La medicina estaba más avanzada que la cristiana, se profundizó en el conocimiento de la cirugía. En matemáticas destacan los estudios de álgebra y la introducción de la numerología india. En poesía clásica destaca Ibn Hazan con “El Collar de la Paloma”. La poesía popular creará composiciones como la jarcha, y el Zéjel, de gran influencia en la literatura romance.

3.1 Los Reyes Católicos: uníón dinástica e instituciones de gobierno

El reinado de los Reyes Católicos (1479-1516) supuso el comienzo de la Edad Moderna.


En 1469 se produjo el matrimonio entre la princesa Isabel, hermana del rey de Castilla, Enrique IV, y el príncipe Fernando, hijo del rey Juan II y heredero de la Corona de Aragón. En 1479, tras una guerra de sucesión al trono de Castilla, Isabel fue reconocida como reina de Castilla. En ese mismo año de 1479, el príncipe Fernando heredaba la Corona de Aragón (Fernando II rey de Aragón, Valencia y Mallorca, y Príncipe de Cataluña). Isabel y Fernando, reyes respectivamente de Castilla y de la Corona de Aragón, habían llegado a un acuerdo (la Concordia de Segovia de 1475), por el que ambos tendrían la misma capacidad de decisión en las dos Coronas, y las órdenes reales irían firmadas por ambos. Se trataba de una uníón dinástica. Castilla y los reinos de la Corona de Aragón reconocían la autoridad de unos mismos reyes, pero seguían conservando sus leyes, instituciones, monedas y fronteras. No era un Estado unificado. Monarquía Hispánica o confederación de reinos unidos solo por la Corona. En 1512, el rey Fernando conquistaba el reino de Navarra, que se incorporaba a Castilla, pero conservando sus fueros e instituciones propias.

Los Reyes Católicos reforzaron la monarquía, actuando como monarcas autoritarios en la Corona de Castilla. Para ello crearon las siguientes instituciones de gobierno:  


  • Los Consejos, órganos consultivos (Consejo de Castilla y de Aragón).

  • Las Audiencias para la administración de Justicia.

  • Los Corregidores, representantes de los reyes en los municipios castellanos, que controlaban a alcaldes y recaudaban impuestos.

  • La Santa Hermandad, cuerpo de policía rural castellano cuya misión era vigilar los caminos.

  • El Tribunal de la Inquisición, para perseguir a los falsos conversos y a los sospechosos de herejía. Fue la única institución común a todos los reinos de la Monarquía Hispánica.

En la Corona de Aragón, los Reyes Católicos tuvieron Virreyes (representantes de la autoridad real en cada reino), debido al pactismo apenas se introdujeron cambios institucionales.

3.2 El significado de 1492. La guerra de Granada y el descubrimiento de América

Tras la uníón dinástica de Castilla y de la Corona de Aragón, los Reyes Católicos se propusieron conseguir la unidad religiosa y extender su soberanía a otros reinos peninsulares,


empezando por el Reino musulmán de Granada. Aprovechando las luchas internas entre la familia, los Reyes Católicos emprendieron la guerra a finales de 1481 hasta la rendición de Granada a finales de 1491. El 2 de Enero de 1492, los Reyes Católicos entraban en la ciudad de Granada, mientras el último rey nazarí, Boabdil, la abandonaba. El Reino de Granada fue incorporado a la Corona de Castilla y, a pesar de las garantías en el pacto de capitulación, pronto comenzaron las presiones para que los musulmanes granadinos aceptaran convertirse al catolicismo.

Poco después, en dos decretos del 31 de Marzo de 1492, uno para Castilla y otro para los reinos de la Corona de Aragón, los Reyes Católicos ordenaban la conversión al catolicismo de la población judía, teniendo que abandonar los reinos de la Monarquía Hispánica, en un plazo de tres meses, aquellos que se mantuvieran fieles a su judaica. La mayoría prefirió el exilio antes que la conversión.

Por otra parte, el navegante genovés Cristóbal Colón llegaba a Castilla en 1485, con la esperanza de que los Reyes Católicos patrocinasen su proyecto de alcanzar el Extremo Oriente navegando hacia el Oeste. 


Tras varios intentos fallidos, finalmente los Reyes Católicos aceptaron su plan y se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe (Abril de 1492), que concedían a Colón los títulos de virrey, gobernador y almirante de las tierras y mares que descubriese, además de importantes beneficios económicos. En Agosto de 1492, partíó del puerto de Palos una pequeña expedición compuesta por dos carabelas-La Pinta y La Niña- y una nao, La Santa María. Tras hacer escala en las Islas Canarias, la flotilla se internó en el Atlántico, y el 12 de Octubre de 1492 llegó a la isla de Guanahaní, en el archipiélago de Las Bahamas, a la que bautizó con el nombre de San Salvador. Poco después, los expedicionarios descubrieron Cuba (Juana) y Santo Domingo (La Española). Colón regresó a España y realizó tres viajes más. Fallecíó defendiendo que había llegado a la India, pero pronto se demostró que las tierras descubiertas pertenecían a un nuevo continente, América.