Una buena organización implica
La actuación coordinada de los diferentes departamentos de la empresa, sin que se produzcan conflictos de competencia.La existencia de un responsable asignado a cada una de las tareas a realizar.La definición de canales de comunicación que permitan orientar las actividades y sirvan para recoger información en cada proceso.Estabilidad en el tiempo, que le permita funcionar con seguridad y regularidad. Esto no implica que sea inamovible.