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7. Problema de razón/fe en la filosofía medieval
Agustín de Hipona
Éste filósofo en el conocimiento distingue tres niveles distintos:
El conocimiento sensible, es la captación de los objetos por medio de las modificaciones de nuestros sentidos. El alma conoce la modificación que sufríó el cuerpo y a través de ella conoce las cosas. Es un conocimiento sin valor El conocimiento racional, parte de los datos de la sensación y emite juicios sobre los objetos que conoce a través de ellos, comparándolos con los modelos eternos (con las ideas de las cosas en la mente divina). Es un conocimiento propio del hombre y lo diferencia de los seres inferiores.
El conocimiento de contemplación, consiste en ver las “ideas eternas” tal y como son. Se contemplan los verdaderos modelos de las cosas y por esto se alcanza el conocimiento objetivo, la verdad objetiva
Para alcanzar las ideas eternas es necesario una ayuda, una iluminación divina que haga el hombre capaz de verlas. Esta iluminación actúa sobre la mente del hombre. Mediante la razón el hombre está capacitado para ver las verdades esenciales y necesarias.
También dice que el fin último de la conducta humana es la felicidad que solo se alcanza en otra vida. El hombre no puede salvarse por sus propias fuerzas, sino que debe recibir una ayuda exterior que es la gracia. La voluntad del hombre, que tiene sus raíces en el alma, está dada por el cuerpo que impone sus decisiones. La bondad y maldad dependen de la voluntad. La capacidad de escoger entre el bien y el mar se llama el libro albedrío. Debido al pecado original o al libre albedrío se inclina más cara el mal que cara el bien: por esto se necesita una ayuda, la gracia, que desenvuelve al hombre a un estado en el que sea capaz de obrar bien.
En la política, este filósofo desenvuelve una dualidad que se manifiesta en la convivencia humana, en las “dos ciudades” que coexisten en el mundo:
La ciudad terrena una (Babilonia) y la ciudad celeste (Jerusalén) que representan una contraposición entre lo material y lo espiritual. Las dos ciudades simbolizan el comportamiento de los hombres, también se corresponden con el Estado y la Iglesia. Estos dos dominios no son incomunicables, se puede pertenecer a la ciudad terrena y servir a los intereses de la ciudad celeste y viceversa. Le estado perfecto será el Estado cristiano. Esta teoría política atribuye un claro predominio de la iglesia sobre el Estado.
No se preocupó de trazar fronteras entre fe y razón, sino que considero que ambas, tienen como misión el aclaramiento de la verdad, como creyente, no podía considerar otra que la verdad cristiana. Para San Agustín la fe y la razón colaboran del siguiente modo:
En un principio, la razón ayuda al hombre alcanzar la fe, pues solo siendo racionales podemos tener fe Posteriormente, la fe orientará e iluminará la razón, en tanto que se desvela los fundamentos últimos del ser.
La razón, a su vez, contribuirá ulteriormente al aclaramiento de los continuos de la fe, pues siempre es más firme la fe del teólogo que la de un supersticioso
“Creo para entender, entiendo para creer”
AVERROES
Filósofo árabe del s.XII. Fue uno de los mejores comentaristas de Aristóteles.
Tanto él como sus seguidores cristianos de la Universidad de París, desenvolverán la corriente del averroísmo latino, se desenvolverán la teoría de la doble verdad.
La teoría de la doble verdad:
Consiste en afirmar que un mismo tema, la razón (la filosofía), puede dar una respuesta y la fe (la teología) otra distinta, y a la vez contradictorio. Realmente no existe tal contradicción, porque para que exista es necesario que las dos posiciones están expresadas en un mismo lenguaje. Según el averroísmo, hay dos lenguajes, y por lo tanto dos verdades. Los temas en los que se manifiesta de forma más clara la teoría de la doble verdad son:
El origen del mundo: para la razón (la filosofía griega) el mundo es eterno, para la fe, el mundo es creado.
El alma: para la razón el alma es mortal, para la fe, en tanto que es sobrenatural, el alma es inmortal.
TOMÁS DE AQUINO
Tomás de Aquino reaccionará contra las afirmaciones de los averrositas de la Universidad de París, negando que puede haber contradicción entre razón y fe. La solución tomista puede resumirse así:
Distinción entre razón y fe, se distingue por alguno de sus contenidos, aunque el objeto primordial para las dos sea Dios, hay un campo que es específico de la razón: las verdades del mundo natural, y uno específico de la fe: los artículos de fe. La razón usa el método de la abstracción para acceder a los mencionados contenidos, mientras que la fe se vale de la revelación (es decir, del hecho de que Dios hablo directamente a los humanos).
No hay contradicción, para empezar, Dios es el autor de todo, del mundo natural accesible para la razón y de lo sobrenatural, accesible para la fe; pero además Dios es el autor de la misma fe y de la misma razón.No tiene sentido entonces que, tal y como sosténía los averroistas, a través de un órgano de conocimiento se nos conducirse a un tipo de verdades, y a través de otros se nos conociese a otras contradictorias a las primeras. Por lo tanto, solo existe una verdad, aunque en ella estén presentes distintas zonas
Zona de confluencia entre ambas, Dios reveló alguna de las verdades que la razón puede conocer por sí sola, de ahí que haya una zona de confluencia entre razón y fe. Entre las verdades que pueden ser conocidas a través de la

razón y de la fe simultáneamente están: que Dios existe, que es uno, que es creador del mundo, etc. A estas verdad es que la razón puede conocer por sí sola pero que además fueron reveladas. Tomás las llama preámbulos de fe. Dios reveló
determinadas verdades porque hay un determinado tipo de verdades (como por ejemplo, que Dios existe), que son necesarios para la salvación. Tales verdades pueden ser descubiertas por la razón, pero el procedimiento es complejo y no está alcance de todos los hombres; por lo que, si Dios no rebelarse tales verdades muchos hombres serían condenados.
Preámbulos donde puede aparecer contradicciones entre razón y fe, la contradicción es aparente. En caso de que surja, hay que revisar la razón, no por que nos engañe, sino porque los individuos puedan engañarse al usarla. Por lo contrario, la revelación no admite error posible. Además siendo la fe un don sobrenatural y la razón una facultad natural, es normal que aquella se imponga a esta en caso de conflicto aparente.
Relaciones entre razón y fe, por una parte, es una relación de subordinación y armónía, por otro, la fe no destruye la razón sino que la respeta y la enriquece con nuevas luces. De todas formas se reconoce la primacía de la fe en tanto que es la manifestación directa de la divinidad. La relaciones entre filosofía y teología no son tampoco de oposición, sino de armónía, ya que la verdad no puede ser más que una, sea cual sea su origen. La filosofía así, se encuentra subordinada a la teología relevada, ya que esta es la ciencia suprema de todas como por lo que la teología puede ser indicadora de los fallos de la filosofía.
Como conclusión podemos decir que Tomás de Aquino se muestra partidario de la autonomía de la razón en el conocimiento de aquello que le es propio. Afirma la capacidad del hombre para captar las leyes del universo y para eso solo necesita de la razón. Esto no significa el reconocimiento de las dos verdades como establece el averroísmo latino, sino una única verdad a la que se puede llegar por dos caminos distintos pero convergentes.
DUNS SCOTTO
Dice que la razón y la fe no pueden ofrecer respuestas distintas ante los mismos temas. Sin embargo, frente a Tomás consideran que la zona de confluencia entre las dos facultades (los preámbulos de fe) es mucho más reducido, hasta llegar a anularse.
Afirma que la existencia de Dios puede demostrarse y formuló pruebas en este sentido, pero hay atributos divinos como la omnipotencia, la omnipresencia, justicia, providencia, etc. Que no se pueden demostrar por procedimientos exclusivamente racionales: pertenecen al ámbito de la fe.
GUILLERMOS DE OCKHAN
Dice que la razón y la fe no pueden ofrecer respuestas distintas ante los mismos temas. Sin embargo, frente a Tomás consideran que la zona de confluencia entre las dos facultades (los preámbulos de fe) es mucho más reducido, hasta llegar a anularse.
Este va más lejos que Scotto, dirá que no solamente Se pueden demostrar ciertos atributos divinos, sino que la misma existencia de Dios es indemostrable por la razón. Esta tesis ockhamista procede de su posición voluntarista: El sostiene que lo que caracteriza fundamentalmente a Dios en su voluntad, pero si la razón humana pudiese conocer algo de Dios, incluida su misma existencia, de algún modo este conocimiento supondría un control sobre la voluntad divina. Por eso, nada de lo sobrenatural puede ser conocido por la razón, ya que es facultad natural.
La reducción del ámbito en el que puede actuar la razón sirvió, para que la razón pudiese independizarse, pues ya no tenía que rendirle cuentas a la fe. No podré hablar de lo sobrenatural, pero sobre el reino natural se convierte en la dueña y señora. Sin este cambio es imposible entender la revolución cultural que se produce en los siglos posteriores