Sociedad ilustrada

C/ NOVELA EN DEMOCRACIA (A PARTIR DE 1975) ANEXO V: LA NOVELA Policíaca DE EDUARDO MENDOZA: LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA.

Ambientada en Barcelona entre 1917 y 1919 – años de pujante anarquismo y pistolerismo patronal-, la novela recrea la lucha por el poder y los oscuros intereses de una empresa (Savolta) dedicada a la fábrica de armas durante la Primera Guerra Mundial. El protagonista es Javier Miranda, un joven abogado que empieza a trabajar en el despacho de Cortabanyes al servicio de un misterioso francés llamado Lepprince. El extraño asesinato de Enric Savolta, dueño de la empresa y reciente suegro de Lepprince, enreda las relaciones entre los personajes. En el espléndido retrato que Mendoza presenta de los conflictos de la época (revueltas sindicales, sicarios, inseguridad en las calles) se desarrolla una intrigante historia amorosa (Javier y Lepprince rivalizan por María Coral) con claras evocaciones al género policíaco.

Mendoza recupera con La verdad sobre el caso
Savolta el gusto por el suspense y la narración convencional. El autor barcelonés apuesta por un modelo de relato dinámico, intrigante y con cierto humor. Mendoza reconocíó que el éxito de su novela – alejada de la tendencia existencialista y social- fue el de trasladar a prosa la necesidad de cambio que la sociedad española experimentaba a finales del franquismo: “si algún mérito tuve, fue el de haber absorbido la colisión de tantas cosas nuevas como hubo aquellos años”.

No obstante, en su novela hay elementos novedosos, como la combinación de discursos (el relato alterna declaraciones judiciales, documentos policiales y recuerdos de personajes como Javier Miranda y Nemesio Cabra) y el perspectivismo (contrastar visiones opuestas sobre un mismo suceso). Por ello y por el empleo de técnicas cinematográficas (analepsis o “flashbacks”) se considera La verdad sobre el caso Savolta ejemplo de “novela puzle”. Con La verdad sobre el caso Savolta, Mendoza se ha convertido en uno de los grandes autores españoles de “novela negra” en España, subgénero en el que también ha destacado el barcelonés Vázquez Montalbán. Aunque ambos han aportado una visión personal de este tipo de relatos, sus novelas heredan los principales rasgos de este subgénero.

La novela negra o policíaca: carácterísticas principales


La “novela negra” o policíaca había nacido en EEUU en la década de 1920 y debe su nombre a la sordidez de sus ambientes y a la revista Black Mask. Coincidiendo con los conflictos norteamericanos (Ley Seca, el crimen organizado, la crisis financiera), la narrativa policíaca abandona la exquisitez de los autores británicos (Conan Doyle o Agatha Christie) y concede protagonismo a gánsteres, mafiosos y detectives corruptos. La frontera entre personajes buenos y malos se difumina. Las obras tienen un lenguaje más directo, reflejan la realidad urbana y proletaria y no omiten temas como las drogas, el sexo o el sensacionalismo. En estos relatos el protagonista tipo es un detective frustrado, problemático y desengañado que convive con la marginalidad y la violencia. Otros clichés del género son el alcoholismo, la nocturnidad y la presencia de alguna mujer deseada por el protagonista. Este antihéroe suele ser víctima de una sociedad corrupta contra la que lucha inútilmente.

En el nacimiento de la novela negra tiene gran importancia la cultura de masas (cine, radio, prensa, jazz, cómic…). Los relatos dejan de ser un juego de lógica para reflejar problemas sociales. Aunque hay antecedentes en autores previos (Poe, Chesterton), los padres del género fueron Raymond Chandler (El sueño eterno) y Dashiel Hammett (El halcón maltés, 1930), en cuyas obras se basaron también numerosas películas de cine negro y cómics. Muchas de estas historias se publicaron en revistas de literatura negra llamadas “pulps”. 13

Aspectos de Olvidado rey Gudú en relación con la literatura fantástica:


· Inclusión de personajes sobrenaturales: trasgos, hadas, dragones …

· Ambientación mágica y medieval. Matute sigue así las convenciones propias de las “fantasías épicas” que popularizaron Tolkien (El señor de los anillos) y C. S. Lewis (Las crónicas de Narnia). · Tensión y ritmo narrativo: dinamismo, giros argumentales inesperados, acumulación de peripecias…

· Luchas familiares por el poder: Matute plantea su novela como una historia familiar de diversos reyes tentados por la ambición y el deseo de venganza. La sucesión de herederos y generaciones es carácterística del subgénero fantástico.

· Personajes redondos: Matute evita la caracterización maniquea (buenos/malos) de sus personajes principales. Frente a otros autores fantásticos, la escritora española opta por protagonistas con más defectos que virtudes

· Reflexión crítica y melancólica: Matute rechaza los finales previsibles y forzadamente felices. Su novela aborda temas como la mirada nostálgica de la vejez, el sinsentido de la violencia y la ambición humana.