Sociedad ilustrada

Totalitarismo:



Factores:

Los fascismos emergieron tras la primera Guerra Mundial. En sus orígenes estuvo los ideales nacionalistas y militaristas presentes en la Gran Guerra. De Otra parte, fueron la reacción de una parte de la sociedad que temía la revolución social, la expansión de la Revolución rusa y el fortalecimiento de la clase obrera. Al desarrollo del fascismo contribuyó la aparición, a finales del Siglo XIX, de la sociedad de masas y el desarrollo de los nuevos medios de comunicación.

Ideología:

Los fascismos no contaron con un cuerpo articulado de ideas, pues en estos movimientos políticos la acción precedía a la reflexión. Sin embargo, todos ellos compartieron algunos principios comunes, como su nacionalismo radical, lo que les hizo promover una política internacional imperialista. Los fascistas primaban la voluntad y el instinto sobre la razón. Exaltaban la emoción, el vitalismo y la irracionalidad. Por ello rechazaron la Ilustración, el liberalismo, el socialismo y el comunismo. Todos recurrieron a la violencia para defender y propagar sus ideales, y revindicaron las glorias y conquistas pasadas y el afán de revancha. Los fascismos partieron de la creencia en la desigualdad humana y de las naciones. Por ello, los superiores debían dirigir la sociedad y el mundo, lo que justificaba la importancia del líder y de la elite en el desarrollo del proyecto nacional. Todos estos movimientos insistieron en el principio masculino y ensalzaron la juventud como instrumento del cambio social.

Objetivo político:

el fascismo pretendíó la creación de Estados totalitarios como expresión de una tarea colectiva por encima de los intereses y creencias personales. Este gran proyecto era conducido por un partido único, regido por las élites, con fuertes vínculos de unidad y fraternidad Muy jerarquizado, con unas milicias disciplinadas, los partidos fascistas contaban con secciones juveniles e infantiles que servían para el adoctrinamiento de las futuras clases dirigentes. Al frente se distinguía un líder carismático e incuestionable. La economía estaba dirigida por el Estado, aunque se mantuvo la iniciativa privada y se benefició a los grandes empresarios a costa de la desarticulación de los sindicatos y la oposición obrera. Los fascistas preconizaban un orden social que favorecía la natalidad y delimitaba las funciones del hombre y la mujer. La educación estaba dirigida desde el Estado e incluso se reglamentó el disfrute del tiempo libre. La sociedad era movilizada mediante grandes actos públicos con el apoyo de los nuevos medios de comunicación, como la radio y el cine, a fin de generar una opinión pública favorable al Estado.


Era republicana:


Entre 1921 y 1933, los republicanos Warren G. Harding, Calvin Coolidge y Herbert C. Hoover se sucedieron en la presidencia de los Estados Unidos. En lo económico, el Estado mantuvo un férreo no intervencionismo, fundamentado en el liberalismo económico. Esta política benefició a los poderosos y permitíó la formación de grandes fortunas, muchas veces con prácticas de dudosa legalidad. En ese momento, en Estados Unidos se impuso el conservadurismo, basado en la defensa de los valores nacionalistas tradicionales y puritanos, con leyes moralizantes como la prohibición del juego y del alcohol, conocida como ley seca (1920-1933). En lo económico, el Estado mantuvo un férreo no intervencionismo, fundamentado en el liberalismo económico. Esta política benefició a los poderosos y permitíó la formación de grandes fortunas, muchas veces con prácticas de dudosa legalidad, al tiempo que las prohibiciones fomentaron la creación de redes clandestinas y el gansterismo. Con el pretexto de perseguir a los «radicales» (anarquistas, comunistas e incluso a las progresistas), las autoridades quebrantaron los derechos individuales con registros, detenciones ilegales y juicios sin garantías. En cambio, se toleraron organizaciones como la Legión Americana, que persiguió a los comunistas y a los sospechosos de serlo, y el racista Ku Klux Klan. La comunidad afroamericana quedó privada de derechos sociales y políticos. Su origen estuvo en las llamadas leyes de Jim Crow (1876-1964) que, bajo el lema «separados pero iguales», permitían que las leyes locales o de cada Estado restringieran los derechos de la población negra. Por ejemplo, en la práctica los negros no tenían derecho al voto al exigírseles pruebas de residencia, exáMenes de comprensión lectora y un impuesto cuyo pago no estaba a su alcance. En política exterior, Estados Unidos retornó al aislacionismo, pero con un activo intervencionismo en América Central y América del Sur. Allí aplicó la “política de cañoneras», es decir, situaba barcos de guerra frente a ciudades portuarias para forzar a los Gobiernos a adoptar medidas favorables a sus intereses. El crash del 29, la Gran Depresión y el retroceso de los derechos y libertades propiciaron la derrota electoral de los republicanos en las elecciones de 1932. 

Mussolini:

En Octubre de 1922, Mussolini se ofrecíó al rey Víctor Manuel III como única salida a la crisis, y anunció la Marcha sobre Roma de miles de camisas negras, quienes se concentraron en las afueras de la capital. Una semana más tarde el rey cedíó y le encargó la formación de un Gobierno de concentración. Mussolini, investido de plenos poderes por el Parlamento, elaboró una ley electoral que favorecía a la minoría más votada y convocó elecciones. 


Nazismo:


En 1920 se fundó en Alemania el Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán (NSDAP). El partido nazi se definíó como racista, nacionalista, antisemita, antiparlamentario y anticomunista. Rechazó el Tratado de Versalles y defendíó la integración de todos los alemanes arios en un gran proyecto común. En Julio de 1921, Adolf Hitler fue nombrado jefe del partido y, dos años después, los dirigentes nazis intentaron en Múnich el Putsch de la Cervecería, Golpe de Estado fallido tras el que fueron encarcelados. En 1925, Hitler fortalecíó su liderazgo y el partido nazi se reorganizó. Se formaron entonces sus milicias: Las SA o Secciones de Asalto, estaban organizadas de forma militar con uniformes -camisas pardas- y armamento ligero. Las SS, un cuerpo militarizado de élite destinado a la protección del führer, nombre que recibíó Hitler como jefe del partido nazi. Durante los años veinte, el partido nazi fue una fuerza irrelevante, con un pequeño grupo parlamentario. Sin embargo, el impacto de la Gran Depresión lo revitalizó coincidiendo con el hundimiento de la economía alemana (1932). Apoyado en la calle por los activos y violentos miembros de las SA, el nazismo se convirtió en la fuerza más votada en las elecciones generales de Julio de 1932, aunque con una insuficiente mayoría parlamentaria. Obtuvo 230 escaños, 123 más que en las elecciones de 1930. Con ello se convirtió en la primera fuerza política del Reichstag o parlamento alemán. El presidente Hindenburg no aceptó a Hitler como canciller y convocó elecciones para Noviembre. En el intervalo, la situación económica empeoró y la actividad de las milicias nazis crecíó. En estos comicios, el partido nazi retrocedíó a los 196 diputados y los comunistas avanzaron. Venciendo sus reticencias y fuertemente presionado, Hindenburg nombró a Hitler como canciller el 30 de Enero de 1933.

Weimar:

La República de Alemania nacíó en 1918 y el socialista Friedrich Ebert se convirtió en presidente del Gobierno provisional. Ese mismo año, Karl Lichknecht y Rosa Luxemburgo encabezaron una escisión del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) y crearon el Partido Comunista alemán (KPD). En Enero de 1919, iniciaron la revolución espartaquista, que fue reprimida por el Ejército con la colaboración de nacionalistas exaltados. El levantamiento fue sofocado y sus líderes fueron asesinados, lo que supuso la aniquilación de este movimiento. Una Asamblea reunida en Weimar aprobó la Constitución de 1919, muy progresista, aunque otorgaba poderes extraordinarios al canciller en casos excepcionales. El socialdemócrata Ebert, primer presidente de la República de Weimar, se enfrentó al conservadurismo y al revanchismo nacionalista por parte del Ejército y de la burguésía industrial, contraria a las mejoras sociales. 


New deal:


Entre 1933 y 1935 el estado impulsó la recuperación económica allí donde la empresa aprobada no actuaba. La administración de Roosevelt adoptó diversas medidas; Financieras: Iban dirigidas al control monetario. Así, se cerraron los bancos con dificultades y los restantes bancos se consolidaron bajo supervisión de la Reserva Federal. Se fijó un seguro sobre los depósitos bancarios y se prohibíó la exportación de oro y de moneda extranjera. Se devaluó el dotar en un 50% y se abandonó el patrón oro para hacer subir los precios interiores y que las exportaciones, sobre todo las agrícolas, resultan competitivas en el mercado internacional.Agrícolas: Se establecieron precios mínimos para los productos agrícolas, se subvencionaron las exportaciones y se limitaron las cosechas de algodón o tabaco, con indemnizaciones a quienes redujesen la producción. Con todo, los rendimientos subieron y la producción crecíó en términos absolutos. En general, se produjo una mejora de la situación agrícola de planificación regional a gran escala: La más importante fue la Tennessee Valley Authority (TVA), un organismo central público que impulsó el desarrollo del valle del río Tennessee. La TVA construyó centrales hidroeléctricas, reguló el curso del río, puso nuevas tierras en regadío, repobló la zona e industrializó el valle. El Estado, propietario de todas las empresas creadas en el valle del río Tennessee, demostró que el poder público era capaz de potenciar el desarrollo integral de una regíón. Industriales: En 1933 el Congreso aprobó la National Industrial Recovery Act (NIRA), que limitó la producción industrial para acabar con los excedentes y fijó acuerdos sobre los precios. También establecíó un salario mínimo obligatorio y la semana laboral de 40 horas. Aunque la NIRA fue anulada en 1935 por anticonstitucional la legislación mantuvo los derechos laborales.

Mussolini:

En 1924, tras una campaña llena de agresiones e intimidaciones por parte de los fascistas, estos ganaron las elecciones. El diputado socialista Giacomo Matteotti denunció la violencia, las irregularidades y el falseamiento de los resultados electorales. A los pocos días, en Junio de 1924, fue asesinado por los escuadristas. Este crimen, aprobado por Mussolini según la oposición, provocó la condena de amplios sectores de la sociedad italiana. Los diputados no fascistas, en señal de protesta, abandonaron el Parlamento, al que ya no regresarían. El caso Matteotti reforzó a Mussolini que, respaldado por el rey y dueño de la situación, pasó a actuar como un dictador. Así, promulgó leyes de excepción que suprimieron la libertad de prensa y de reuníón, y anuló los escaños de los diputados de la oposición. Con impunidad, los escuadristas quemaron libros y atentaron contra los disidentes.